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martes, 25 de abril de 2023

Rechazo al charrismo sindical

 

Renata Aguilar 

 

        En materia de derechos laborales, México está totalmente reprobado. El artículo 123 de nuestra Carta Magna habla precisamente sobre el derecho al trabajo digno y socialmente útil y establece una serie de derechos que en su gran mayoría no son respetados. Por ejemplo, de acuerdo con el Observatorio de Trabajo Digno 61% de los trabajadores carecen de seguridad social, algo sumamente preocupante, sobre todo teniendo en cuenta que es una medida de protección contra la pobreza y la desigualdad; 27% (15.76 millones) labora una jornada excesiva; 32% (12.22 millones) carece de prestaciones sociales y la lista de derechos atropellados y de situaciones de precariedad laboral, es interminable.

 

En el sistema capitalista en que vivimos, los empresarios están guiados por un deseo y afán de ganancia insaciable, esa es la finalidad que mantiene al sistema económico. En ese sentido, siempre harán todo lo que esté a su alcance por explotar al trabajador y obtener mayores ganancias, así que, si infringir los derechos laborales los lleva a acumular más riqueza, los van a infringir, eso es lo que ocurre, alargan las jornadas de trabajo, no pagan horas extras, no otorgan la seguridad social, intensifican el trabajo, etc., etc.

 

Este marco de abusos y atropellos solo puede ser enfrentado en colectivo por los trabajadores, los sindicatos son una poderosa herramienta de defensa para ello, no obstante, el surgimiento de estos en nuestro país fue cobijado por el Estado y no por los trabajadores, por lo cual su control les fue ajeno.

 

En 1931 se promulgó la Ley Federal del Trabajo en la que se reconoció la libertad sindical y se estableció el derecho de los trabajadores a formar sindicatos, y en 1936, por ejemplo, el presidente Lázaro Cárdenas impulsó la creación de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), que se convirtió en la central obrera más grande y poderosa del país. Después de una intensa lucha interna Vicente Lombardo Toledano deja la dirección de la CTM y, posteriormente, fue encabezada durante 50 años por Fidel Velázquez convirtiéndose en sinónimo de corrupción y control político. La cooptación de los líderes sindicales por parte del poder político y empresarial fue y es la norma.

 

En este contexto de violación de derechos laborales y la imposición de sindicatos charriles, existe una gran desconfianza de los trabajadores hacia los sindicatos, lo que lleva a que no se organicen y afilien a alguno, pues aducen, “sale lo mismo o peor”. Sin embargo, también existen ejemplos vivos de trabajadores que se unen y se organizan para defender los derechos laborales que mínimamente les otorga la ley e incluso que luchan por mejorarlos.

 

Un caso reciente de trabajadores que hacen frente a situaciones adversas es el que ocurrió el pasado 24 de marzo en la empresa Ronal Querétaro, S.A de C.V., pues se llevó a cabo la elección para obtener la Constancia de Representatividad que les permitió acreditar la solicitud para demandar la firma del Contrato Colectivo de Trabajo (CCT); esta elección adquirió tamaña importancia pues los trabajadores eligieron entre dos sindicatos, uno afiliado a la CTM, su antiguo sindicato, que ignoró deliberadamente las voces de descontento y las peticiones de los trabajadores y, consecuentemente, optaron por organizarse y formar ellos mismos su propia dirección sindical cobijados por la Confederación Revolucionaria de Trabajadores (CRT), de esta manera su nuevo sindicato está en condiciones de defender auténticamente sus intereses de clase.

 

Anterior a dicha elección, el 22 de agosto de 2022, los trabajadores ya habían rechazado la legitimación del CCT que tenía más de 20 años de vigencia. Esto como un procedimiento derivado del compromiso laboral de México en el marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), en el que se encuentra el capítulo 23 laboral y su anexo 23-A, donde se establece la “legitimación de contratos colectivos”, un procedimiento que permite que los trabajadores conozcan el contenido de sus CCT y a partir de su conocimiento, manifiesten su respaldo a dicho contrato, o de lo contrario, voten en contra y se queden sin contrato, pero con el beneficio de poder organizarse colectivamente y establecer un nuevo contrato colectivo, hecho que ocurrió en Ronal Querétaro  donde han comenzado las negociaciones con la empresa para firmar su nuevo CCT.

 

El rechazo a una poderosa central obrera como es la CTM, pero plagada de corrupción y totalmente sumisa al Estado y a los empresarios, es un importante triunfo de trabajadores organizados que actúan para mejorar sus condiciones laborales, pero, aunque es un paso muy importante, todavía es el inicio de un largo camino en el que tendrán que mantenerse unidos y cohesionados para luchar por conquistar el respeto a sus derechos y mejoras laborales.

 

Recordemos que, si bien los sindicatos son una herramienta para la mejora de las condiciones laborales, estas mejoras no son suficientes para abolir la explotación laboral, por lo que las organizaciones sindicales deben ser también un instrumento de concientización política de los obreros sobre la lucha de clases, es decir, la incesante lucha entre ellos, como clase proletaria y los patrones como representantes de la clase capitalista. Aparte de sus fines originales, los sindicatos deben aprender a actuar ahora de modo más consciente, Marx ya desde 1866 lo señalaba, “deben actuar como ejes de la organización de la clase obrera, con miras a su emancipación radical. Deben apoyar todo movimiento social o político que tienda hacia esa dirección”. Esto es a lo que deben aspirar los obreros al agruparse en un sindicato, ir más allá de las mejoras inmediatas y económicas, es decir, desplegar una lucha hacia la conquista del poder político y la transformación radical de la sociedad en favor del pueblo trabajador.


domingo, 16 de abril de 2023

Rechazo al charrismo sindical


Facundino Gómez 

 

Desde 1939, cuando México inició una vertiginosa carrera por industrializarse, de manera natural se consolidó el desarrollo de la clase obrera. El presidente Lázaro Cárdenas del Río, entre otras cosas, creó a la Confederación de Trabajadores de México (CTM) que tuvo como primer Secretario General a Vicente Lombardo Toledano que se decía marxista; en 1941 apoyado por el presidente Manuel Ávila Camacho, se apodera de la CTM Fidel Velázquez Sánchez oriundo de Nicolás Romero, Estado de México. Con el paso del tiempo la CTM se convertiría en la central obrera más corrupta de toda la historia del sindicalismo mexicano. También había otras centrales obreras como la CROM, CTC, CROC, COS, etc. todas más o menos igual de tramposas que la CTM.


Los sindicatos agrupados en esas centrales obreras aprendieron pronto que el “sindicalismo” era y es un gran negocio. Que estudiando un poco de leyes laborales y teniendo el valor de enfrentar a algunos patrones les podía dejar buenos dividendos. Así han transcurrido 84 años, los sindicatos han mejorado sus estrategias y crearon grupos de choque (golpeadores a sueldo) para someter a los trabajadores y obligarlos a permanecer en sus sindicatos. Los líderes sindicales se convirtieron en poderosos hombres de dinero, que vendiendo los derechos de los trabajadores se hicieron de enormes fortunas, viven en zonas muy exclusivas y hasta algunos han creado empresas que utilizan para sacar contratos colectivos a empresas y gobiernos. Conocí a un abogado que tenía un sindicato textil y se sabía que viajaba en avión a Las Vegas a pasarse algunos fines de semana y tenía fotos de lugares famosos del mundo como la Capilla Sixtina en el Vaticano, etc.


Pero nada es para siempre, en el año 2017 Enrique Peña Nieto, presionado por los Gobiernos de Estados Unidos y Canadá, inicia una serie de reformas a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Y en 2019 Andrés Manuel López Obrador reforma la Ley Federal del Trabajo. Ahora el ordenamiento legal obliga a los sindicatos a someterse a la aprobación de los trabajadores que se supone representa. La ventaja es que ahora los trabajadores están en posibilidad de decidir libremente.


A los obreros se le ha creado la idea de que algún día llegará un líder a salvarlos de su vida llena de carencias y sufrimientos. Pero ese líder nunca llega, solo se queda en esperanza. Eso nunca ha sido la solución para resolver un problema social. En los problemas sociales es necesario la intervención de cada integrante de la sociedad. En el sindicalismo es exactamente igual, todos los trabajadores deben participar.


La posibilidad de que los trabajadores decidan es real. Jamás algún obrero hubiera pensado eso, pero es una realidad. Se han dado casos reales por todos lados, donde los trabajadores han rechazado a las corruptas centrales obreras. A esos sindicatos a pesar de su poder, los trabajadores los han vomitado, los han corrido de sus centros de trabajo. Eso sorprende a todos, sorprende a los patrones y a esos líderes vendidos, pero también sorprende a los mismos trabajadores que han visto una posibilidad de mejorar y quitarse de encima a esos corruptos.


Los resultados de las consultas a los trabajadores son una verdadera sorpresa. Así se puede leer en algunas actas de resultados: votos a favor de que siga el actual Contrato Colectivo de Trabajo 74; votos en contra 282, y así por el estilo. En fin, ha sido abrumador el rechazo de los trabajadores a los sindicatos charros.


El momento de convertir al sindicalismo en una verdadera arma de lucha a favor de los intereses económicos y políticos de los trabajadores está próximo, hay que correr a los líderes corruptos y ladrones, porque ahora la ley permite que los trabajadores decidan.


Sin embargo, no basta con rechazar a los viejos charros cetemistas para que lleguen ahora los charros morenistas; los obreros debemos prepararnos, agruparnos, conformar directivas auténticas, formar o afiliarnos en sindicatos que en verdad defiendan nuestros derechos laborales y decidirnos a desplegar una lucha permanente en defensa de nuestros intereses de clase.