Mostrando entradas con la etiqueta CDMX. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta CDMX. Mostrar todas las entradas

jueves, 29 de junio de 2023

Nuevas protestas de trabajadores de la salud

 

Ricardo Torres


        El pasado 23 de junio, en la Ciudad de México, de nueva cuenta médicos, enfermeros, personal técnico y empleados administrativos del sector salud, por más de seis horas salieron a las calles en distintos puntos de la capital exigiendo solución a sus demandas laborales así como dotación de medicamentos, insumos y habilitación del equipo médico necesario para la adecuada atención de los miles y miles de pacientes que requieren eficientes servicios hospitalarios; protestas que se realizaron a unos días de que el gobierno de la Ciudad de México firmara el convenio de integración del sistema de salud de la CDMX al sistema IMSS-Bienestar.


Dichas protestas se realizaron principalmente frente o en un perímetro cercano a los hospitales Pediátrico Legaria, Topilejo, Materno Pediátrico de Xochimilco, Gregorio Salas, Moctezuma, Iztapalapa, Inguarán, Balbuena, Hospital de la Mujer, Ajusco Medio y General de Tláhuac, entre otros. Los trabajadores de la salud demandan basificación de la plantilla laboral; salarios justos, dignos y equitativos; pago retroactivo para todo el personal al que se le deben salarios; mejoras sustanciales en la Condiciones Generales de Trabajo; reconocimiento de su antigüedad; así como la habilitación de equipo médico, por ejemplo los de rayos X, tomografía o resonancia magnética, así como el abasto permanente de medicamentos e insumos necesarios para brindar una adecuada atención médica. En suma protestan por la creciente precarización laboral que sufren y por la falta de recursos públicos asignados al sector salud para equipamiento e insumos.


Cabe destacar la denuncia realizada por la Unión Nacional de Enfermería Mexicana (UNEM) en el sentido de que el nuevo sistema de salud IMSS-Bienestar no reconoce los estudios de licenciatura y posgrado en enfermería lo que limita su acceso a un mejor salario. 

Por su parte, el gobierno morenista de la CDMX, ahora encabezado por Martí Batres, solo ofreció “mantener el diálogo con el personal de salud” a través de las “mesas de diálogo con personal de Concertación Ciudadana de las secretarías de Gobierno, Administración y Finanzas y de Salud de la CDMX, afirmando, como la ha hecho desde hace ya algunos años el gobierno morenista, que “habrá plazas seguras para todos los trabajadores de la salud”. Demagogia, demagogia y más demagogia.


Basta recordar que, durante su campaña, AMLO se comprometió a establecer un sistema universal y gratuito de salud pública; en 2020, ya como presidente, anunció que tendríamos un sistema de salud “como en Dinamarca, Canadá o Reino Unido”. Y a poco más de un año de concluir su sexenio y frente a las legítimas protestas de los trabajadores de la salud en la CDMX y del resto del país, ofrecen solo diálogo y la promesa de plazas seguras. Falso de toda falsedad. El gobierno morenista ¡Miente!


Estamos frente a las consecuencias inevitables de un gobierno que, con el falso discurso de la austeridad republicana y la pobreza franciscana, redujo y sigue recortando el presupuesto destinado a la salud en particular, y en general a todos los sectores y ámbitos de la vida social, para destinarlo a sus programas electoreros de asignación monetaria directa, es decir, para obtener de esta manera el apoyo electoral necesario para conservar el poder político del país. Una política de abierta mediatización política por la vía monetaria.


Además, está aplicando un proceso de federalización de los servicios de salud con el cual el Gobierno federal, a través del IMSS-Bienestar se hará cargo de todo el sistema de salud de los estados de la república, con el objetivo de establecer un  control absoluto sobre las plazas de los trabajadores de la salud. Sin embargo, la navaja dentro del pan consiste en que en dicho proceso de federalización la asignación de plazas estará determinada por el Gobierno federal y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud (SNTSA) a quien se reconoce como el representante legal, legítimo y único titular de los derechos laborales de los trabajadores de la salud, lo que significa que la recontratación definitiva como trabajadores de base será entonces selectiva, discrecional y estará condicionada a su afiliación obligatoria al SNTSA, esto es una flagrante violación al derecho de los trabajadores a la libertad sindical.


En este sentido, los trabajadores mexicanos debemos tener presente lo que dice la fracción IV del artículo 133 de la LFT: queda prohibido a los patrones obligar a los trabajadores por coacción o por cualquier otro medio, a afiliarse o retirarse del sindicato o agrupación a que pertenezcan, o a que voten por determinada candidatura, así como cualquier acto u omisión que atente contra su derecho a decidir quién debe representarlos en la negociación colectiva.” Por tanto, obligar a los trabajadores de la salud a afiliarse al SNTSA, a cambio de obtener su recontratación definitiva como trabajadores de base de la Secretaría de Salud, no solo es una coacción y una violación a la ley, sino una canallada electoral urdida por el gobierno morenista.


Las protestas de los trabajadores de la salud, como hongos, siguen brotando en todos los estados de la república, son legítimas y no solo pretenden resolver la precariedad laboral que sufren directamente, sino que al mismo tiempo exigen la asignación de presupuesto para mejorar la atención médica de millones de pacientes, por tanto, se trata de una justa lucha que debe ser respaldada solidaria y decididamente por el pueblo pobre de México que también sufre en carne propia el desabasto de medicamentos, insumos, equipos y la falta de una atención médica de mayor calidad. Todo nuestro apoyo a la lucha de los trabajadores del sector salud.


martes, 31 de enero de 2023

Metro: el transporte de los trabajadores


Renata Aguilar

Diariamente, alrededor de 5 millones de personas se trasladan en el Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro, la gran mayoría son trabajadores que se desplazan de sus hogares hacia sus centros de trabajo y dan vida económica a la Ciudad de México. Los percances en el STC Metro han aumentado considerablemente en la actual administración, dos han sido los más catastróficos: el desplome de un tramo de la línea 12 del metro, que costó la vida de 27 personas y dejó heridas a 79; y el más reciente que cobró la vida a una joven estudiante de nombre Yaretzi Adriana Hernández y cerca de 60 heridos.


Los incidentes se suceden uno tras otro, desde incendios, cortos circuitos, lentitud de los trenes, mayor tiempo de espera para abordarlos etc., sucesos que para los usuarios son motivo de verdadera angustia y desesperación.


La estación de mayor afluencia es Pantitlán, debido a su ubicación estratégica de conexión entre cuatro importantes líneas, de las cuales tres (1,9 y A) se hallan entre las más utilizadas de la red. Particularmente la terminal de la línea A, la cual llega a tener serias aglomeraciones de usuarios debido a que conecta el oriente de la capital mexicana con zonas altamente pobladas del Estado de México, que utilizan para llegar al centro de la Ciudad, principalmente porque ahí está su lugar de trabajo.


Lo anterior es una cuestión de suma importancia porque la mayoría son trabajadores que tienen que levantarse a las 4 o 5 de la mañana para poder llegar a tiempo a su trabajo y cualquier incidente en el Metro los pone en serios aprietos laborales modificando toda la dinámica de su día.


Si llegan con retraso a su trabajo y checan tarde, los patrones insensibles les recortan el sueldo o pierden el tan codiciado “bono de puntualidad”, que parece una nimiedad pero no lo es para alguien a quien no le ajusta su salario y siempre está buscando cualquier extra que le aliviane. Si el percance sucede a la hora de regreso a sus hogares está el peligro de la delincuencia que muchos padecen o el acoso sexual, sobre todo por parte de las mujeres. Esto en cuanto a incidentes “menores”, porque hay quienes han perdido una mano, un pie o un ser querido que era el sostén de la familia y el significado de estas fatalidades es abrumador para quien las padece y para toda la familia.


Estas “nimiedades” y fatalidades no son comprendidas por la actual administración capitalina, ni siquiera les pasa por la mente; lejos de preocuparse por arreglar lo que periodistas serios y diversas organizaciones sociales han señalado como una causa sustancial de lo que ocurre en el Metro, la austeridad homicida ha preferido sustanciar una teoría de supuesto sabotaje para desprestigiar a la jefa de gobierno y a la 4ta transformación. Con ese argumento, disfrazado de “episodios anormales”, han desplegado 6 mil elementos de la Guardia Nacional en el Metro, lo cual no ha sido recibido de manera positiva por los usuarios.


Un aspa de plástico, una lata de cerveza y la caída de un cable han sido los objetos y sucesos “atípicos” en el Metro, incluso por el aspa detuvieron a una mujer, la cual no tenía la más mínima intención de “atacar las vías de comunicación”, y le imputaron dicho delito; aunque ya la dejaron en libertad pues demostró su inocencia y, de paso, desvaneció la falsa concepción del terrorismo a que recurre la autoridad capitalina.


Los usuarios del Metro saben que esos no son sucesos atípicos y la militarización más allá de impedir el “sabotaje” muestra la realidad al pueblo de cuan innecesaria es al tiempo que riega la semilla del descontento que cada día es más grande. Seguramente la señora detenida no va a volver a creer una palabra más de lo que diga Sheinbaum y quizá toda la 4T; no se necesita la militarización, se necesita mantenimiento, se necesita dejar de lado la política de austeridad para los pobres, pero ninguna política de austeridad para los ricos.


Este abandono de lo que es el Sistema de Transporte Colectivo más importante para los trabajadores en la Ciudad de México, por su eficiencia en cuanto a velocidad, por su conexión con distintos puntos de la ciudad y sobre todo por la accesibilidad del costo, significa, en el fondo, el abandono a la clase trabajadora, la desatención de políticas públicas que realmente le beneficien y la incapacidad del gobierno actual para gobernar. Visibiliza aún más la necesidad de  gobernantes y líderes que vean por los intereses del pueblo trabajador y que sepan resolver a tiempo sus necesidades más apremiantes.