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domingo, 16 de julio de 2023

Tesla en Monterrey

 


Alexei García


        En los últimos años, la instalación de empresas automotrices en diferentes regiones del mundo ha impulsado el desarrollo económico y la generación de empleos. Un ejemplo destacado es Tesla, una compañía líder en vehículos eléctricos y tecnologías innovadoras, que ha mostrado interés en establecerse en Monterrey, Nuevo León. En este artículo, exploraremos brevemente las razones por las cuales Tesla considera a México como un lugar atractivo para invertir, destacando factores como la mano de obra competitiva y otros beneficios económicos. También analizaremos cómo estas empresas pueden aprovechar ciertas condiciones de los mexicanos y cómo el país puede equilibrar esta relación para maximizar los beneficios para su población.


    I. Mano de obra competitiva: 

Una de las principales razones por las cuales Tesla considera instalarse en Monterrey es la disponibilidad de una mano de obra altamente competitiva. México cuenta con una gran cantidad de profesionales capacitados en ingeniería y tecnología, lo que permite a las empresas automotrices encontrar talento de calidad a un costo relativamente menor en comparación con otras regiones del mundo. La abundancia de universidades técnicas y programas de capacitación en el país ha contribuido a la formación de una fuerza laboral especializada que puede satisfacer las demandas de Tesla y otras compañías automotrices.

 

    II. Beneficios fiscales y económicos: 

Otro aspecto atractivo para Tesla al considerar su instalación en México son los beneficios fiscales y económicos ofrecidos por el Gobierno. Las autoridades mexicanas han implementado políticas para atraer inversiones extranjeras, lo que incluye la reducción de impuestos y la simplificación de los trámites burocráticos para facilitar el establecimiento de empresas. Estos incentivos fiscales y económicos proporcionan un entorno favorable para la inversión extranjera, lo que permite a empresas como Tesla ahorrar costos significativos y mejorar su competitividad en el mercado global.


    III. Aprovechamiento de las condiciones mexicanas: 

Es importante reconocer que, si bien la instalación de empresas como Tesla en México puede generar empleo y oportunidades económicas, también puede haber situaciones en las que las empresas se aprovechen de ciertas condiciones del país. Algunos críticos argumentan que la mano de obra barata puede conducir a salarios más bajos y a una menor protección laboral.


Es esencial que el Gobierno mexicano implemente políticas efectivas para garantizar el respeto a los derechos laborales, así como la protección de los trabajadores, a fin de equilibrar esta relación y asegurar que las oportunidades económicas se traduzcan en un desarrollo sostenible y equitativo para la población mexicana. De no ser así, la inversión de Tesla en nuestro país solo servirá para acrecentar aún más la riqueza del magnate multimillonario Elon Musk; de modo que el bienestar de los trabajadores sólo dependerá del grado de concientización y de organización alcanzado para defender sus intereses económicos y políticos.


martes, 23 de mayo de 2023

Inteligencia artificial y despidos masivos

 


Renata Aguilar

La innovación y creación de tecnología está siempre presente en el sistema capitalista, conducidas por la competencia entre las empresas para mantenerse en los mercados. La empresa que posea los avances tecnológicos más avanzados es quien tiene mejor posición en el mercado, puede ofrecer mercancías a precios más bajos y, por tanto, obtiene mejores ganancias, esto se conserva durante un periodo de tiempo hasta que una parte de sus competidores aplica también nuevas tecnologías en su planta productiva y, por otro lado, surgen nuevas innovaciones que obligan a la continua actualización de material tecnológico 

 

Dentro de los muchos beneficios que trae consigo la innovación y creación de nueva tecnología, el primordial en un sistema capitalista es el económico, pues al generar mayor productividad se logra mayor riqueza.

 

La Inteligencia Artificial (IA) como producto de la innovación y creación de tecnología, en la actualidad, es una pieza clave en el mundo empresarial, su irrupción ha traído a la superficie diversos debates sobre sus ventajas y desventajas, incluso se habla de un peligro para la humanidad. En los hechos, siempre que hay grandes avances científicos y tecnológicos, es normal que haya recelo de la población, principalmente por parte de los trabajadores; un ejemplo claro fue el histórico movimiento ludista, encabezado por artesanos ingleses, a inicios del siglo XIX, quienes protestaron destruyendo los telares industriales y las máquinas de telar, al responsabilizar a éstas de dejarlos sin empleo y, por tanto, sin salario.

 

Recientemente, Elon Musk y algunos expertos tecnológicos han pedido una pausa en el avance de la IA, por considerar que está “fuera de control” y que puede haber riesgos profundos para la sociedad y para la humanidad. Este pronunciamiento más allá de preocupaciones por la humanidad tiene otras causas, por ejemplo, el hecho de que la inteligencia artificial desarrollada, actualmente el ChatGPT, está principalmente en manos de Google, OpenAI y Microsoft y regularla o estar fuera de control, seguramente se refieran a que desean sea controlada solo por selecto grupo de empresas.

 

Más allá del control o el marco regulatorio que manifiestan debe tener la IA, lo que nos interesa destacar son dos cosas: primera, la creación de tecnología es producto directo del trabajo colectivo de los trabajadores y debería servir para su emancipación; segunda, los despidos masivos que ha acarreado y la destrucción de los empleos que todavía están en puerta, están dejando en el desamparo a miles de trabajadores, cifra que puede subir a centenares de miles.

 

Amazon, por ejemplo, ha despedido a 18 mil empleados, Google a 12 mil, Meta a 11 mil, Microsoft a 10 mil, Salesforce a 8 mil, Disney a 7 mil, HP a 6 mil, IBM a 4 mil y Twitter a la mitad de su plantilla; y la lista todavía es larga, Forbes calcula hasta el momento en 150 mil los despidos de las tecnológicas, la mayoría con grandes inversiones en inteligencia artificial. Este es el peligro real, los despidos masivos no tienen un control y el gran capital ha olvidado que sin trabajadores no hay consumidores, estamos viviendo una crisis económica fuerte y al parecer, se avizora una mayor.

 

El despido masivo de los trabajadores es una ley del capitalismo, pues este sistema motiva que haya un ejército de desempleados, para que los trabajadores activos puedan ser despedidos ante cualquier signo de “rebeldía” y que siempre exista otro trabajador dispuesto a suplirlo por salarios totalmente bajos. Esta situación debe ser clara para todos los trabajadores y adquiriendo conciencia de ella deben convertirse en un ejército unido que pueda imponer condiciones laborales justas, finalmente la creación de riqueza y de tecnología como parte de ésta, es fruto de su trabajo y debe ser una herramienta para emanciparlos, para proporcionarles mayor tiempo libre en el que puedan desarrollar todas sus capacidades y habilidades como seres humanos y no sólo estar a merced del gran capital.

 

La innovación y creación de tecnología en sí, tiene un potencial realmente liberador para los trabajadores, no obstante, la finalidad con la que ha sido creada no ha sido esa, su finalidad primordial en el sistema capitalista es obtener mayor plusvalía y a esta se somete a los trabajadores; un robot puede ahorrar muchas horas de trabajo en un proceso productivo, pero en realidad, los trabajadores continúan con las mismas jornadas laborales y con los mismos salarios, es necesario un sistema económico que subordine la finalidad de acumulación de riqueza, por la finalidad de las mejores condiciones de vida para los trabajadores.

 

La IA no es un peligro para la humanidad, el verdadero peligro para la humanidad es el sistema capitalista cuya insaciable sed de ganancia por parte de unos cuantos industriales, banqueros y comerciantes, privilegia al dinero por encima de la calidad de vida de la mayoría los seres humanos. Es por ello que los trabajadores nos debemos preparar para poder cambiarlo por un sistema económico que realmente vea por los intereses de la clase obrera.

 

sábado, 11 de marzo de 2023

Inversión de Tesla: nada que festejar para los obreros mexicanos

 


Federico Hernández

        Llama la atención la copiosa propaganda publicada en todos los medios a raíz de la decisión del hombre más rico del planeta, Elon Musk, de instalar en Santa Catarina, Nuevo León, una mega-planta de Tesla de autos eléctricos. Se le presenta como algo de gran trascendencia para el desarrollo económico de dicha entidad y del país. Ya vemos pavonearse al presidente de la república y al gobernador de ese pujante estado, Samuel García, que se adjudican haber logrado tal inversión. “Estamos de manteles blancos”, dijo este último. Hablan algunos medios de comunicación, exagerando, que será un detonante aun de mayor trascendencia de lo que fueron en su momento las empresas emblemáticas de Monterrey y su desarrollo industrial como, por ejemplo, la acerera Fundidora constituida a principios del siglo XX.  Pero la pregunta que debemos hacernos es ¿si esta inversión va a cambiar la vida de los millones de obreros del estado y del país?, ¿si ayudará a mejorar su salario, sus prestaciones, el desempleo… en fin, su nivel de vida? Veremos que nada de eso sucederá.


Es cierto que Tesla traerá empleos y se instalarán nuevas empresas proveedoras de ésta, que traerán, a su vez, nuevos empleos (se habla de cinco mil empleos directos e indirectos, ¡pero en México no hay miles sino millones de desempleados según el INEGI!, lo cual quiere decir que su impacto no será tan grande en materia de generación de empleos). El estado tendrá, se dice, un mayor desarrollo industrial, ¿desarrollo industrial?, ¿en beneficio de quién?, ¿para los empresarios o para los obreros? Los empresarios sin duda y, en especial el dueño de Tesla, al que ya le dieron todas las condiciones para asegurar su inversión. Al obrero, en cambio le tocará la peor parte, seguirá en las mismas condiciones de bajos salarios y desempleo.


Nunca debemos olvidar que la finalidad de los empresarios, como la de Elon Musk, en este caso, será sólo una: hacer que el capital invertido – según esto 5 mil millones de dólares- se incremente a su mayor tasa posible. Para este empresario, como para cualquier otro, su capital sólo tiene razón de existir si se incrementa. ¿Y cómo se incrementa? explotando fuerza de trabajo del obrero y en muchas ocasiones provocando un desgaste prematuro en él, más allá de lo normal.


A la salida de una fábrica –cualquiera que sea- al término de un turno, salen los trabajadores de distintas edades, los cuales reflejan en sus rostros y cuerpos el cansancio de una extenuante jornada. En los obreros de mayor edad vemos como su antigua vitalidad ha sido consumida por la fábrica a lo largo de los años; han dejado su fuerza de trabajo en la elaboración de una mercancía -o parte de una, pues el proceso se ha parcializado desde que apareció la manufactura-. Se les ve dirigirse al transporte que los dejará en la colonia donde viven y, una vez en su casa, seguramente comerán algo y no desearán otra cosa más que descansar, pues al día siguiente les espera otra jornada extenuante como la del día anterior; como el tormento de Sisifo “el astuto” que con estratagemas engaño a los dioses, dice la mitología, por ejemplo, que aprisionó a la misma muerte por lo que ya nadie moría. Zeus en castigo hizo que Sisifo levantara una roca sobre un monte y luego, ya en la altura, la roca caía nuevamente al punto de partida; Sisifo, una y otra vez, tenía que subir la roca. Así el obrero tiene que empezar todos los días una nueva jornada en la que se le explotará por parte del capitalista.


El capital es, hablando metafóricamente, como una bola de nieve que, al rodar por una pendiente, con cada vuelta que da, crece y crece, mientras no se detenga. Por eso decía Carlos Marx que el capital es un valor que se valoriza, crece en su valor en el proceso de producción de mercancías. Si un capitalista empezó, por ejemplo, con un capital de un millón de pesos, al final del proceso de producción- una vez que el obrero con su fuerza de trabajo mueve las máquinas y manipula la materia prima, transfiriendo y creando un valor nuevo en la mercancía creada-, tendrá, por ejemplo, un millón 200 mil pesos; habrá incrementado su capital inicial en 200 mil pesos; de un capital “C” pasará a “C” + incremento. ¿Quién hace que ese capital crezca, se incremente?, ¿el empresario? No en absoluto; éste no participa en el proceso productivo. Es indudablemente que es el obrero quien produce la riqueza y nadie más.


Pero éste sólo recibe un salario con el que compra apenas los medios de vida indispensables para reponer su fuerza de trabajo consumida en el proceso de producción y, sin embargo, a cambio, produce un valor superior al que representa su salario, y este valor – llamado plusvalía- se lo apropia el capitalista, es trabajo no pagado al obrero. Permítaseme seguir con el ejemplo de la bola de nieve. Es como si todos los obreros, cada uno con una pala, al pasar la bola de nieve, echaran a su paso la proporción de nieve con que crecerá la bola; son ellos y nadie más quien la hace crecer en su continuo rodar a esta “mole” del capital.


La realidad será que los obreros neoloneses, y del país, seguirán con sus bajos salarios, con sus prestaciones- aguinaldo, utilidades, etc.- escamoteadas por empresarios en contubernio con sindicatos patronales que son camisas de fuerza. Elon Musk, como todos los empresarios, se harán más ricos a costa de la pobreza de los trabajadores.


El obrero más que sumarse al festejo de los dueños del dinero por la llegada de Tesla a México, debe tomar conciencia de su situación como clase social que- junto con los campesinos- produce toda la riqueza y, sin embargo, ocupa la base de la pirámide social, o sea que sostiene a todas las demás clases sociales y vive en las peores condiciones. El obrero debe politizarse tomando conciencia de sus intereses como clase, de su papel en la sociedad y decidirse a cambiar tal estado de cosas.