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lunes, 27 de febrero de 2023

Sistema de preventa en Bimbo: ganancias récord y salarios bajos

Renata Aguilar


La familia Servitje Montull, propietaria de una tercera parte de las acciones de Bimbo, figura como una de las familias más acaudaladas del país. De hecho, de 2020 a 2022, mientras millones de mexicanos padecíamos y seguimos padeciendo los efectos negativos de la crisis económica y la emergencia sanitaria, Servitje Montull acumulaba cada vez más riqueza: tan solo con Grupo Bimbo sus ganancias netas fueron:


  • En 2020 9 mil 110 millones de pesos. 
  • En 2021 15 mil 916 millones de pesos. 
  • En 2022 46 mil 910 millones de pesos. 

Cabe destacar que en los últimos tres años han tenido ganancias récord, aumentando su utilidad neta en 2020 en 44.2%, en 2021 en 74.7% y en 2022, el 195%. Esto, a decir de Bimbo, lo atribuyen a una mezcla de precios favorables y al fuerte desempeño de los volúmenes en todas las regiones. ¡Falso!, las ganancias cada vez mayores solo se deben y se pueden deber o a la intensificación del trabajo de sus empleados o a la extensión de la jornada laboral. En cualquiera de los casos las ganancias son fruto de la fuerza de trabajo de los empleados.


Así como Bimbo tuvo ganancias récord, también los salarios de los trabajadores llegaron a números récord, pero en negativo, pues los han disminuido y, además, han alargado sus jornadas laborales. Queda clarísimo, pues, que las ganancias de la familia Servitje Montull son un robo a los trabajadores. Éstos lo saben y han denunciado la situación de explotación e injusticia que sufren, sobre todo con el nuevo sistema de preventa que la empresa ha introducido.


Este nuevo sistema de preventa infringe el Contrato Colectivo de Trabajo, pues en éste se especifica que los trabajadores ganan el 5% de las comisiones, no obstante, con el nuevo sistema las reducen al 3% y 2%. La empresa gana más y ellos menos, ahí la razón de sus ganancias récord.


El Sindicato Nacional Harineros Panificadores, al que están afiliados, lejos de proteger los intereses de los trabajadores, protegió los de la empresa y sin ninguna consulta a los afectados, aceptó sin chistar el nuevo sistema.


No olvidemos que un sindicato tiene como fin impedir que el nivel de los salarios de los trabajadores baje y son una poderosa herramienta para el mejoramiento y defensa de los intereses de los trabajadores. La razón de ser de los sindicatos está en su poder colectivo, pues evitan que el obrero aislado se vea obligado a aceptar un salario inferior a lo que la oferta y la demandan fijan.  ¿Por qué, entonces el Sindicato Nacional Harineros Panificadores actuó en contra de los intereses de la clase trabajadora?


Porque quien lo dirige, Gerardo Cortés, ha sido cooptado por la empresa para proteger los intereses de ésta, sin importar que afecte los de los trabajadores a quienes dice representar.


A pesar de la labor de persuasión del Sindicato y de la empresa para imponer el nuevo sistema de preventa como una supuesta mejoría para los trabajadores, estos ya no se han tragado el cuento, incluso señalan que están llegando al límite, pues aguantan trabajar horas extras sin que les sean remuneradas y otra serie de abusos por parte de la panificadora y lo habían estado tolerando precisamente por las comisiones, pero ahora que se las han reducido sin respetar su CCT es probable que estallen una huelga.


Se han escuchado varias voces de empleados de Bimbo que se quejan de la empresa y del sindicato y destacan que este golpe afecta el tiempo que pasan con su familia, pues las jornadas laborales se vuelven cada vez más largas y se reduce el tiempo que pasan con ellas. Manifiestan también que, si siguen trabajando las mismas horas con el nuevo sistema, su salario, de por si insuficiente, no ha de alcanzar ni para alimentar a sus familias.


Estas voces siguen siendo aisladas y no cobran la verdadera fuerza que tienen, necesitan pues unirse, organizarse y hacerse escuchar como una sola voz exigiendo respeto a sus derechos laborales y sacudiéndose del sindicato charro. Finalmente, como señalamos arriba, el poder de los sindicatos estriba en su fuerza colectiva, sin embargo, en el que actualmente están afiliados se mueve solo para obedecer la voz del patrón, por ende, se encuentra débil y sin el respaldo mayoritario de los trabajadores. Por tanto, el viento que genere la energía y el vigor de la voz colectiva tarde o temprano habrá de derribarlo.


Ese será el primer paso para mejorar sus condiciones laborales, de ahí vendrá la lucha directa contra la empresa buscando encontrar el equilibrio entre los factores de la producción y, finalmente, la lucha de los trabajadores tendrá que dirigirse contra el modelo económico que alienta la desigualdad y la explotación laboral: aquel que permite que las ganancias multimillonarias producidas por la fuerza de trabajo se las apropien unos cuantos patrones, mientras que los trabajadores que generan toda esa riqueza reciban bajos salarios y vivan en la miseria.