La crisis económica mundial y el empeoramiento de las condiciones de vida de la clase trabajadora, parte ineludible del desarrollo del capitalismo, se hace sentir cada vez con más fuerza, creciendo así también la necesidad de cambiar el estado de cosas existentes. Erick London, en una nota publicada en el world socialist web site (6 de octubre de 2022), señala el resurgimiento de la clase obrera al oponerse a la desigualdad y explotación creciente del sistema capitalista. Destaca una serie de huelgas y protestas recientes a lo largo de todo el mundo teniendo como trasfondo la pandemia global y el estallido de la guerra en Ucrania.
Llama la atención las huelgas y protestas en el país modelo del sistema capitalista, Estados Unidos; pero también en Reino Unido, Francia y Alemania. Se lee en la nota: “El desarrollo de la lucha de clases en la cabina de mando de la reacción mundial imperialista, Estados Unidos, es particularmente significativa. Tras décadas en las que la Federación Estadounidense del Trabajo y Congreso de Organizaciones Industriales suprimió artificialmente la lucha de clases, los trabajadores se enfrentan a estas masivas burocracias sindicales y buscan un camino para avanzar en sus luchas”. Menciona la amenaza de la huelga de más de 125 mil ferroviarios, las huelgas de transportistas y trabajadores de los almacenes de Sysco, un paro de trabajadores de Amazon, entre otras más. Se lee: “Según Cornell University, hubo 180 huelgas en la primera mitad de 2022 involucrando a 80.000 trabajadores, el triple que en la primera mitad de 2021”.
De México no se menciona nada, pero hay que destacar la huelga de TELMEX que estalló el pasado 21 de julio, no obstante, un día después se retiraron las banderas rojinegras bajo el acuerdo de ampliar las negociaciones obrero-patronales sin que hasta el momento existan soluciones favorables y justas para los trabajadores. Ha habido otras huelgas, sin embargo, importa resaltar que el movimiento huelguístico en nuestro país ha venido decayendo desde la década de los 90 hasta la actualidad. En 2007, de acuerdo con datos del INEGI, se registraron 271, disminuyendo hasta 68 en 2013, siguiendo en bajada hasta 2018 en que se registraron 32 huelgas, en 2019 aumentaron a 76 y en 2021 bajaron hasta 19.
No olvidemos que las huelgas son instrumentos colectivos de defensa de los derechos laborales de los trabajadores y en este sentido cabe preguntarse, ¿por qué han aminorado si los derechos laborales de los trabajadores son continua y constantemente violados?
De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México es el país donde más horas se trabaja; en promedio laboran 2 mil 124 horas, a pesar de lo cual también es el país en el que los trabajadores gozan de menos vacaciones. Tan solo seis días a partir del primer año de trabajo y aumentan dos días de vacaciones por cada año laborado hasta llegar al cuarto año con 12 días de vacaciones, posteriormente hay un cambio, después del cuarto año contratado con la misma empresa el período de vacaciones aumentará en dos días por cada cinco años de trabajo.
Paradójico, pero real. Los trabajadores mexicanos son los que más trabajan y los que menos reciben.
En una nota publicada en El Economista el pasado 7 de octubre, Gerardo Hernández retomando el concepto de Trabajo Decente de la Organización Internacional del Trabajo, señala que el 60% de la fuerza laboral en México no lo conoce. Nos dice: “Trabajo decente, un concepto que se vincula con la calidad del empleo en condiciones de libertad, igualdad, seguridad y dignidad humana. En nuestro país 34.9 millones de personas ocupadas carecen de este tipo de trabajos”.
Acción Ciudadana Frente a la Pobreza en su informe “México la República de la Precariedad” destaca precisamente la ausencia de mecanismos de defensa de los trabajadores. Señalando que más de la mitad de los trabajadores asalariados carecen de contratos estables (52%) y 31 millones 230 mil personas carecen de organización sindical para la negociación y defensa colectiva de sus derechos (87%). Esto a su vez nos sumerge en el mar de pobreza en que luchamos para sobrevivir la inmensa mayoría de los mexicanos.
Regresando a la pregunta, ¿por qué han disminuido las huelgas y los mexicanos cada vez protestan menos si sus derechos laborales son continua y constantemente violados?
La respuesta a la pregunta es muy compleja, por un lado, vemos que no existen mecanismos de defensa, el Gobierno los va nulificando. Por otro, las reformas a la ley de alguna manera permiten perpetuar la transgresión de los derechos laborales.
El gobierno actual dice ser de izquierda y alardea siempre estar a favor de los pobres, aunque los hechos demuestren otra cosa. Es el gobierno de las mentiras y apariencias. Recientemente han anunciado varias reformas en “beneficio” de los trabajadores, las cuales tienen un trasfondo político importante. Anuncian la reducción de la jornada laboral, el aumento de vacaciones y el aumento de salario mínimo, sin embargo, es importante destacar que aun si se realizaran y cumplieran estas reformas no mueven un ápice el mecanismo de explotación del sistema capitalista. Pero ayudan a mantener bajas las protestas. Por otro lado, ¿qué garantiza que mejorar los derechos en papel van a mejorar en la realidad? La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y la Ley Federal del Trabajo nos conceden derechos importantes, pero en la realidad diaria vemos que no se cumplen, adornándola más y alardeando en el estrado presidencial de mejoras que en la realidad son inexistentes no cambia el hecho de que la desigualdad cada vez se ensanche más y el empeoramiento de la clase obrera vaya en picada.
El capitalismo no hará concesiones si no le benefician de alguna manera, si no, no sería capitalismo. La clase obrera debe ser consciente de ello, la falta de conciencia política es quizá, en el fondo, la respuesta a la pasividad en que se encuentra.
A lo largo de la historia los trabajadores han dado importantes luchas para reducir la jornada laboral y demandar derechos laborales, la Revuelta de Hayrmarket en Estados Unidos, la Huelga de Cananea en Sonora o el mismo Domingo Sangriento donde salieron más de dos millones de huelguistas en la Rusia zarista, que dejó a los soviets como base para la transformación radical de 1917, entre otros ejemplos más. Es decir, si no hay una verdadera organización, unión y lucha de los trabajadores no habrá derechos laborales, ni justicia, ni libertad.
El presidente Andrés Manuel López Obrador podrá decir y gritar que su gobierno está realizando reformas en beneficio de la clase obrera, pero en la realidad hace alianzas con los enemigos de los trabajadores y del pueblo de México y no bastándole dirige su “lucha” en contra de las organizaciones sociales y políticas que se oponen a su política electorera, de engaños, de sumisión con el imperialismo norteamericano, de todo lo que es el gran capital y que ellos perpetúan. López Obrador no trabaja en beneficio de los trabajadores y el pueblo de México tarde que temprano se dará cuenta, todo mexicano consciente debe contribuir a ello. Habrá algunos que sigan encandilados por las palabras del morenismo, habrá otros que oprimidos por la miseria creciente lo comienzan a dudar y cada vez más habrá quienes conscientes del latigazo que reciben, despierten, desvelen el engaño, se organicen y luchen. Ahora solo vemos un pequeño oleaje azotar las costas, pero pronto se habrá de convertir en un tsunami que va a arrasar con toda injusticia y con todo el sistema que hoy nos somete y aqueja. Queda.