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sábado, 4 de marzo de 2023

Reflexiones de una obrera


Nathaly Barrera


Buscando el significado de política, encontré que es la actividad de aquellos que gobiernan o aspiran a gobernar los asuntos que afectan a una sociedad o un país. En este sentido, los obreros hemos asumido una total indiferencia ante cualquier tema relacionado con la política y creo que ya va siendo hora de que nos involucremos en este tipo de asuntos; pero los años de lavado cerebral, nuestro pensamiento propatronal que como clase trabajadora hemos interiorizado, nos aleja de la realidad y de esta necesidad de politizarnos.


Esta visión de mantenernos alejados de la política la adquirimos en la escuela, casa, trabajo y pensamos que no es un tema para nosotros pero, querámoslo o no, en nuestra vida diaria estamos rodeados de política y las decisiones tomadas por los gobernantes influyen directamente en nuestras vidas; por ejemplo, en las noticias se nos informa constantemente que asaltan en el transporte y miles de trabajadores venimos en él después de un día pesado de labores y estamos expuestos a esto, la delincuencia es un tema muy difícil y complicado que no se está combatiendo con eficacia dado el poco interés de nuestros gobernantes por resolverlo.


Si a este tipo de problemas agregamos que nuestro salario no es suficiente, la situación se vuelve desesperante. El 1° de enero del 2023 el salario mínimo general pasó de 172.87 a 207.44 pesos diarios y con esto lamentablemente no come una familia. Las jornadas laborales son de ocho horas mínimamente, pero no en todas las entidades y municipios del país hay fuentes de trabajo y, por tanto, para desplazarnos desde nuestros hogares hacia las fábricas algunos hacemos s de cuatro horas de ida y regreso, sumando así más de 12 horas de nuestra vida sin poder disfrutar a la familia, muchas veces las madres ni siquiera sabemos cómo están nuestros hijos o si ya comieron o no.


Al preguntar a mis compañeros de trabajo ¿qué es para ellos la política? respondieron eso es basura, es tema de ricos, eso me aburre, “solo son engaños”, etc. Desgraciadamente el desgastante trabajo diario, monótono, nos somete a tal grado que no siempre vemos el fondo de los problemas ni las causas que los generan, nos resignamos a tener malos gobernantes y una vida de permanentes carencias. Es por ello que se nos hace un cuento de hadas que un día pueda existir un gobierno que en verdad se preocupe y proteja a los trabajadores para que nuestras vidas cambien favorablemente.


Incluso un compañero me dijo en campaña siempre nos buscan y luego se olvidan de nosotros, yo mandé a mi mujer porque con lo que den, algo ayudará para mitigar nuestra miseria, yo le respondí que nos compran y se aprovechan de nuestra necesidad, que si tuviéramos un salario digno con jornadas de trabajo justas, no nos comprarían con una despensa, se soltó a reír y dijo aunque sea eso, también es una forma de quitarles una pequeña parte de todo lo que ellos nos roban.


Como vemos, todo lo que gira a nuestro alrededor es política y es un tema del cual debemos ocuparnos, ya que no podemos permitir que nos manipulen y utilicen con fines electoreros. Hasta ahorita dependemos de las acciones de los políticos al servicio del poder económico, pero el día que tengamos claro el papel que juega la clase obrera en la sociedad podremos, unidos, exigir respeto a nuestros derechos y claro que entonces podremos cambiar nuestras condiciones de vida.


Por eso, pese a nuestro cansancio, levantemos la cabeza y rompamos las cadenas de la esclavitud asalariada. Sí hay solución: organizarnos y concientizarnos es el camino correcto. Formemos una directiva sindical que sí vea por nuestros intereses. No es normal ni justo trabajar tantas horas y ganar tan poco, así como no es justo que los políticos se burlen de nosotros dando miserables despensas, gorras o unos cuantos pesos por un voto. No sigamos dejándoles el campo libre a los políticos al servicio de los patrones; urge nos empapemos de este tema, nos organicemos y hagamos de la política un instrumento al servicio de los trabajadores.

 

martes, 31 de enero de 2023

Metro: el transporte de los trabajadores


Renata Aguilar

Diariamente, alrededor de 5 millones de personas se trasladan en el Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro, la gran mayoría son trabajadores que se desplazan de sus hogares hacia sus centros de trabajo y dan vida económica a la Ciudad de México. Los percances en el STC Metro han aumentado considerablemente en la actual administración, dos han sido los más catastróficos: el desplome de un tramo de la línea 12 del metro, que costó la vida de 27 personas y dejó heridas a 79; y el más reciente que cobró la vida a una joven estudiante de nombre Yaretzi Adriana Hernández y cerca de 60 heridos.


Los incidentes se suceden uno tras otro, desde incendios, cortos circuitos, lentitud de los trenes, mayor tiempo de espera para abordarlos etc., sucesos que para los usuarios son motivo de verdadera angustia y desesperación.


La estación de mayor afluencia es Pantitlán, debido a su ubicación estratégica de conexión entre cuatro importantes líneas, de las cuales tres (1,9 y A) se hallan entre las más utilizadas de la red. Particularmente la terminal de la línea A, la cual llega a tener serias aglomeraciones de usuarios debido a que conecta el oriente de la capital mexicana con zonas altamente pobladas del Estado de México, que utilizan para llegar al centro de la Ciudad, principalmente porque ahí está su lugar de trabajo.


Lo anterior es una cuestión de suma importancia porque la mayoría son trabajadores que tienen que levantarse a las 4 o 5 de la mañana para poder llegar a tiempo a su trabajo y cualquier incidente en el Metro los pone en serios aprietos laborales modificando toda la dinámica de su día.


Si llegan con retraso a su trabajo y checan tarde, los patrones insensibles les recortan el sueldo o pierden el tan codiciado “bono de puntualidad”, que parece una nimiedad pero no lo es para alguien a quien no le ajusta su salario y siempre está buscando cualquier extra que le aliviane. Si el percance sucede a la hora de regreso a sus hogares está el peligro de la delincuencia que muchos padecen o el acoso sexual, sobre todo por parte de las mujeres. Esto en cuanto a incidentes “menores”, porque hay quienes han perdido una mano, un pie o un ser querido que era el sostén de la familia y el significado de estas fatalidades es abrumador para quien las padece y para toda la familia.


Estas “nimiedades” y fatalidades no son comprendidas por la actual administración capitalina, ni siquiera les pasa por la mente; lejos de preocuparse por arreglar lo que periodistas serios y diversas organizaciones sociales han señalado como una causa sustancial de lo que ocurre en el Metro, la austeridad homicida ha preferido sustanciar una teoría de supuesto sabotaje para desprestigiar a la jefa de gobierno y a la 4ta transformación. Con ese argumento, disfrazado de “episodios anormales”, han desplegado 6 mil elementos de la Guardia Nacional en el Metro, lo cual no ha sido recibido de manera positiva por los usuarios.


Un aspa de plástico, una lata de cerveza y la caída de un cable han sido los objetos y sucesos “atípicos” en el Metro, incluso por el aspa detuvieron a una mujer, la cual no tenía la más mínima intención de “atacar las vías de comunicación”, y le imputaron dicho delito; aunque ya la dejaron en libertad pues demostró su inocencia y, de paso, desvaneció la falsa concepción del terrorismo a que recurre la autoridad capitalina.


Los usuarios del Metro saben que esos no son sucesos atípicos y la militarización más allá de impedir el “sabotaje” muestra la realidad al pueblo de cuan innecesaria es al tiempo que riega la semilla del descontento que cada día es más grande. Seguramente la señora detenida no va a volver a creer una palabra más de lo que diga Sheinbaum y quizá toda la 4T; no se necesita la militarización, se necesita mantenimiento, se necesita dejar de lado la política de austeridad para los pobres, pero ninguna política de austeridad para los ricos.


Este abandono de lo que es el Sistema de Transporte Colectivo más importante para los trabajadores en la Ciudad de México, por su eficiencia en cuanto a velocidad, por su conexión con distintos puntos de la ciudad y sobre todo por la accesibilidad del costo, significa, en el fondo, el abandono a la clase trabajadora, la desatención de políticas públicas que realmente le beneficien y la incapacidad del gobierno actual para gobernar. Visibiliza aún más la necesidad de  gobernantes y líderes que vean por los intereses del pueblo trabajador y que sepan resolver a tiempo sus necesidades más apremiantes.