La carrera por la sucesión presidencial en nuestro país se recrudece: uno de los principales grupos políticos que aspira al poder, encabezado por Claudia Sheinbaum, despliega toda su estructura e influencia para posicionarse lo mejor posible rumbo al 2024. Por tanto, cuidar la imagen pública de ésta se ha convertido en parte esencial del Gobierno federal y su equipo de campaña.
Todo indica que López Obrador pretende extender su mandato a través de un gobierno subordinado como sería el de Sheinbaum y, por tanto, no disimula su abierta preferencia porque sea ésta quien lo suceda en la silla presidencial. Esto explica el por qué, a pesar de sus malos resultados y escandalosos errores, el Gobierno federal protege al máximo la imagen de la Jefa de Gobierno de la CDMX.
Sin embargo, las fallas y accidentes en el Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro en la Ciudad de México se han convertido en una piedra en el zapato para las aspiraciones presidenciales de Sheinbaum. Desde el incendio de la principal subestación eléctrica del STC Metro, en enero de 2021, que dejó sin servicio a seis de las doce líneas de transporte, así como la declaración de Florencia Serranía quien intentó deslindar su responsabilidad afirmando puerilmente “yo solo soy la directora” desnudaron la irresponsable actitud del gobierno de Sheinbaum. Por su parte, desde aquel entonces los trabajadores del Metro denunciaron que la estrechez presupuestal impedía el adecuado mantenimiento del sistema: "esta famosa austeridad republicana nos está llevando al precipicio", convirtiendo al Metro en “una bomba de tiempo”.
El tiempo colocó las cosas en su sitio. En mayo de 2021 se desplomó un tramo de la línea 12 del metro, hecho que costó la vida de 27 personas y dejó heridas a 79. Y recientemente, en enero de 2023, un choque de trenes entre las estaciones de Potrero y La Raza, en la Línea 3, cobró la vida de una joven estudiante y dejó 106 personas lesionadas. Los trabajadores tenían razón: el Metro era y sigue siendo una “bomba de tiempo”.
En este contexto, llama la atención que intentando eludir la responsabilidad directa del gobierno de Sheinbaum y el Gobierno federal por el deterioro que actualmente sufre el STC Metro, la Fiscalía de la Ciudad de México haya concluido responsabilizar al trabajador que conducía el tren, en este último accidente en la Línea 3, acusándolo por delitos culposos de homicidio y lesiones. Cabe señalar que dicho conductor fue una de las cuatro personas que quedaron prensadas entre los trenes tras el accidente.
Luego entonces, a decir de las autoridades, el problema no está en la falta de mantenimiento y presupuesto para garantizar la seguridad de los trabajadores y usuarios del STC Metro, sino que la responsabilidad es del conductor. Punto final. De esta manera, sin rubor alguno, el gobierno de la CDMX, apoyado por el Gobierno federal, pretenden obtener un doble objetivo: ocultar las consecuencias de una fallida “austeridad republicana” que solo persigue clientela electoral y limpiar las ensangrentadas manos de la principal aspirante presidencial.
La Fiscalía de la Ciudad de México afirma que “el conductor del convoy 24 no se apegó a los lineamientos contenidos en sus manuales técnicos, excedió el límite de velocidad en conducción manual restringida; y cambió a pilotaje automático cuando está prohibido bajo marcha de seguridad”. Mientras que, por su parte, el conductor que aún se encuentra hospitalizado declaró que “no fue su culpa el choque de trenes” ya que el pasado 7 de enero se les había notificado de una “falsa ocupación”, razón por la que tenían que franquear la señal, es decir, rebasarla porque estaba dando una indicación contraria: se tenía entonces que franquear esa señal y, por tanto, “teníamos que avanzar”. Además, destacó, que existía un “incendio en el cableado”.
El Sindicato Nacional de Trabajadores del Sistema de Transporte Colectivo externó su postura y lamentó que culparan al conductor por el accidente. En un comunicado, el Sindicato del Metro explicó que recibió con “sorpresa y preocupación” las declaraciones que hizo públicas el vocero de la Fiscalía capitalina, con las que trata de inculpar a las y los trabajadores de las fallas y averías que se presentan en el transporte capitalino. Por esta razón, los sindicalizados del Metro afirmaron que siempre se les trata como “unos delincuentes” cuando existe alguna falla dentro de este Sistema. “Frente a estas reprobables acusaciones y ante los múltiples citatorios que esa Fiscalía emite a diario a los trabajadores, intimidándolos y tratándolos como delincuentes cada vez que ocurre alguna falla en el Metro”, rechazaron “tajantemente el trato que se le está dando a nuestro Gremio”, por lo que propusieron realizar peritajes técnicos científicos con la participación de expertos en Materia Metro para conocer las causas del accidente ocurrido en la Línea 3 del Metro.
Como vemos, el gobierno de la Ciudad de México pretende eludir su responsabilidad por la falta de mantenimiento al Metro, por un lado, acusando de homicidio culposo al conductor y, por otro lado, acusando a los trabajadores del sindicato de incurrir en acciones de sabotaje. Ahora resulta que los responsables del desastre que sufre el STC Metro son los trabajadores.
El gobierno morenista miente. Su discurso en favor de los pobres de México es falso. En los hechos es un gobierno que menosprecia y ataca a los trabajadores. No olvidemos que, en octubre de 2021, en la refinería de Dos Bocas, en Tabasco, en una de las obras emblemáticas del gobierno morenista, cientos de trabajadores fueron violentamente reprimidos por la fuerza pública; en agosto de 2022, diez mineros en Sabinas, Coahuila, se sumaron a la larga lista de fallecidos por la negligencia de los patrones y la complaciente omisión a la ley laboral por parte del gobierno morenista; en septiembre y diciembre de 2022, respectivamente, elementos de la Secretaría de Marina desalojaron a los trabajadores de Mexicana de Aviación e Interjet que desde hace tiempo luchan en defensa de sus legítimos derechos. Hoy el turno es contra los trabajadores del STC Metro. Más los atropellos que se sumen contra los trabajadores en lo que resta de este sexenio.
No cabe duda que la terca realidad sigue desenmascarando el falso discurso de Morena. En los hechos se confirma nuevamente que no son iguales a los corruptos, mentirosos y electoreros neoliberales del PRIAN, resultaron ser peores.
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