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lunes, 28 de noviembre de 2022

China socialista: el anuncio del nuevo orden mundial

Ricardo Torres

 

        China, una de las civilizaciones más antiguas del mundo, se ubica en el continente asiático, cuenta con una superficie de más de 9 millones 600 mil km2 y una población de más de mil 400 millones de habitantes, es, por tanto, el país más poblado del planeta y, según el Banco Mundial, la primera potencia económica mundial en términos de paridad del poder adquisitivo. En las últimas décadas ha destacado como el país con mayor desarrollo económico en el mundo con un crecimiento promedio anual del 10 por ciento de su Producto Interno Bruto (interrumpido por la pandemia de covid-19 pero que se recupera aceleradamente). La República Popular China es un país socialista dirigido por un Partido Comunista cuya orientación filosófica y política es el marxismo-leninismo.


El exitoso desarrollo económico de China en las últimas décadas se debe, entre otras razones, a la implementación de un modelo económico hibrido en el que, por un lado, se promueve el libre mercado y la inversión privada del capital (nacional y extranjero) y, por el otro, mantiene la propiedad estatal sobre los sectores estratégicos de la producción buscando equilibrar ambas políticas económicas con el objetivo de garantizar el fortalecimiento de su mercado interno y alcanzar, entre muchas otras de sus metas inmediatas, eliminar la pobreza extrema que sufría una parte de su pueblo para luego ir elevando sus condiciones de vida a un nivel social modestamente acomodado.


Hablamos entonces no de una economía estatizada sino de un modelo que promueve el desarrollo económico del país en donde el Estado, como rector de la economía planificada, regula los mecanismos necesarios para permitir una distribución más equitativa de la riqueza a través de un incremento progresivo al salario real de los trabajadores, reduciendo el cobro de impuestos al trabajador, aplicando control en los precios de bienes y servicios, subsidios, racionamientos, financiamientos, etc., con el propósito de orientar el mercado y permitir que la población en su conjunto tenga un mayor acceso a la salud, vivienda, servicios públicos, educación, ciencia, cultura, deporte, etc. De esta manera el pueblo chino, orientado por el Partido Comunista y su Gobierno, construyen día a día una sociedad socialista moderna con características chinas.


En este marco, a mediados de octubre del año en curso, se inauguró en Beijing, capital de China, el XX Congreso del Partido Comunista Chino (PCCh), donde su presidente, Xi Jinping, dijo entre muchos otras cosas, que a lo largo de los últimos años, adheridos firmemente al marxismo-leninismo, es decir, a la concepción científica del desarrollo social, el PCCh ha logrado implementar y concluir con éxito un primer periodo del socialismo con peculiaridades chinas al conseguir resultados y transformaciones históricas que sientan las bases para el inicio de un nuevo periodo en la construcción integral de un país socialista moderno. De esta manera el éxito arrollador de China en todos los ámbitos de la vida económica, política y social, la convierte en la nación más avanzada del planeta, en una potencia económica mundial que propone el socialismo moderno como la ruta correcta para la construcción de la sociedad contemporánea. Este es pues el nuevo orden social que, con su ejemplo, China propone al mundo.


En su discurso el Presidente Xi Jinping afirmó “Hemos fortalecido en todos los aspectos la dirección partidaria, dejando en claro que la dirección del PCCh es el rasgo más esencial del socialismo con peculiaridades chinas y la mayor superioridad de su sistema, que el PCCh constituye la fuerza dirigente política suprema y que la persistencia en la dirección centralizada y unificada del Comité Central es el principio político supremo; hemos perfeccionado el sistema institucional de la dirección del Partido sistémicamente, y hemos logrado que toda la militancia […] mantuviese conscientemente un alto grado de identificación ideológica, política y de acción con el Comité Central y aumentase constantemente su capacidad política de juicio, comprensión y ejecución […]  dando mayor cohesión y unidad a este partido político marxista nuestro con más de 96 millones de militantes.


“Através de una lucha continua, hemos materializado el sueño milenario de la nación china de tener una vida modestamente acomodada, poniendo el desarrollo de nuestro país en un punto de partida histórico más elevado. Persistiendo en ofrecer ayuda precisa contra la pobreza e invertir el máximo esfuerzo, hemos ganado la batalla de asalto de plazas fuertes de liberación de la pobreza de mayor magnitud librada en la historia humana (cerca de 100 millones de habitantes rurales pobres se han librado de la pobreza y más de 9,6 millones de personas necesitadas se han trasladado a lugares más convenientes para su manutención) con lo cual hemos logrado dar solución histórica al problema de la pobreza absoluta, con gran contribución a la causa global del alivio de la pobreza.

 

La educación, la ciencia, la tecnología y el personal de talento representan un soporte de carácter fundamental y estratégico para la construcción integral de un país socialista moderno. Con persistencia en la condición de la ciencia y la tecnología como primera fuerza productiva, del personal talentoso como recurso número uno y de la innovación como fuerza motriz primaria.”


En referencia a su visión sobre el nuevo orden internacional señaló que China se dedicará a impulsar la construcción de una comunidad de destino de la humanidad […] Respeta la soberanía e integridad territorial de los países, está adherida a la igualdad de todos ellos, sean grandes o pequeños, fuertes o débiles, ricos o pobres, respeta la vía de desarrollo y el sistema social soberanamente elegidos por sus pueblos y se opone resueltamente a toda manifestación de hegemonismo y política de fuerza, a la mentalidad de Guerra Fría, a la intervención en los asuntos internos de los demás y a los dobles raseros. Aplicará una política de defensa nacional de carácter defensivo, y su desarrollo conllevará el crecimiento de la fuerza mundial de la paz; sea cual sea el grado del mismo, jamás procurará la hegemonía ni practicará el expansionismo.


“China impulsará la construcción de un nuevo tipo de relaciones internacionales, profundizará y extenderá las asociaciones globales de igualdad, apertura y cooperación, y se dedicará a ampliar puntos de convergencia de intereses con los demás países. Promoverá la coordinación y la interacción positiva de los grandes países e impulsará la estructuración de la configuración de unas relaciones de coexistencia pacífica, estabilidad general y desarrollo equilibrado entre ellos”.


Los trabajadores de México y el mundo debemos estar interesados e informados sobre el exitoso desarrollo que tiene y tendrá esta importante nación en beneficio de su pueblo y de su inevitable influencia en el desarrollo de los pueblos del mundo. A pesar de la aplastante maquinaria propagandística de los países capitalistas (encabezados por Estados Unidos), de sus intelectuales y académicos a sueldo, de más de un siglo y medio de ataques por todos los medios de comunicación masiva bajo su control a través de periodistas, comunicadores y líderes de opinión, en una histórica, permanente y furiosa campaña de calumnias contra el socialismo, el marxismo-leninismo y los partidos comunistas, China socialista se erige hoy en el mundo, con su ejemplo, como un gigantesco faro que ilumina el camino para un nuevo orden mundial.


El modelo capitalista está siendo superado en su propio terreno, el económico, por el modelo socialista con peculiaridades chinas, lo que significa el tránsito de un modelo hegemónico, unipolar y explotador impuesto al mundo por el imperialismo norteamericano, hacia un modelo multipolar de apertura y cooperación orientado a la construcción de un socialismo moderno en favor de los pobres del mundo. Que así sea.


sábado, 19 de noviembre de 2022

Origen del sindicalismo en México

 

Sergio Cadena


Como ya se sabe, el actual sindicalismo en México dista mucho de ser un instrumento de lucha a favor de los trabajadores. El charrismo sindical como comúnmente se le conoce, se encuentra representado principalmente en dos modalidades: sindicatos blancos y de protección. Pero ¿cómo se llegó a esta desafortunada situación para los trabajadores?


Recordemos que la corriente política que llegó a nuestro país, vía España, fue la del anarquismo. Dicha concepción del mundo fue la que adoptaron los hermanos Flores Magón y el Partido Liberal Mexicano (PLM) fundado por ellos. Dicha ideología también se adueñó de la primera confederación de sindicatos, la Casa del Obrero Mundial. Y aunque ambas organizaciones fueron derrotadas y desaparecidas por la represión y persecución políticas, dejaron huellas importantes en los primeros movimientos obreros en nuestro país (Cananea, Río Blanco, etc.). Inclusive buena parte de los puntos del programa del PLM se ven reflejados claramente en algunos artículos de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Sin embargo, el anarquismo no es la concepción científica de la sociedad contemporánea, no es la concepción científica del proletariado. Esa, como cualquier estudiante lo sabe, es el marxismo-leninismo.


Esta deficiencia (el haber adoptado al anarquismo, el cual representa los intereses económicos y hasta la forma de sentir de los pequeñoburgueses), explica el por qué hasta uno de los hermanos Flores Magón (Jesús) fue cooptado por el gobierno carrancista, convirtiéndose en uno de sus flamantes ministros. También explica la utilización de que fue objeto la Casa del Obrero Mundial al formar los famosos batallones rojos. Para que esto último quede más claro, hay que analizar un punto en el que difieren totalmente el anarquismo de la Casa del Obrero Mundial con el leninismo. A saber, el primero se limita a la lucha económica y el segundo, además de la lucha económica, pugna por la lucha política como una etapa superior en la concientización de la masa trabajadora. Lo que Marx llamó pasar de ser “clase en sí” a “clase para sí”.  En efecto, Rosendo Salazar, en su obra, Las pugnas de la gleba, México, Comisión Nacional Editorial (PRI), 1972, pp 56-57, nos dice “En adelante, concluían, para evitar persecuciones, la Casa del Obrero se concretaría a promover la sindicalización de los obreros absteniéndose por completo de tratar asuntos políticos.”


Después de que la naciente burguesía mexicana había derrotado y desaparecido en toda la línea a estas primeras organizaciones obreras, continuó cooptando a sus posibles líderes y poniendo trampas de tipo legaloide para que los sindicatos se convirtieran en un instrumento castrado que en casi nada podían defender al trabajador. Así, algunos se convirtieron en asociaciones de resistencia, otros en bolsa de trabajo, etc., y, la mayoría de ellos, incapacitados para ejercer el derecho a la huelga.


Así van pasando los años y hacia finales de la década de los 40 el concepto de “charrismo” fue acuñado cuando Jesús Díaz de León, a quien apodaban “El charro”, con el apoyo de los granaderos asaltó el local del Comité Ejecutivo del Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana (STFRM) para deponer a Valentín Campa y Luis Gómez, de la dirección sindical. Él no fue el primero en utilizar la violencia, pero sí fue el primero que públicamente utilizó el apoyo gubernamental de la fuerza coercitiva para someter a los trabajadores.


Ahora, el gobierno de la 4T combate al viejo charrismo sindical (CTM) pero promueve a un “nuevo” charrismo encabezado por el defraudador de los mineros Napoleón Gómez Urrutia. Para los trabajadores ¿cuál es la diferencia entre uno y otro? Ninguna. El gobierno de la 4T no puede controlar a su antojo al viejo y rancio sindicalismo, en cambio, al “nuevo charrismo” lo ha hecho su incondicional.


No hay de otra, urge destacar de entre la masa obrera a los más inteligentes y valientes trabajadores para conformar, como diría José Revueltas, a la cabeza dirigente del proletariado. Que así sea.