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sábado, 22 de julio de 2023

Crisis de las pensiones


Renata Aguilar

        El pasado 26 de julio el medio de comunicación alemán Deutsche Welle publicó un vídeo de análisis sobre la crisis de las pensiones en el mundo y particularmente en Europa, crisis que ha desatado una ola de indignación y fuertes protestas especialmente en Francia. La causa del problema, de acuerdo con los analistas, la centran en el cambio demográfico y las tendencias crecientes al envejecimiento poblacional y señalan la desigualdad social como un factor que refuerza el conflicto, ya que nuestra esperanza de vida está asociada a los privilegios económicos y sociales que tenemos, por ende, las diferencias en la esperanza de vida hacen que para algunos grupos sociales la jubilación sea una meta imposible de alcanzar.  

 

Un factor importante en la crisis de las pensiones es el hecho de que la esperanza de vida en los países europeos es significativamente alta, según datos del Banco Mundial, en Alemania la esperanza de vida es de 81 años, en Francia 82, 81 en Reino Unido, 84 en Suiza y 83 en Australia, por citar algunos ejemplos. La edad de jubilación también varía, 65 años en Alemania, 62 en Francia, 65 en Reino Unido y en Suiza 64/65. El estilo de vida que mantienen los europeos después de su jubilación y la edad de ésta se ven ahora amenazada, no obstante, el panorama en los países subdesarrollados como el nuestro es todavía muy inferior.  

 

En nuestro país la esperanza de vida es de 70 años y la edad de jubilación de 65 años por vejez. Claro, esto con una serie de requisitos que establece nuestro sistema de pensiones. No obstante, un dato revelador es que el 41% de la población en edad de retiro continúa trabajando y el 83% de ésta lo hace para obtener un ingreso. Además, ese 41% de personas mayores que trabajan se dedica principalmente a actividades en la informalidad (55%), como trabajos por cuenta propia, trabajo doméstico, agricultura o elaboración de artesanías. En particular, el 48% de esa población adulta mayor que aún trabaja no cotiza ni cotizó a ningún instituto de seguridad social.   

 

¿Cuál es la solución? En el caso europeo se han planteado reformas para retrasar la jubilación o reducir el pago mensual de las pensiones, es decir, cargar más peso a los trabajadores. Pero hay que mirar con lupa y destacar que la riqueza que crean los trabajadores no está siendo distribuida equitativamente ni en Europa ni en el mundo, esta va a parar solo a unas pocas manos, la solución entonces debería buscarse en la distribución de la riqueza.  

 

En el caso de México es más lamentable, porque la seguridad social está restringida a quienes tienen un trabajo formal, pero la mayoría de los trabajadores laboran en la informalidad, por tanto, la mayoría de los mexicanos no goza de una pensión y tienen numerosos problemas para sostenerse. Las deficientes instituciones responsables de la seguridad social: Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) e Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE) dejan mucho que desear.  

 

La solución debe ser dirigida por los propios trabajadores, deben estar conscientes de que merecen una vida digna y mucho mejor, precisamente porque son ellos quienes mantienen viva la economía, quienes crean toda la riqueza y que ésta, bajo el modelo de producción en que vivimos, les es arrebatada por los dueños del capital. Por consiguiente, la crisis de las pensiones tiene su causa más profunda en el injusto modelo económico capitalista que genera riqueza para unos cuantos a costa de la miseria de los pueblos del mundo. 

 

domingo, 16 de abril de 2023

¿El derecho al trabajo es una realidad?

Jaime Reyes

Toda persona tiene derecho al trabajo, el derecho al trabajo es la base para la realización como persona de un ser humano, para poder vivir dignamente. Esto incluye la oportunidad de ganarse la vida mediante un trabajo, en este sentido todos tenemos derecho a ello, el Gobierno está obligado tomar las medidas apropiadas para crear un entorno propicio para que existan oportunidades de un empleo productivo para todos.


En estrecha relación con el derecho al trabajo está el derecho a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo, el Gobierno está obligado a garantizar salarios justos, un salario equitativo por jornada de trabajo, se debe garantizar un salario que permita una vida digna para los trabajadores y sus familias, por tanto, las condiciones de trabajo deben ser seguras, saludables y no degradantes. Se debe ofrecer a los empleados horas de trabajo reglamentarias, un descanso adecuado, así como vacaciones periódicas pagadas.


Los trabajadores tienen derecho a asociarse entre sí, a luchar de manera colectiva y organizada para mejorar sus condiciones de trabajo y su calidad de vida, tienen el derecho a formar y afiliarse a un sindicato de su elección. Los derechos laborales colectivos no pueden ser objeto de restricciones por parte de ningún gobierno en turno.


Esto no lo decimos nosotros por gusto o por necedad, lo decimos porque así lo estipulan nuestras leyes. En el artículo 123 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos dice: “toda persona tiene derecho al trabajo digno y socialmente útil; al efecto, se promoverán la creación de empleos y la organización social para el trabajo, conforme a la ley”.


Pero ¿el derecho al trabajo es una realidad? la respuesta a esta pregunta es un rotundo no, sabemos que la situación actual que se vive en México es muy distinta. El Gobierno no garantiza un trabajo digno y bien remunerado, el desempleo cada día aumenta y los pocos empleos que hay son muy mal pagados, sin prestaciones, sin seguridad social, etc.


En lo que va del año, según el IMSS, se han creado 111 mil 699 puestos de trabajo, pero esta es una cantidad insignificante en comparación con los que se perdieron en diciembre de 2022 que fueron 545 mil 750.


Lo peor de toda esta situación es que el gobierno encabezado por la 4T es indiferente a este problema tan grave que se vive en México, es cierto que se han generado empleos, pero no los suficientes, este gobierno no es capaz de remontar esta situación económica tan grave, no existe un proyecto de impulso al trabajo ni un plan de inversión, solo se ve un gobierno populista y que no es capaz de dar condiciones de vida a la clase trabajadora.


Por eso es muy importante que la clase trabajadora y el pueblo conozcan sus derechos, que se organicen y que colectivamente den la lucha, que tengan conocimiento del papel tan importante que juegan dentro la sociedad en su conjunto, dar la lucha en un primer momento por mejores condiciones laborales para después dar el siguiente paso que es el más importante, luchar por el cambio de modelo económico que hay en nuestro país, que solo beneficia a los grandes capitalistas y que dejan en la pobreza y sin oportunidades de empleo a la clase trabajadora.


martes, 6 de diciembre de 2022

Incremento al salario mínimo 2023

Ricardo Torres

        Este 1° de diciembre del año en curso, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) y la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (CONASAMI) informaron que en 2023 el salario mínimo general pasará de 172.87 a 207.44 pesos diarios; mientras que en la Zona Libre de la Frontera Norte pasará de 260.34 a 312.41 pesos diarios, lo que significa un incremento de 34.57 y 52.07 pesos diarios, respectivamente, que representa el 20 por ciento de aumento. Por tanto, conforme al nuevo salario mínimo general, un trabajador recibirá 6 mil 223.20 pesos mensuales. Un aumento que a decir del Gobierno “beneficiará a más de 6.4 millones de trabajadores”.


No obstante, para la clase trabajadora dicho incremento nominal del salario mínimo general se esfuma al momento de adquirir algunos de los productos de la canasta básica debido a la creciente inflación que en este año alcanzó su nivel más alto en los últimos 20 años, es decir, debido al creciente aumento de los precios de las mercancías; hoy, por ejemplo, el kilo de tortilla está por encima de los 20 pesos, el frijol por encima de los 35 pesos y el huevo por encima de los 45 pesos. Por tanto, el incremento nominal del 20 por ciento que hoy presume el gobierno morenista, en términos reales, representa solo un espejismo, un nuevo engaño.


De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), el costo mensual de la canasta básica es de 3 mil 542.14 pesos por persona. Luego entonces, para que una familia de cuatro integrantes pueda adquirir esta canasta básica, el trabajador requiere un ingreso de por lo menos 14 mil 168.56 pesos mensuales, lo que significa que el salario mínimo debería ser, por lo menos, de 472.28 pesos diarios. Ahora bien, si a partir de 2023 el trabajador recibirá un salario mínimo de 207.44 pesos diarios pero para satisfacer las necesidades mínimas de su familia necesita un ingreso de 472.28 pesos diarios como establece el Coneval, pasar de 172.87 a 207.44 pesos diarios con un incremento de 34.57 pesos lo mantiene muy por debajo de la línea de la pobreza extrema.


 El próximo año un trabajador recibirá un salario mínimo general de 207.44 pesos diarios para obtener un ingreso de 6 mil 223.20 pesos mensuales, sin embargo, para adquirir la canasta básica necesita ganar, por lo menos, 14 mil 168.56 pesos, ¿de qué le sirve recibir en 2023 un aumento de 34.57 pesos diarios? Para poca cosa. Hay un aumento, es verdad, pero es cierto que sigue siendo ridículo. Incluso sus ingresos no le alcanzan siquiera para adquirir la canasta básica alimentaria. Según el Coneval el costo mensual de la canasta básica (3 mil 542.14 pesos mensuales por persona) se compone de la canasta básica alimentaria (1 mil 844.32 pesos mensuales por persona) y la canasta básica no alimentaria (1 mil 697.82 pesos por persona). En consecuencia, solo para alimentar a una familia de cuatro integrantes se requiere, por lo menos, de 7 mil 377.28 pesos mensuales. De manera que esperar en 2023 un ingreso mensual de 6 mil 223.20 pesos mantiene al trabajador muy por debajo de la línea de pobreza extrema.


A pesar de que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y la Ley Federal del Trabajo establecen que “El salario mínimo deberá ser suficiente para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos”, lo cierto es que, en un régimen capitalista como el nuestro donde es más importante la ganancia del patrón que el salario que garantice una vida digna para el obrero y su familia, los trabajadores sabemos bien que si el salario mínimo no alcanza ni siquiera para pagar la canasta básica alimentaria, cuanto menos para pagar la canasta básica no alimentaria (salud, vivienda, vestido, calzado, transporte, comunicación, etc.). Atender, además, las necesidades sociales, educativas o culturales para él y sus hijos resulta imposible.


Los empresarios y el gobierno morenista planearon este minúsculo incremento salarial para los trabajadores ante la necesidad de fortalecer el mercado interno del país sacudido aún más por la pandemia de Covid-19, es decir, conceden un impulso económico a los trabajadores para que estos tengan una mínima capacidad de compra y así se logre estimular el crecimiento del consumo interno que los capitalistas necesitan para acrecentar sus ganancias; ya que, hasta el momento, la pobreza en que se encuentra sumida la clase trabajadora no le permite adquirir siquiera un mínimo de los bienes y servicios que los empresarios ofrecen en el mercado. Si la venta de las mercancías se detiene las ganancias de los capitalistas se contraen, las empresas reducen su producción, aumentan los despidos y el desempleo, crecen el hambre y la delincuencia y, finamente, la crisis económica que vive el país se agudizará todavía más. Por tanto, al modelo económico y a los empresarios les urge fortalecer el mercado interno para vender sus mercancías y salir así de la crisis. Pensando en la obtención de sus ganancias pero no en el bienestar de los trabajadores.


Por su parte, el gobierno morenista lejos de aplicar una política salarial radical y progresiva que en verdad beneficie a los trabajadores y combata en serio la pobreza y desigualdad en que vivimos millones de mexicanos, vemos, por el contrario, a un gobierno conservador y neoliberal enmascarado que se enorgullece por alcanzar un aumento al salario mínimo de 34.57 pesos diarios para el 2023. Es “un día histórico” señaló Andrés Manuel López Obrador. Está claro que la buena relación del gobierno morenista con los amos del dinero que se encuentran representados en su Consejo Asesor Empresarial no puede verse alterada por ningún motivo. El modelo económico capitalista así lo exige.


Los trabajadores sabemos bien que, en lo inmediato, cualquier incremento al salario es bienvenido porque contribuye a paliar nuestras gigantescas penurias económicas, esto es cierto, sin embargo, en el fondo, también sabemos que un incremento de 34.57 pesos diarios no acabarán con la pobreza lacerante en que vivimos. Somos la clase que produce toda la riqueza social y a cambio recibimos salarios de hambre, solo migajas de la mesa del patrón.

 

En suma, si atendemos a los criterios de ingreso establecidos por el Coneval de recibir un salario de 14 mil 168.56 pesos mensuales con un salario de 472.28 pesos diarios para poder adquirir la canasta básica (alimentaria y no alimentaria) y rebasar así la línea de la pobreza extrema; resulta entonces que recibir 6 mil 223.20 pesos mensuales con el incremento de 34.57 pesos para obtener 207.44 pesos diarios, como lo acordó la clase empresarial y el gobierno morenista, significa condenar a la clase obrera mexicana a seguir sumergida en una pobreza permanente.


Es por ello que los trabajadores de México y el mundo no podemos esperar pasivamente, cruzados de brazos, que la justicia y la equidad económica provengan de la clase empresarial y sus gobiernos, eso no ocurrirá jamás. Nuestra única alternativa es participar de manera organizada en la lucha permanente por la defensa de nuestros intereses; en este caso, por un aumento salarial sostenido que en verdad permita elevar el nivel y calidad de vida de nuestras familias, porque es evidente que la política salarial impuesta por los morenistas, al igual que en el pasado lo hicieran los gobiernos del PRI y el PAN, en el fondo está diseñada para resguardar los intereses de la clase empresarial nacional y extranjera. Que nadie se engañe, los hechos nos demuestran una vez más que para los dueños del capital el bienestar de las familias trabajadoras en México les importa un bledo.