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domingo, 10 de septiembre de 2023

¿Por quién votas?

 


Facundino Gómez


Afuera de la tienda Oxxo Ivo llevaba veinte minutos sentado en el suelo esperando a U, miraba al cielo donde se apagaban las últimas estrellas de la mañana. Por fin apareció el Renault viejo con un solo faro prendido. Ivo le dio un manotazo a U por la tardanza.


-Ya casi entran y tú con tus cosas.


-Perdón, me quedé dormido. 


El recuento estaba señalado para ese día a las 10 y media de la mañana y los trabajadores de la Empacadora Águila entraban a laborar a las 7 en punto.


-Apenas y nos dará tiempo para organizarlos.


Los dueños ya estaban en las oficinas de la empresa con sus perfumados abogados y los líderes charros de la CTM, quienes detentaban el contrato colectivo de trabajo.


El verdadero nombre de Ivo era Primitivo y al que llamaba U se llamaba Ugartechea, pero para evitar equivocaciones le llamaban U.


Ernesto, el líder de los trabajadores, estaba nervioso porque un día anterior aparecieron los de la CTM y los amenazaron a todos, a empujones les dijeron que si no votaban por ellos, la pagarían caro.


Ivo era un joven apenas egresado de la universidad, siempre había sido inquieto y estaba envuelto en movimientos estudiantiles y ahora organizando obreros. Era muy bueno para convencer, llevaba cinco meses hablando con los trabajadores de la empacadora, al parecer todo estaba listo para cambiar al sindicato. Por años el sindicato de la CTM se llevaba jugosas cantidades de dinero a cambio de someter a los trabajadores, no se lograban aumentos salariales y mucho menos prestaciones. La gota que derramó el vaso fue que la empresa se declaró en cero en la participación de las utilidades, sin embargo, habían adquirido tres enormes camiones nuevos con caja blanca para transportar sus mercancías. Mientras que a los trabajadores no les cambiaban las botas rotas por el uso.


Los patrones sonrientes y confiados esperaban la hora del recuento.


Los trabajadores se habían reunido varias veces con Ivo, poco a poco fueron descubriendo situaciones que eran un secreto para ellos. La decisión de los trabajadores fue cambiar al sindicato de la CTM, pase lo que pase. Sabían que el patrón está coludido con el sindicato cetemista.


Llegó la hora, colocaron una mesa y una urna para depositar los votos. La empresa a través del departamento de recursos humanos, listado en mano fue llamando uno a uno a los trabajadores. En presencia de ambos sindicatos se les entregaba una boleta para emitir su voto. El patrón franqueado por el sindicato de la CTM sonreía descaradamente, confiado de que la presión ejercida por sus jefes de área a los trabajadores rendiría sus frutos.


La cara del patrón se puso pálida cuando el funcionario enviado por la Secretaría del Trabajo para vigilar el proceso, informó que los votos para la CTM eran 17 y para el sindicato independiente 210. El patrón habló a solas con el funcionario para que cambiaran los resultados, el funcionario ante la presencia del Ivo y su abogado, no pudo aceptar, aunque lo deseaba de todo corazón. Los trabajadores habían regresado a trabajar y aún no sabían de los resultados. Los dos sindicatos y el funcionario ya se habían retirado. A la hora de la comida, exactamente a la una sonó la chicharra, los trabajadores corrieron a mirar el resultado de la elección publicado en una hoja pegada en la puerta del comedor. No pudieron aguantarse para gritar porras y gritos de júbilo.


A pesar del poderío de la empresa y sus abogados, a pesar de los golpeadores del sindicato de la CTM, los trabajadores impusieron su voluntad. De ahora en adelante su representante sindical sería Ivo y los del sindicato independiente. 


lunes, 26 de septiembre de 2022

Acerca de la legitimación de los contratos colectivos de trabajo


Ricardo Torres 

El 1° de mayo de 2019 se publicó en el Diario Oficial de la Federación la reforma a la Ley Federal del Trabajo (LFT), ejecutándose y dando continuidad a la reforma constitucional en materia de justicia laboral promovida por el gobierno de Enrique Peña Nieto en 2017. Uno de los aspectos relevantes de dicha reforma es que la justicia laboral será impartida en lo sucesivo por órganos del Poder Judicial  Federal y de los Poderes Judiciales de los estados de la República, en sustitución de las tareas que hasta la fecha realizaban las Juntas Federal y Locales de Conciliación y Arbitraje. Además se ha creado un nuevo organismo público descentralizado que se denomina Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral (CFCRL) que es ahora el encargado del control y acreditación de los registros sindicales y contratos colectivos de trabajo a nivel nacional.


Atendiendo a los compromisos contraídos por el Gobierno mexicano en el Tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), en el Anexo 23-A, la reforma laboral de 2019 establece que todos los sindicatos tienen que realizar un procedimiento de legitimación de los Contratos Colectivos de Trabajo (CCT) existentes en las empresas del país, mismos que se encuentran depositados ante las Juntas de Conciliación y Arbitraje del ámbito local y federal; obligación que todos los sindicatos deberán cumplir ante el CFCRL antes del 1º de mayo de 2023, ya que de no cumplirse con este ordenamiento laboral dichos CCT se darán por terminados.


  El proceso de legitimación del CCT es un procedimiento de consulta democrática sujeto a las reglas establecidas por el CFCRL donde los trabajadores cubiertos por el CCT, a través de su voto personal, libre, secreto y directo, podrán decidir por mayoría si ratifican o no el contenido del CCT que existe en la empresa donde laboran. Si el voto mayoritario de los trabajadores apoya las condiciones de trabajo establecidas en el CCT entonces el CFCRL expedirá la constancia de legitimación respectiva. Por el contrario, si el voto mayoritario de los trabajadores rechaza el CCT entonces dicho contrato se dará por terminado y, a pesar de que los trabajadores conservan en lo inmediato sus prestaciones y condiciones de trabajo, carecerán formalmente de un CCT y una representación sindical legítima, lo que da el banderazo de arranque a una futura pugna sindical para obtener la firma de un nuevo CCT.


Los artífices de la reforma laboral argumentan que la legitimación de los CCT es una forma de terminar con aquellos contratos colectivos que fueron depositados en las Juntas de Conciliación y Arbitraje, pero que no se revisan ya que se trata de contratos de protección o contratos inactivos que no se dieron formalmente por terminados. Por tanto, para evitar la simulación en la negociación colectiva, se establece el procedimiento de legitimación de contratos colectivos existentes.


Si bien la legitimación de los CCT, a mi juicio, es una medida correcta de la reforma laboral, lo cierto es que esconde aviesos propósitos políticos que se alejan del objetivo que dice perseguir. Veamos.


Que por ley los CCT deben ser conocidos y aprobados por los trabajadores me parece un paso hacia adelante en la vida sindical de nuestro país. No existirán más los CCT suscritos a espaldas de los trabajadores porque para ser aceptados y reconocidos por el CFCRL tienen que ir respaldados por la voluntad de los trabajadores. Sin duda se trata de un duro golpe a los sindicatos de protección y a las empresas que por décadas, en complicidad, burlaron la ley pactando las condiciones de trabajo y el incremento salarial sin la aprobación de los trabajadores. Ahora las empresas y sindicatos tienen la obligación de dar a conocer el contenido de los CCT a todos los trabajadores cubiertos por dicho convenio y será la decisión de la mayoría de éstos el aceptarlo o rechazarlo.


Y, más aún, este procedimiento de consulta no solo será aplicado para la legitimación de los CCT sino que será obligatorio para todos los procesos de revisión integral de los CCT cada dos años, obligando a empresas y sindicatos a consultar a los trabajadores si aceptan o no el resultado de la negociación contractual, por ejemplo, cuando el sindicato emplaza a huelga a la empresa para la revisión del CCT tendrá que existir una consulta a los trabajadores para que aprueben o no los términos del acuerdo alcanzado entre las representaciones de la empresa y el  sindicato.


En suma, que los trabajadores se acerquen más a conocer sus derechos laborales, el contenido de sus CCT y participen en una consulta para aprobar o rechazar dichos convenios es algo que, sin duda, beneficia a la clase trabajadora.


Sin embargo, los aviesos propósitos políticos que el gobierno morenista esconde detrás de la legitimación de los CCT es su aspiración a obtener el control del sindicalismo nacional con miras a imponer su hegemonía en el seno de la clase obrera mexicana.


Es evidente que la legitimación de los CCT es una medida que pretende, entre otras cosas, eliminar los contratos de protección establecidos por décadas por el sindicalismo oficial priista encabezado por la CTM. Los trabajadores hartos del charrismo sindical con justa razón rechazarán los CCT que no reflejen la genuina defensa de sus intereses. Los trabajadores podrán entonces sacudirse de los contratos de protección y de los sindicatos charros priistas, es cierto, pero ¿qué opciones sindicales tienen?, pues naturalmente los sindicatos encabezados por los líderes morenistas apoyados desde el Gobierno, por ejemplo a personajes de la talla de  Napoleón Gómez Urrutia o Susana Prieto Terrazas. Es decir, que la legitimación de los CCT permitirá a los trabajadores sacudirse del viejo charrismo sindical priista, pero el mecanismo está diseñado para que ahora queden a merced del nuevo charrismo sindical morenista. Del satén a la lumbre.


El caso de General Motors en Silao nos mostró que en dicha legitimación del CCT, realizada en agosto de 2021, intervinieron poderosos intereses económicos y políticos, nacionales y extranjeros: desde fuera, actuaron el Gobierno norteamericano y la Federación Americana del Trabajo y Congreso de Organizaciones Industriales (AFL-CIO), utilizando el Mecanismo Laboral de Respuesta Rápida contenido en el capítulo 23 del T-MEC, promoviendo una queja por violaciones a los derechos de los trabajadores de GM para forzar así el proceso de legitimación. ¿Alguien puede creerlo? ¡El Gobierno norteamericano y  su central sindical más importante apoyando contra viento y marea al desamparado proletariado mexicano! Y, por otro lado, al interior del país, el gobierno morenista, a través de la Federación de Sindicatos Independientes de las Industrias Automotriz, Autopartes, Aeroespacial y del Neumático (FESIIAAAN) fundada y promovida por Napoleón Gómez Urrutia, contribuyó de manera importante en el triunfo de Sindicato Independiente Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la Industria Automotriz (SINTTIA) en GM Silao. De esta manera el Gobierno pretende que el viejo charrismo priista sea sustituido por el nuevo charrismo morenista.


Apoyémonos en una analogía político electoral: la democracia en nuestro país permitió en 2000 sacar al PRI de Los Pinos, cierto, pero llegó el PAN y las cosas siguieron igual. El pueblo rechazó en 2018 el mal gobierno de la administración corrupta de Peña Nieto, cierto, pero llegó Morena y las cosas no siguieron igual, sino que están mucho peor. La democracia entonces resulta ineficaz para el pueblo cuando los partidos políticos secuestran en favor de sus intereses la vida política del país. Así en el terreno sindical, la legitimación de los CCT permitirá sacudirse a los sindicatos charros priistas, cierto, pero en su lugar el gobierno morenista está colocando a sus nuevos líderes charros. La legitimación de los CCT también resulta ineficaz para los trabajadores cuando el Gobierno pretende  imponer su hegemonía en el seno de la clase obrera mexicana.


Es por ello que los trabajadores de México debemos entender y aprovechar los aspectos positivos que trae consigo la legitimación de los CCT, estar atentos a los procesos de legitimación de los CCT que se realicen en las empresas donde laboramos; debemos conocer nuestros derechos laborales y participar activamente en los procedimientos de consulta para la legitimación o revisión contractual de los CCT. Y para evitar que el viejo charrismo de la CTM sea sencillamente sustituido por un nuevo charrismo morenista debemos crear o adherirnos a sindicatos que en verdad defiendan nuestros derechos laborales para desplegar con éxito nuestra cohesión y capacidad organizativa al momento de enfrentar las políticas económicas y laborales que los dueños del capital pretendan imponernos.