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sábado, 14 de enero de 2023

¡Argentina, campeón del mundo!

 

Ricardo Torres


      Finalizó la Copa Mundial de Fútbol Qatar 2022, organizada por la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA). Y culminó con un extraordinario encuentro entre las selecciones de Francia y Argentina. Los galos que se coronaron en la pasada Copa Mundial, en Rusia 2018, defendían su título de campeones frente al equipo de Argentina quien, precisamente en aquel mundial, fue eliminado por Francia tras una brillante actuación del astro francés Kylian Mbappé. Ambos equipos buscaban en Qatar obtener su tercer título mundialista. Se trataba entonces de una final esperada por el alto nivel futbolístico de ambos equipos, por la revancha ansiada por los argentinos y porque de nueva cuenta se enfrentaban Kylian Mbappé y Leonel Messi, actualmente compañeros de ataque en el equipo Paris Saint Germain de la liga francesa. Resultó ser pues una final para la historia: intensa y emotiva.


En el primer tiempo, al minuto 22, como resultado de una polémica falta contra Ángel Di María dentro del área grande del arco francés, el árbitro marcó la pena máxima: Messi cobró el tiro penal y anotó el primer gol para aventajar a la escuadra albiceleste. Posteriormente, al minuto 35, Argentina anotaría su segundo gol que, por su confección de conjunto, fue uno de los más hermosos goles del mundial, un vertiginoso contragolpe de cinco toques precisos que recorrieron todo el campo de juego: casi desde el área grande de su cancha Molina envía la pelota a Mac Allister quien de primera intención la manda a Messi para lanzarse a toda velocidad hacia el terreno francés, Messi de espalda al arco contrario recibe el esférico, controla y habilita con ventaja a Álvarez quien de inmediato, desde media cancha, completa la pared enviando el balón profundo a Mac Allister quien, casi llegando al área grande del arquero francés, no dispara a gol sino que cruza el balón de primera intención en un pase exacto para que Di María, cerca del área chica, se encargara de culminar esa excelente jugada tocando el balón al fondo de las redes. Terminó así la primera parte del encuentro con un claro dominio de Argentina con marcador de 2 a 0 sobre un desconcertado equipo francés.


El segundo tiempo sería mucho más disputado. El equipo galo comenzó a presionar buscando el gol con mayor insistencia pero se mantenía el predominio argentino. Faltando casi 10 minutos para finalizar el encuentro, el defensa argentino, Otamendi, le comete falta a Muani que llegaba al área con posibilidades de anotar para los franceses y el árbitro marca la pena máxima. Mbappé, de tiro penal, anota el primer tanto de Francia. Y apenas dos minutos después, en una pared con Thuram, Mbappé entra al área grande de los argentinos y de volea cruza un golazo de antología que igualaba el marcador a dos tantos. bitamente los franceses alcanzaron a los argentinos. El ritmo e intensidad del partido crecieron y los ánimos de los aficionados de ambas escuadras se encendieron. Los últimos minutos restantes del encuentro fueron estupendos y así concluyeron los 90 minutos reglamentarios con un marcador igualado a dos goles. El partido se prolongaría entonces a tiempo extra. Vendría lo mejor. 

Dos tiempos extras de 15 minutos cada uno. Resultaron intensos. Los primeros 15 minutos repletos de llegadas al arco contrario por parte de ambas escuadras pero no hubo goles. En los siguientes 15 minutos continuaron la emoción y el buen fútbol. Llegaría una descolgada del equipo argentino; en una pared a tres toques Lautaro queda frente al arquero francés y lanza un fuerte disparo que Lloris logra detener pero el rebote queda en los pies de Messi quien simplemente empuja y anota el tercer gol argentino. Una vez más los albicelestes se ponían arriba en el marcador y acariciaban de nuevo la copa. Minutos después, como resultado de un tiro de esquina, Mbappé dispara desde fuera del área grande del marco argentino pero el defensa albiceleste, Montiel, lo detiene con el brazo y se marca la pena máxima. Mbappé se encargaría de cobrar el tiro penal y anota el empate a tres goles. ¡La locura en el estadio! Continuó creciendo la emoción de los aficionados de ambas escuadras. Casi para terminar el segundo tiempo extra Lautaro tuvo dos oportunidades en favor de los albicelestes pero no pudo anotar. Por su parte, los galos tuvieron la más clara ocasión de gol: en un pase a profundidad Muani en el área grande del arco argentino queda solo frente al portero y, a bocajarro, lanza un potente disparo a gol que pudo significar el triunfo francés pero de forma brillante el arquero argentino, Dibu Martínez, logró detenerlo. Con una exhibición de buen fútbol concluyeron los tiempos extras con un empate a tres goles y nuevamente el encuentro habría de prolongarse para resolverse entonces en tiros penales.

 

Reglamentarios cinco tiros intercalados por equipo. Mbappé anota el primer penal de los franceses y Messi anota para Argentina; Coman dispara pero el tiro es detenido por el Dibu Martínez y, en su turno, Dybala anota; Tchouameni falla su tiro que pasa apenas a un lado del arco y Paredes anota; Muani anota por los galos y finalmente Montiel anota el gol del triunfo albiceleste. Los argentinos no fallaron ningún tiro y los franceses fallaron dos; 4 a 2 en los penales y 7 a 5 en el marcador global. ¡Argentina se coronaba campeón del mundo! Jugadores, cuerpo técnico y la hinchada albiceleste, en el estadio y en toda Argentina, explotaron en llanto de la emoción contenida y de alegría tras el anhelado triunfo. Después de 36 años (en México 86) la selección argentina volvía a ganar la Copa Mundial de Fútbol.


Un merecido triunfo argentino, fue sin duda mejor equipo. La sufrió pero supo mantener su buen nivel de juego. Con justicia deportiva Di María reivindicó su enorme calidad futbolística y Messi se consagró como el mejor jugador del mundo. Scaloni, su director técnico, supo equilibrar la juventud y la experiencia de sus jugadores consiguiendo armonizar el juego de conjunto con la enorme calidad de sus individualidades. A pesar de que Argentina inició el torneo con una inesperada derrota frente a Arabia Saudita, los albicelestes remontaron la adversidad, batallaron con entrega en cada encuentro y, finalmente, supieron coronarse campeones del mundo. Más de cuatro millones de argentinos se congregaron en su país para recibir a su equipo.


Finalizó así la Copa Mundial de Fútbol Qatar 2022 y dentro de los muchos aspectos que caracterizaron a este campeonato destacaría dos de ellos: primero, en lo futbolístico, el desempeño del equipo de Marruecos. De los cuatro equipos árabes que participaron en la Copa Mundial (Qatar, Arabia Saudita, Túnez y Marruecos) este último sería el único equipo que avanzaría en la eliminatoria de su grupo en la primera fase. Posteriormente, en octavos de final, venció a España; en cuartos de final derrotó a Portugal y en semifinales enfrentando a Francia, a pesar de desplegar un espléndido encuentro que a mi juicio merecieron ganar, Marruecos jugó mejor pero no logró anotar gol. Francia fue más efectivo frente al arco marroquí y los venció 2 a 0 para llegar así a la final frente a Argentina. Marruecos quedó en cuarto lugar en el torneo. Una verdadera hazaña. Cabe mencionar que durante su participación no dejaron de aparecer, entre los jugadores marroquíes y los aficionados árabes en los estadios, la bandera de Palestina: símbolo de la heroica resistencia de este pueblo que por décadas ha sufrido la salvaje agresión y el exterminio a manos del asesino gobierno israelí. La bandera y la dignidad palestina ondearon pues durante la Copa Mundial.


Y el segundo aspecto que destaco, en el ámbito económico, es que lamentablemente el deporte del fútbol, como todo bajo el régimen capitalista, se ha convertido en un negocio multimillonario, en una industria al servicio del capital. La FIFA, máximo organismo regulador del futbol a nivel mundial, es la institución encargada de organizar y gobernar a las federaciones de fútbol de los distintos países en los cinco continentes. Y como todo negocio, entre otras cosas, busca conquistar nuevos mercados para vender mercancías y obtener la mayor rentabilidad posible: el impacto económico que recibe el país anfitrión por la estadía de deportistas, delegados, periodistas y aficionados, las ganancias de las líneas aéreas, los derechos en las transmisiones televisivas, la exhibición publicitaria mundial de infinidad de productos a través de estos espacios, venta de equipos de telecomunicaciones y pantallas, la venta de boletos para ingresar a los estadios de fútbol, venta de uniformes y camisetas de equipos y jugadores, etc., etc., etc. La FIFA es controlada por el capital y, por tanto, es un negocio redondo.


Y más aún, en el caso concreto de Qatar, llamó la atención la revelación que hizo el periódico británico “The Guardian” al informar que durante los 12 años que tardaron en construir los estadios y la infraestructura para realizar este mundial en 2022 (aeropuertos, carreteras, hoteles, etc.), más de 6 mil 500 trabajadores inmigrantes principalmente de India, Pakistán, Nepal, Bangladesh y Sri Lanka, habrían muerto en dichas obras de construcción. Explotación y muerte al servicio del capital.


             Ante esta contrastante realidad ansiamos sinceramente que la alegría y la belleza del hermoso deporte del fútbol no sean eclipsadas por el mezquino interés económico del capital. Permítaseme soñar en un nuevo orden mundial donde el ser humano sea capaz de desarrollar sus cualidades y talentos, su destreza individual y colectiva para competir fraternalmente entre las naciones por la superación misma del individuo como ser social. Sin duda una tarea que solo los pueblos del mundo podrán hacer realidad si se lo proponen, porque los dueños del dinero, como vemos hoy, seguirán haciendo del deporte no solo un negocio millonario, sino, además, un mecanismo de adormecimiento y manipulación mediática contra los pueblos del planeta. No lo permitamos.