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lunes, 15 de agosto de 2022

Coahuila se sostiene sobre los hombros de los mineros

 

Selene Aguiar Parra


     Coahuila, segundo lugar nacional en la generación de empleo en el sector minero-metalúrgico, primer lugar nacional en la producción de cadmio, fierro, carbón, celestita, sílice, sulfato de magnesio y sulfato de sodio. El valor de la producción minera estatal en el 2020 ascendió a 30 mil 194 millones 356 mil 443 pesos participando con el 1.23 por ciento del valor total nacional. Cifra muy contrastante con los salarios de los mineros, quienes son contratados formalmente reciben en promedio 9 mil 380 pesos mensuales, mientras que los contratados informalmente tan solo 5 mil 500 pesos al mes, según la plataforma Data México.


Aunque el contraste entre las ganancias de los empresarios y el salario de los mineros es una verdad de décadas atrás, se sitúa en debate público principalmente cuando ocurre una tragedia, como la más reciente en una mina de carbón en el municipio de Sabinas, Coahuila, donde 10 trabajadores, a más de una semana del suceso, permanecen atrapados luego de que ocurriera una inundación. Como es común en estas tragedias, se dan a conocer por distintos medios las deplorables condiciones en que trabajan los mineros, sale a luz la negligencia criminal en el sector, las irregularidades, como en este caso, la red de prestanombres que protegen a los verdaderos dueños de las concesiones mineras, quizás por los contratos multimillonarios que mantienen con la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Se visibilizan muchas situaciones que viven día a día los mineros y que vuelven a quedar bajo tierra con los trabajadores, un tiempo después del siniestro. Veamos:

 

  • 2006. Explosión y derrumbe en Pasta de Conchos, Coahuila, 65 obreros bajo tierra.  
  • 2012. Mina de carbón explotada en Progreso por Altos Hornos de México se derrumbó dejando 6 muertos. 
  • 2017. Desprendimiento instantáneo en la Mina 7 de la Unidad MIMOSA de Minera del Norte, perteneciente a Altos Hornos de México en el municipio de Progreso, Coahuila, 2 desaparecidos y 5 sobrevivientes. 
  • 2021. Inundación y colapso de una mina en el municipio de Múzquiz, Coahuila, deja 7 mineros muertos. 
  • 2022. El miércoles 3 de agosto, 10 trabajadores de una mina de carbón en el municipio de Sabinas, Coahuila, quedaron atrapados luego de que esta sufriera una inundación. 

 

Lo anterior son los siniestros de mayor impacto social tan solo en la región de Coahuila desde el año 2006 hasta el 2022. Cada uno con un dolor inenarrable que sufren las familias y un sufrimiento que paradójicamente es burlado y utilizado políticamente por los gobiernos en turno con fines de aparecer en pantalla aparentando estar preocupados en ayudar a las familias. Lucía Sánchez, madre de uno de los mineros que permanecen atrapados en la mina de Sabinas así le hacía el reclamo a López Obrador tras la visita del presidente a la mina: “Señor presidente, le agradezco su visita que vino a hacer, a esta área donde está ahorita el dolor. Le agradezco que haya venido a tomarse la foto con mi dolor, de mi familia y de cada uno de los que estamos aquí. Gracias, espero y que sus fotografías le sirvan para su política”. 


El dolor de Lucía es el de muchas familias que han perdido a algún familiar en las minas, no solo el pasado miércoles 3 de agosto, sino también en otras tragedias y los hechos y la realidad nos dicen que seguirán ocurriendo, que la sed de ganancias de los empresarios no ha de parar aun sea a costa de la vida de más mineros.


La seguridad laboral en la minería necesita mucha inversión y esto reduce las ganancias de las empresas, los patrones mantienen y mantendrán a los mineros laborando en condiciones infrahumanas. Y, por otro lado, el Estado que sirve al capital, ahora conducido por la 4T, tolera y encubre dicha situación sin importarle la salud ni la vida de los trabajadores.


La historia se repite, los trabajadores siguen trabajando en condiciones deplorables mientras las autoridades y empresas deciden en común acuerdo, ignorarlas. El cambio verdadero solo puede llegar cuando los trabajadores mineros se unan, se organicen y luchen por sus derechos laborales, parte importante de la riqueza de la producción minera de Coahuila les pertenece y deben tenerlo claro. Deben alzar su bandera no solo por el rescate de los mineros que permanecen atrapados bajo tierra, que es sumamente importante que sean rescatados, sino por todos los mineros que día a día extraen las riquezas con su esfuerzo y sudor, arriesgando y dejando la vida en ello, de lo contrario, las tragedias mineras en Coahuila y en todo el país, continuarán sin responsables y sin justicia golpeando aterradoramente a las familias.


miércoles, 3 de agosto de 2022

Acerca de la huelga en la mina El Boleo


Ricardo Torres

El pasado 6 de julio del año en curso, los más de mil trabajadores del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos y Similares de la República Mexicana, Sección 329, que laboran en la mina El Boleo, en Santa Rosalía, municipio de Mulegé, en Baja California Sur, estallaron una huelga por violaciones a su contrato colectivo de trabajo en demanda de aumento salarial y pago de utilidades.


Con justa razón los obreros reclaman su pago de utilidades ya que recibieron apenas 300 pesos, una burla. Y por otro lado, en aras de avanzar en la negociación por el incremento salarial, los trabajadores han cedido en su pretensión inicial del 12 por ciento pero se mantienen firmes en que dicho aumento, por lo menos, corresponda a la inflación actual que ya rebasa el 7.8 por ciento. Por su parte, la empresa no ha variado su ofrecimiento del 6.5 por ciento de incremento salarial y un bono de 7 mil pesos de utilidades.


A casi un mes de estallada la huelga, su impacto económico en la región es notorio ya que al detenerse las labores de la mina se afecta a microempresas, comerciantes, productores agrícolas y pesqueros, hoteles, restaurantes, prestadores de bienes y servicios, etc. Sin embargo, la empresa que se muestra inflexible y defiende al máximo hasta el último centavo de sus ganancias, ha dejado de asistir a algunas de las reuniones de conciliación ante las autoridades federales del trabajo y amaga con iniciar los procedimientos de ley para un cierre definitivo de la mina, en un claro intento de desgastar, intimidar y presionar a los trabajadores para que acepten las propuestas económicas de la empresa y se levante la huelga.


La empresa Minera y Metalúrgica del Boleo S.A.P.I. de C.V. es propiedad del grupo surcoreano Korea Resources Corporation (92,7%) y la compañía canadiense Camrova Resources Inc. (7,3%), que cuenta con minas subterráneas y a cielo abierto en donde se exploran, explotan y comercializan minerales metálicos (cobre, cobalto, zinc, entre otros), cuyas reservas minerales son de 79 millones de toneladas métricas, mismas que permitirán producir anualmente 50 mil toneladas de cobre, 20 mil toneladas de zinc y 2 mil toneladas cobalto, por casi 20 años. A todas luces un negocio redondo. Sin embargo, los directivos de la empresa han declarado que, debido a las costosas inversiones que han realizado, sus estados financieros en los últimos cuatro años arrojan números rojos, pérdidas millonarias que han soportado a través de financiamiento externo, razón por la cual, dicen, sus ingresos impiden atender favorablemente las peticiones económicas de los trabajadores.


Sin embargo, considerando la naturaleza del trabajo que realizan los mineros, su enorme y prolongado desgaste físico en medio de grandes riesgos para su salud y su vida, los salarios que reciben son bajos; en la mina El Boleo los trabajadores sindicalizados están clasificados en cinco categorías con distintos salarios: 385 mineros de la categoría D reciben un salario diario de 294.04 pesos; 220 mineros de categoría C reciben 392.04 pesos diarios; 258 de la categoría B reciben 490.08 pesos diarios; 144 de categoría A reciben 588.09 pesos diarios; y 48 de la categoría AA reciben 754.18 pesos diarios. Si sumamos a los trabajadores de las categorías B, C y D, que corresponden al 81 por ciento del total de los trabajadores sindicalizados, obtenemos que el monto promedio de su salario es de 399.00 pesos diarios, ingreso que está por debajo del salario promedio que reciben los mineros del país. Por tanto, es de elemental justicia que demanden un incremento que, por lo menos, impida que la inflación reduzca la capacidad adquisitiva de su salario.


Como lo expresó Raúl R. Pérez en estas mismas páginas del Informador Obrero, la industria minero-metalúrgica es un sector importante de la economía nacional y, principalmente, a partir de 1994, con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte ahora renovado en 2020 y rebautizado como T-MEC, más del 70% de la producción minera se realiza por empresas extranjeras. Sin embargo, pese al creciente desarrollo de este sector y a las millonarias ganancias que generan para los dueños del capital, el salario que reciben los trabajadores mineros sigue siendo muy bajo.


Es un hecho que los patrones invierten capital con el único interés de obtener ganancias como resultado de la explotación de la fuerza de trabajo del obrero. Y es en el marco del sistema económico capitalista en que vivimos que se explica el conflicto actual que viven los mineros de “El Boleo” en donde la empresa busca obtener el máximo de ganancia a costa de pagar bajos salarios a los trabajadores.


La huelga en la mina “El Boleo” es un claro ejemplo de la inevitable lucha de clases que, en el régimen capitalista, existe entre obreros y patrones; la permanente resistencia a ceder ganancias para incrementar salarios y utilidades; el antagonismo entre los intereses del patrón y los intereses de los trabajadores se polariza, siendo la huelga un mecanismo de defensa de los trabajadores ante la falta de equilibrio entre los factores de la producción, un derecho colectivo constitucional en defensa de los trabajadores y mecanismo de presión de los obreros frente al patrón.


A los mineros de El Boleo les asiste la razón y el derecho. Por tanto, si mantienen firme su unidad y convicción, si resisten y se sostienen combativos en su huelga, más temprano que tarde obligarán al capital surcoreano a negociar un merecido pago de utilidades así como un digno incremento salariar que mejore sus ingresos y condiciones de vida.