Jaime Reyes
Para este 2023 se espera una mayor inflación, la cual impactará en el precio de los productos de la canasta básica, mientras que el poco empleo que se llegue a generar será de mala calidad (explotado y sin prestaciones, ni seguridad social), ante lo cual ni el aumento al salario mínimo, ni la política de subsidios de la 4T ayudarán a reducir la pobreza.
Todo va a seguir subiendo de precio (petróleo, alimentos y mercancías) y va a ser muy difícil que México lo pueda sortear. Las autoridades aseguran que la inflación va a ir a la baja y que van a trabajar para evitar que siga subiendo e incluso disminuya. Esto es totalmente falso, no creemos que esto sea posible, al contrario, va a seguir subiendo y puede llegar a niveles importantes y esto dependerá mucho de las acciones que tome el Gobierno para controlarla.
Desde hace muchos años el empleo en México ha sido de muy mala calidad; si bien se han dado los mayores incrementos al salario mínimo en la actual administración, en realidad en las dependencias gubernamentales y empresas privadas los niveles salariales no han variado desde hace más de una década; es difícil que el ingreso se pueda incrementar sustancialmente sobre todo para los niveles profesionales.
En cuanto a los datos alegres del gobierno, el 28 de diciembre de 2022 el INEGI informó que la tasa de desocupación disminuyó en noviembre pasado a 2.8% de la población económicamente activa (PEA) y menor en 0.8% a noviembre de 2021.
Esa cifra es engañosa. Además de la tasa de desempleo para medir cómo va la economía, hay que tomar en cuenta otros indicadores, como la tasa de subocupación o la tasa de informalidad y por supuesto las tasas de empleo, que han crecido marginalmente. Los empleos que se registran se miden por los incorporados al Seguro Social, pero en el IMSS usualmente hay muchos trabajadores que son incorporados con el salario mínimo. Las personas trabajan cada vez más en el mercado informal y, por tanto, dejan de buscar empleo, por lo que la tasa de desocupación disminuye.
En este contexto, el aumento de 34 pesos al salario mínimo para el 2023 de nada sirve si no hay un control efectivo de la inflación: los planes para mitigar la inflación no han sido efectivos, han sido tardíos y solo han favorecido a un sector muy pequeño de la población, mientras que la gente que está en pobreza alimentaria es la que más resiente el aumento de la inflación y no le impacta favorablemente el aumento a los salarios. Mucha de la población de menores ingresos no recibe salario mínimo, sino que está en la informalidad y muchas veces perciben ingresos por debajo de un salario mínimo.
Apenas en octubre pasado la misma fuente informó que México, con una población de más de 126 millones de personas, 55 700 000 viven en pobreza, lo que representa 43.9% del total. Asimismo, el número de personas en pobreza extrema es de 10 millones 800 mil (8.5% de la población total), mientras que 23.5% de la población vive en pobreza alimentaria.
Para colmo, la política de pensiones, becas y subsidios de la 4T tampoco ayudará a reducir la pobreza en este 2023, ya que se da mucho dinero a gente poco productiva o improductiva y entonces no se dan recursos a las personas indicadas. Se les da, por ejemplo, a muchos estudiantes que no son pobres, que no lo requieren y los niños los utilizan para comprar juegos, ropa, pero no para asegurar que van a seguir estudiando.
A pesar del optimismo presidencial de que la economía mexicana ira “viento en popa” para este 2023, se vislumbra un panorama desalentador en materia de ingreso y empleo, lo que repercutirá en un aumento de la población en condiciones de pobreza.
Si no se aplica una política de inversión que efectivamente favorezca la productividad, esto no va a funcionar. Y esto sólo será posible bajo la presión del pueblo trabajador organizado y consciente de la necesidad de combatir el clientelismo del gobierno morenista.
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