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viernes, 18 de agosto de 2023

La clase obrera y los nuevos libros de texto gratuitos

Federico Hernández

        En la sociedad capitalista, al Estado, que es la “junta de representantes de la burguesía”, es decir, de los dueños de las grandes empresas, de las mejores tierras, de bancos y comercios, en pocas palabras, los dueños de los medios de producción, le interesa mantener en la ignorancia a los trabajadores y sus hijos, para poderlos así someter y explotar. Saben que un hombre que conoce de ciencia, historia, filosofía, economía, derecho y demás ramas del saber, será más difícil de someter ideológicamente, de sojuzgarlo; mientras que a un hombre ignorante lo obligarán a que labore largas jornadas de trabajo a cambio de un mísero salario. Por eso a los dueños del dinero y al Estado que los protege, les interesa limitar la educación del niño, hijo del trabajador, desde su más temprana infancia.


Dijo el gran poeta y revolucionario cubano José Martí: “Ser cultos para ser libres”. Dice la Biblia: “La verdad os hará libres”. Estos pensamientos tienen mucha profundidad y nos enseñan una gran verdad: los hombres serán verdaderamente dueños de su destino en el momento en que sean conscientes de su realidad económica, política y social; cuando dejen de estar esclavizados por la ignorancia y sometidos a la ideología de la clase dominante.


En la sociedad capitalista, la educación que se le proporciona al hijo del obrero no es otra que aquella que necesita el capitalista para mantener en funcionamiento sus empresas, para producir una mayor masa de mercancías y así obtener un mayor margen de ganancia al realizarse éstas. Si el obrero solo necesita saber leer y hacer las cuentas más elementales para operar las máquinas y manipular la materia prima en los procesos productivos, eso será lo que se le enseñará. No más.


Todo lo anterior es necesario decirlo ya que en los días que corren se ha venido discutiendo sobre los nuevos libros de texto gratuitos que repartirá la SEP a finales de agosto en las escuelas de nivel básico, y como han venido señalando especialistas, estos libros están plagados de errores y deficiencias. El presidente de la república, minimizando el problema, ha dicho que los errores (por ejemplo, registrar de manera incorrecta la fecha de nacimiento de Benito Juárez o colocar en el mapa de la república mexicana un estado por otro) se pueden corregir poniendo una fe de erratas. Cierto, pudiera ser así si solo fueran estos dos desaciertos, pero son más 400 errores advierten expertos de la SEP en Guanajuato. Y más aún, ¿cómo corregir el haber reducido el número de páginas de matemáticas a sólo 11 y 13, en dos libros de 258 páginas cada uno, lo que traerá incalculables consecuencias en la formación académica de niños y jóvenes?, ¿cómo corregir el desorden en los temas que abordan sin ton ni son, carentes de vinculación alguna, lo que representa una aberración desde el punto de vista pedagógico? Como vemos, López Obrador no es más que un manipulador que, una vez más, pretende engañar a los trabajadores haciéndoles creer que las deficiencias de los libros son peccata minuta. ¡Miente!


Que nadie piense que la 4T pretende desarrollar un modelo avanzado de educación con su Nueva Escuela Mexicana; que tampoco se piense que los “errores” son un simple descuido de quienes elaboraron los libros de texto. Nada de eso. La escuela y la educación que imparte el Estado, como ya dijimos, son un pilar para el sostenimiento del estado de cosas en que vivimos. ¿Y cuál es este estado de cosas en la sociedad donde vivimos? Que la mayoría de la población carece de medios de producción y, por necesidad, se ve obligada a vender su fuerza de trabajo a quienes son los dueños de esos medios de producción. Millones de obreros que sólo tienen su fuerza de trabajo acuden todos los días a laborar largas y extenuantes jornadas de trabajo en inmensas fábricas ganando un salario que apenas les alcanza para comprar los medios de vida necesarios para sobrevivir la semana y estar en condiciones de presentarse el lunes siguiente nuevamente a laborar y vender su fuerza de trabajo. Para que este mecanismo no falle se necesita tener a la mayoría de la población con una educación sumamente limitada y deficiente, aparte, claro está, de usar todo el aparato del Estado para mantener la estabilidad social que ordenan los dueños del capital.


“El obrero -dice el patrón convencido (parece que escuchamos a Salinas Pliego dueño de Elecktra)-, no necesita conocer mucho de matemáticas, no necesita saber de historia, no necesita saber leer bien para tener un empleo. Nos dicen los empresarios desde sus lujosas mansiones. Entre menos aprenda el obrero, mejor.


Cualquiera que haya conocido la demostración de un teorema matemático, por ejemplo, en la Geometría Euclidiana, podrá saber cómo, partiendo de un axioma o de uno o varios teoremas ya demostrados, y mediante una serie de razonamientos deductivos, lógicos, logra demostrar el teorema en cuestión. Las matemáticas nos permiten aprender a razonar con rigor y de manera correcta, además son un instrumento indispensable para resolver muchos problemas de las demás ciencias y de la propia vida cotidiana.


¿Qué dicen los especialistas sobre el recorte en matemáticas en los libros de texto de nivel básico?: De esta manera, Raúl Rojas, profesor de la Universidad Libre de Berlín, en Alemania; Carlos Bosch Giral, jefe del Departamento Académico de Matemáticas del ITAM, y Javier Bracho del Instituto Tecnológico  de Massachusetts (MIT) y director, entre 2006 y 2014, del Instituto de Matemáticas de la UNAM, reflexionan sobre la mínima presencia de las matemáticas en los libros de primer grado de primaria. De acuerdo con los expertos, la ausencia de pensamiento matemático en los nuevos materiales intervenidos por la Secretaría de Educación Pública (SEP) provocará un déficit educativo irreparable para la sociedad mexicana, abriendo aún más la brecha entre los estudiantes de escuelas públicas y privadas” (De publimetro.com.mx)


Ahora bien, por otro lado, si un estudiante no sabe de historia y, por tanto, no conoce las causas que provocaron los distintos acontecimientos históricos, por ejemplo, ¿cuáles fueron las verdaderas causas de la Revolución Mexicana de 1910?, ¿qué hicieron los obreros franceses durante la Comuna de París cuando tomaron el poder político en 1871? o ¿cómo se explica la Segunda Guerra Mundial? que no fue más que el reparto del mundo por las potencias imperialistas en el siglo XX; ese estudiante no podrá explicarse ni comprender los acontecimientos actuales y la realidad contemporánea. No lo sabrá pues no le dieron las herramientas para hacerlo: no le enseñaron el Materialismo Histórico que es la ciencia de las leyes generales del desarrollo histórico que explican los fenómenos histórico-sociales. Ahí tenemos la reciente guerra en Ucrania que Estados Unidos, con toda su propaganda mediática, trata de hacernos creer que es una invasión artera de Rusia sobre un país débil, Ucrania. Lo cual no es cierto: se trata de una guerra promovida por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) encabezada por Estados Unidos, que utiliza como alfil de ajedrez a Ucrania, para desmembrar a Rusia en pequeñas reblicas y adueñarse de su mercado y de sus vastos recursos naturales.


El obrero, y el trabajador en general, debe tener claro que estos nuevos libros de texto gratuitos de educación básica, con sus innumerables deficiencias e inconsistencias pedagógicas, revelan una inaceptable improvisación que perjudicará más aún la formación de sus hijos, los cuales saldrán con mayores limitaciones en las distintas disciplinas del conocimiento. Con ello estarán condenados a seguir viviendo en la pobreza. Como dijeron algunos especialistas se abrirá más la brecha social” entre los que tienen acceso a una buena educación en escuelas particulares y los que asisten a las escuelas públicas.


Se necesita cambiar el injusto modelo de sociedad capitalista en que vivimos, donde los trabajadores, que son quienes con sus manos crean toda la riqueza social, viven en la pobreza, mientras los dueños del dinero como lo son, por ejemplo, Carlos Slim, Germán Larrea y Ricardo Salinas Pliego, se hacen cada día más multimillonarios. Solo cambiando el modelo económico cambiará el modelo educativo actual para crear un sistema educativo que forme hombres nuevos, donde los hijos de los trabajadores se formen como científicos, investigadores y profesionistas de alta calidad comprometidos con su clase social, con el país y su desarrollo.