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martes, 23 de mayo de 2023

Inteligencia artificial y despidos masivos

 


Renata Aguilar

La innovación y creación de tecnología está siempre presente en el sistema capitalista, conducidas por la competencia entre las empresas para mantenerse en los mercados. La empresa que posea los avances tecnológicos más avanzados es quien tiene mejor posición en el mercado, puede ofrecer mercancías a precios más bajos y, por tanto, obtiene mejores ganancias, esto se conserva durante un periodo de tiempo hasta que una parte de sus competidores aplica también nuevas tecnologías en su planta productiva y, por otro lado, surgen nuevas innovaciones que obligan a la continua actualización de material tecnológico 

 

Dentro de los muchos beneficios que trae consigo la innovación y creación de nueva tecnología, el primordial en un sistema capitalista es el económico, pues al generar mayor productividad se logra mayor riqueza.

 

La Inteligencia Artificial (IA) como producto de la innovación y creación de tecnología, en la actualidad, es una pieza clave en el mundo empresarial, su irrupción ha traído a la superficie diversos debates sobre sus ventajas y desventajas, incluso se habla de un peligro para la humanidad. En los hechos, siempre que hay grandes avances científicos y tecnológicos, es normal que haya recelo de la población, principalmente por parte de los trabajadores; un ejemplo claro fue el histórico movimiento ludista, encabezado por artesanos ingleses, a inicios del siglo XIX, quienes protestaron destruyendo los telares industriales y las máquinas de telar, al responsabilizar a éstas de dejarlos sin empleo y, por tanto, sin salario.

 

Recientemente, Elon Musk y algunos expertos tecnológicos han pedido una pausa en el avance de la IA, por considerar que está “fuera de control” y que puede haber riesgos profundos para la sociedad y para la humanidad. Este pronunciamiento más allá de preocupaciones por la humanidad tiene otras causas, por ejemplo, el hecho de que la inteligencia artificial desarrollada, actualmente el ChatGPT, está principalmente en manos de Google, OpenAI y Microsoft y regularla o estar fuera de control, seguramente se refieran a que desean sea controlada solo por selecto grupo de empresas.

 

Más allá del control o el marco regulatorio que manifiestan debe tener la IA, lo que nos interesa destacar son dos cosas: primera, la creación de tecnología es producto directo del trabajo colectivo de los trabajadores y debería servir para su emancipación; segunda, los despidos masivos que ha acarreado y la destrucción de los empleos que todavía están en puerta, están dejando en el desamparo a miles de trabajadores, cifra que puede subir a centenares de miles.

 

Amazon, por ejemplo, ha despedido a 18 mil empleados, Google a 12 mil, Meta a 11 mil, Microsoft a 10 mil, Salesforce a 8 mil, Disney a 7 mil, HP a 6 mil, IBM a 4 mil y Twitter a la mitad de su plantilla; y la lista todavía es larga, Forbes calcula hasta el momento en 150 mil los despidos de las tecnológicas, la mayoría con grandes inversiones en inteligencia artificial. Este es el peligro real, los despidos masivos no tienen un control y el gran capital ha olvidado que sin trabajadores no hay consumidores, estamos viviendo una crisis económica fuerte y al parecer, se avizora una mayor.

 

El despido masivo de los trabajadores es una ley del capitalismo, pues este sistema motiva que haya un ejército de desempleados, para que los trabajadores activos puedan ser despedidos ante cualquier signo de “rebeldía” y que siempre exista otro trabajador dispuesto a suplirlo por salarios totalmente bajos. Esta situación debe ser clara para todos los trabajadores y adquiriendo conciencia de ella deben convertirse en un ejército unido que pueda imponer condiciones laborales justas, finalmente la creación de riqueza y de tecnología como parte de ésta, es fruto de su trabajo y debe ser una herramienta para emanciparlos, para proporcionarles mayor tiempo libre en el que puedan desarrollar todas sus capacidades y habilidades como seres humanos y no sólo estar a merced del gran capital.

 

La innovación y creación de tecnología en sí, tiene un potencial realmente liberador para los trabajadores, no obstante, la finalidad con la que ha sido creada no ha sido esa, su finalidad primordial en el sistema capitalista es obtener mayor plusvalía y a esta se somete a los trabajadores; un robot puede ahorrar muchas horas de trabajo en un proceso productivo, pero en realidad, los trabajadores continúan con las mismas jornadas laborales y con los mismos salarios, es necesario un sistema económico que subordine la finalidad de acumulación de riqueza, por la finalidad de las mejores condiciones de vida para los trabajadores.

 

La IA no es un peligro para la humanidad, el verdadero peligro para la humanidad es el sistema capitalista cuya insaciable sed de ganancia por parte de unos cuantos industriales, banqueros y comerciantes, privilegia al dinero por encima de la calidad de vida de la mayoría los seres humanos. Es por ello que los trabajadores nos debemos preparar para poder cambiarlo por un sistema económico que realmente vea por los intereses de la clase obrera.