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viernes, 13 de octubre de 2023

Por un PEF 2024 que beneficie al obrero

Federico Hernández 

En nuestro país los dueños de los grandes capitales viven prácticamente en un paraíso fiscal, ya que no solamente las tasas de impuestos que pagan al Servicio de Administración Tributaria (SAT) son muy bajas comparadas con las de otros países, sino también porque evaden continuamente, mediante mil maniobras, el pago de sus obligaciones fiscales.  Son los millones de trabajadores sobre quiénes recae verdaderamente el sostenimiento económico del país, ya que a estos sí se les obliga a pagar impuestos bajo diversas formas (IVA, ISR, IEPS, etc.). Pero no sólo es importante saber de dónde salen los recursos que ejerce cada año el Gobierno, está el otro aspecto que es de no menos relevancia, y es el que quisiera abordar, aunque de manera sucinta, en relación amo el Gobierno federal gasta los recursos públicos, cómo ejerce el ingreso que recibe de nuestros impuestos y demás ingresos, y que, insisto, en su mayor parte lo aporta la clase trabajadora.


En estos días, el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) 2024 que fue enviado por el Ejecutivo al Poder Legislativo, está siendo analizado en la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados para que pueda ser presentado, discutido y, en su caso, aprobado en el pleno de dicho Poder que tiene la facultad de hacerlo, esto a partir del 15 de noviembre. La discusión -o más bien el parloteo parlamentario que se da entre las bancadas ya que Morena y sus aliados lo aprobarán sin ninguna modificación porque así lo ordena AMLO- en la Cámara consistirá en determinar en qué se gastarán nada más ni nada menos que 9 billones 66 mil pesos, que es el ingreso que piensa obtener el Gobierno federal el año entrante por concepto de impuestos, derechos y lo que den las empresas estatales como Pemex, que por cierto se encuentra en la ruina.


Es claro que los obreros, y trabajadores en general, deben preocuparse por conocer cómo se ejercerá esa fabulosa cantidad de recursos económicos que, ¡ojo!, insistimos, sale básicamente de nuestros bolsillos en forma de impuestos. A los millones de trabajadores asalariados, a todos sin excepción, nos aparece en nuestro recibo de nómina el Impuesto Sobre la Renta (ISR) que es un impuesto sobre el ingreso que  percibimos; al ir a una tienda y comprar una mercancía, por ejemplo, una lata de frijoles, un pantalón o un televisor, tenemos que pagar sin rechistar el famoso Impuesto al Valor Agregado (IVA) que es un impuesto indirecto pues nosotros se lo pagamos al que nos vende el producto y éste se lo tiene que entregar al temido SAT; al cargar gasolina, si se tiene la fortuna de tener un vehículo, o comprar un cigarrillo, se tiene que pagar el Impuesto Especial sobre Productos y Servicios (IEPS), en el caso de gasolina mayor a 91 octanos los automovilistas pagan 4.91 pesos por cada litro (21.9% de su costo, en el caso de la magna). La lista de impuestos que pagamos es larga; es una pesada loza sobre nuestras espaldas. Ya dijimos que los dueños del capital, en particular los grandes empresarios, o pagan minucias en impuestos comparados con sus enormes ingresos o de plano evaden el pago de éstos.


Por ello, si partimos de que la inmensa mayoría de esos más de 9 billones de pesos que ejercerá el próximo año el Gobierno federal, sale de nuestro trabajo diario, la clase obrera debe exigir entonces que el gasto del Gobierno sea para impulsar el país y con ello se puedan mejorar nuestras condiciones de vida. Nada más ni nada menos.


Pues bien, el gobierno de la 4T de 2019 al 2023 aprobó los PEF que fueron marcadamente electoreros, desatendiendo los verdaderos problemas del país e impidiendo con ello su desarrollo. Este PEF 2024 no será la excepción en esa línea manipuladora seguida por AMLO y su gobierno, sobre todo porque el próximo año serán las elecciones para elegir al Presidente de la República, el Congreso de la Unión, algunas gubernaturas y la gran mayoría de las presidencias municipales.


El próximo año se aumentará, según el PPEF 2024 que ya está en manos de la Cámara de Diputados, los apoyos monetarios directos y se continuará despilfarrando en los megaproyectos todavía inconclusos y que muchos auguran serán un verdadero fracaso. “El pasado viernes, la Secretaria de Hacienda presentó ante la Cámara de Diputados, el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2024, por más de 9 billones de pesos y donde la mayoría de los recursos se repartirán en programas sociales y mega obras […] Los programas sociales con mayor asignación de recursos serán: pensión a adultos mayores, becas, Sembrando vida, Jóvenes Construyendo el Futuro y producción para el Bienestar, mientras que las obras más beneficiadas serán: el Tren Maya, el Tren  Interurbano México-Toluca, el Tren suburbano de Lechería al AIFA…”(Aristegui Noticias, 28 de septiembre).


No estamos en contra de los apoyos a los sectores más vulnerables, pero debemos decir con todas sus letras que AMLO y su 4T da esos apoyos, no siempre a los más marginados, ni porque quiera acabar con la pobreza (en décadas en que se han dado esos apoyos bajo otros nombres, no han acabado ni un ápice con la pobreza) sino para mantenerse en el poder político. Razona maquiavélicamente así el señor de Palacio Nacional: si le doy un apoyo a millones de personas vulnerables económicamente –venes, adultos mayores, etc., - estos votarán por Morena y mi candidata en las próximas elecciones, y así, de alguna forma, me mantendré en el poder colocando a un títere al frente de la presidencia. Parece una exageración, pero no lo es. A esto, aquí y en China, se le llama compra de conciencias. Y ¿en cuánto a las megaobras? Son un barril sin fondo. ¿No sería mejor construir escuelas y hospitales que tanta falta hacen en muchos municipios pobres del país? Conclusión: para AMLO los millones de pobres no somos otra cosa que votos potenciales para su grupo en el poder. Cruda realidad, pero hay que conocerla, hermano trabajador.


Entonces, la pregunta del millón es: ¿en qué debe gastar nuestros recursos el Estado?, ¿en qué debe ejercer esos más de 9 billones de pesos? Debe, en mi modesta opinión, utilizarlos para impulsar la creación de hospitales de primer nivel, para mejorar sustancialmente la infraestructura educativa y crear verdaderas universidades, introducción de servicios básicos en todos los pueblos y colonias. Pero sobre todo debiera ser una poderosa palanca para crear empleos suficientes y bien remunerados ya que en nuestro país hay un alto índice de desempleo el cual se disfraza con el empleo informal. Aquí vale el proverbio que dice: a un hombre pobre no le des pescado, enséñalo a pescar y dale una red y arpón.


Si todos los mexicanos en edad de trabajar tuviéramos un empleo bien remunerado, no sería necesario dar esos apoyos asistenciales, o por lo menos no en número y cuantía que se entregan ahora. Por otra parte, si queremos tener los recursos suficientes para impulsar el desarrollo del país de manera importante y combatir la pobreza, es necesario aplicar dos medidas: primera, evitar realmente, y no disimuladamente como lo hace la 4T, la evasión de impuestos por parte de los empresarios; segunda, que se aplique una política fiscal progresiva, esto es, que a mayor ingreso mayor impuesto se debe cobrar. Los obreros y trabajadores pobres, al tener ingresos bajos no debiéramos pagar tantos impuestos, y los grandes ricos como Carlos Slim, German Larrea, Ricardo Salinas Pliego, los dueños Walmart, los propietarios de grandes cadenas hoteleras, etc., esos sí deben pagar mucho más impuestos.


Para cambiar tal estado de cosas, es necesario que los obreros tomemos conciencia de qué papel jugamos en la sociedad como los creadores de la riqueza y nos decidamos a organizarnos para la defensa de nuestros intereses. Hoy debemos exigir un PEF 2024 a favor de los que menos tienen y no uno de carácter electorero como el que mandó AMLO a la Cámara de Diputados el cual sólo beneficia a los grandes ricos que hoy se lamen los bigotes en los confortables espacios que les brinda su poder económico