Mostrando entradas con la etiqueta telefonistas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta telefonistas. Mostrar todas las entradas

jueves, 28 de julio de 2022

Acerca de la duración y los resultados de la huelga en Telmex

Sergio Cadena


El pasado 21 de julio a las 12 horas estalló la huelga de los trabajadores de Telmex. Cabe mencionar que desde 1985, ¡hace 37 largos años!, no se había registrado ningún movimiento huelguístico en esta empresa. Sin embargo, apenas íbamos recuperándonos de la sorpresa, cuando al día siguiente, 22 de julio, por medio de un comunicado oficial de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), se informó que con la mediación de ésta, “Telmex y el Sindicato de Telefonistas alcanzan acuerdo y levantan la huelga”.


¿A qué acuerdo se refiere el comunicado? Al que textualmente dice así: “El acuerdo suscrito obliga a ambas partes a conformar una Mesa Técnica con representantes de la Empresa y el Sindicato, que en los próximos 20 días hábiles presentará propuestas viables de solución al pasivo laboral, a las vacantes no cubiertas y al futuro esquema de pensiones”. En pocas palabras, la huelga se levanta sin haber obtenido nada, más que la lejana esperanza de que en los próximos 20 días hábiles se presenten propuestas “viables”. Pero se supone que antes del estallamiento de la huelga hubo suficiente tiempo y oportunidad de llegar a la solución del conflicto, precisamente por medio de una mesa de negociación que, al no tener éxito, obligó al estallamiento de la huelga. Por ello es lógico pensar que para hacer que, ahora sí, la empresa propusiera una alternativa de solución para llegar realmente a un acuerdo, no se debía de levantar la huelga, pues es un recurso legal al que tienen derecho todos los trabajadores para presionar al patrón, mismo que otorga la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y la Ley Federal del Trabajo. Así, la empresa se hubiera visto obligada a resolver de manera más rápida y, sobre todo, a aceptar como “viables” las propuestas del sindicato.


¿A qué se debe que el Sindicato de Telefonistas haya actuado así? Desde mi humilde opinión, con la que probablemente esté usted de acuerdo, amable lector, es porque no se trata de un sindicato revolucionario. Si bien es cierto que no estamos hablando de un sindicato de los llamados “charros”, “blancos” o de “protección”, sino de los llamados “independientes” o “de izquierda”, el resultado es prácticamente el mismo: solo se le conceden migajas al trabajador pero, eso sí, haciéndole creer que son grandes “logros” producto de la lucha consecuente de sus líderes. Nada más alejado de la verdad.


El viejo y rancio sindicalismo “charril” ya está pasado de moda, porque supuestamente ya no se corresponde con los aires democráticos” que la 4T quiere impregnar a todos sus actos de gobierno. Ahora, pensarán ellos, se trata de hacer prevalecer un sindicalismo de nuevo tipo, más participativo, que le permita al trabajador opinar y decidir, aparentemente de forma autónoma, sobre los diversos métodos y tácticas de lucha que le permitan defender eficazmente sus intereses económicos y políticos.


Pero para que la clase trabajadora realmente sea libre para opinar y decidir sobre su destino clave en esta sociedad, se requiere una lucha constante y permanente contra el atraso político, contra el individualismo y contra la estrechez de miras. Necesita percatarse de que el llamado sindicalismo “independiente” es igual o aún más pernicioso que el “charro”, ya que este último actúa con descaro y aquél es un lobo con disfraz de oveja.


lunes, 25 de julio de 2022

Sobre la huelga en Telmex


Ricardo Torres

        Después de varios meses de negociación, el pasado 21 de julio, los trabajadores del Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana (STRM) ejercieron su derecho de huelga colocando las banderas rojinegras en la empresa Teléfonos de México (Telmex) por violaciones a su Contrato Colectivo de Trabajo (CCT) relativas al procedimiento de jubilación de los trabajadores de nuevo ingreso y por el incumplimiento en la asignación de cerca de dos mil vacantes ya comprometidas. La empresa alega que sus finanzas no le permiten cumplir con dichos compromisos y después de varias prorrogas finalmente los trabajadores estallaron la huelga.


En relación a la justa exigencia de los trabajadores, hay que decir que desde hace tres años Telmex se había comprometido en ampliar el número de plazas que requería el propio desarrollo de la empresa ofreciendo cerca de dos mil vacantes distribuidas en toda la república, sin embargo, dicho incumplimiento provoca que las operaciones de la empresa se realicen con menos personal del requerido y, por tanto, se incrementen las cargas de trabajo.


Sobre las jubilaciones de los trabajadores de nuevo ingreso Telmex pretende desaparecer unilateralmente la cláusula 149-Bis del CCT del STRM que dice: “A los trabajadores y trabajadoras que ingresen a la Empresa después del 25 de abril del 2009 […] que tenga 29 años o más de servicios y 60 años de edad, tendrá derecho a ser jubilado o jubilada cuando lo solicite. Telmex busca que los telefonistas que ingresaron después del 2009 renuncien a los beneficios de dicha jubilación contractual y se adhieran al sistema privatizador de pensiones a través de las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afore).


Conviene precisar que el Sindicato de Telefonistas venía arrastrando tres emplazamientos a huelga: por violaciones al CCT (desde 2017); por incumplimiento de liberación de vacantes (2021); y por revisión contractual (2022). Apenas el mes pasado, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) informó que Telmex y el STRM alcanzaron un acuerdo sobre la revisión de su CCT de este año en donde se estableció un incremento salarial del 4.5 por ciento para los trabajadores activos y jubilados, sin embargo, los otros dos emplazamientos vigentes, por jubilaciones y vacantes, quedaron sin resolverse. Al respecto, la empresa argumenta la difícil situación económica que atraviesa derivado de la regulación en telecomunicaciones.


En relación a la empresa, según la revista Forbes, en el primer trimestre de 2022 la fortuna de Carlos Slim Helú aumentó 89 mil 043 millones de pesos, hilando así cuatro trimestres consecutivos de avance, lo que significa que actualmente su fortuna se incrementa aproximadamente en 247 millones de pesos cada día. Por ello Carlos Slim es el hombre más rico de México y uno de los más ricos del mundo. Recordemos que Grupo Carso, en 1990, se convierte en dueño de Telmex y con el tiempo se ha convertido en el conglomerado empresarial más poderoso de México y América Latina no solo en el ramo de las comunicaciones sino también sumando compañías en los sectores industrial, comercial, de la energía y la construcción. 

En busca de acrecentar aún más su fortuna, Carlos Slim ha solicitado al Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) que modifique el título de su concesión para poder incursionar en el mercado de la televisión de paga y competir así contra Televisa y Megacable en el negocio del Triple Play (telefonía, Internet y televisión), sin embargo, en enero de este año de nueva cuenta el IFT aplazó su resolución para que América Móvil, a través de Claro TV, ingrese al mercado de la televisión restringida. Pero estemos seguros que el magnate no cejará en su empeño.


Así las cosas, estalla el movimiento laboral en Telmex: los trabajadores ejerciendo su legítimo derecho a la huelga exigiendo respeto a su CCT y Grupo Carso violando los derechos de los trabajadores con tal de mantener sus márgenes de ganancia en Telmex. Al siguiente día, en un comunicado conjunto, la STPS informó sobre la firma de un acuerdo entre el sindicato y la empresa que “implica el levantamiento de la huelga” logrando así el “restablecimiento en Telmex de la normalidad operativa y laboral” precisando que “el acuerdo suscrito obliga a ambas partes a conformar una Mesa Técnica con representantes de la Empresa y el Sindicato, que en los próximos 20 días hábiles presentará propuestas viables de solución al pasivo laboral, a las vacantes no cubiertas y al futuro esquema de pensiones. La STPS fungirá como mediador en esta Mesa Técnica”.


Esta primera huelga de telefonistas, desde que Grupo Carso se adueñó de Telmex, es la prueba indiscutible del poder de la fuerza de los trabajadores cuando de defender sus derechos se trata; del poder de los trabajadores sindicalizados que, con apego a la ley, ejercen su derecho a la huelga para contener el abuso permanente que los patrones ejercen sobre los asalariados; de la enorme importancia que tiene la unidad de acción de los trabajadores para enfrentar al gran capital. Esta es una gran lección que los trabajadores de México debemos aprender de la huelga estallada por los telefonistas.

 

En mi opinión, Carlos Slim no cederá ni un ápice a las exigencias del STRM pensando en encontrar un equilibrio entre los factores de la producción o buscando satisfacer los justos reclamos de los telefonistas, sino que seguirá conduciendo su férrea política laboral en función de sus insaciables intereses de acrecentar sus ganancias y su riqueza. Esa es su naturaleza como representante del capital.


Por tanto, si al cabo de los 20 días establecidos en el acuerdo, la Mesa Técnica presenta alguna propuesta viable de solución a las justas demandas de que los trabajadores, será solo si en el acuerdo final la empresa logra obtener, directa o indirectamente, un mayor beneficio. De modo que nadie se extrañe entonces si el día de mañana nos enteramos que el IFT acuerda el ingreso de Claro TV al mercado de la televisión de paga, o bien que flexibiliza en favor de Telmex la carga regulatoria en las tarifas en muchas otras áreas del territorio nacional.


El conflicto laboral en Telmex no se ha resuelto: el levantamiento de la huelga fue solo una tregua para que la Mesa Técnica elabore y presente propuestas viables de solución. Corresponderá a los trabajadores y solo a los trabajadores aceptar alguna de ellas; de lo contrario, de nueva cuenta tendrían que emplazar a huelga y, de no encontrar solución, colocarían de nuevo las banderas rojinegras. Por ello, la dirección del STRM tiene una enorme responsabilidad en sus manos: plegarse a las propuestas de la empresa y el Estado o impedir el quebranto de su CCT y defender hasta sus últimas consecuencias los intereses y la unidad de los telefonistas. La moneda está en el aire.