Como trabajadores nuestra vida es muy activa, en la casa por las responsabilidades que debemos asumir y en el trabajo esforzándonos por cumplir bien y ser de los mejores, muchas veces compitiendo entre compañeros para ver quién hace las cosas con mayor eficacia y rapidez sin importar tu giro de trabajo sea de carga, empaquetado o en la elaboración del producto; exponiéndonos muchas veces a lesiones estamos siempre observando el reloj. Asaltan nuestros pensamientos las deudas y preocupaciones, las preguntas diarias durante cada semana, ¿qué comeremos mañana?, ¿cómo voy a pagar los uniformes y la escuela de mis hijos?, ¿a quién le pido prestado para las medicinas y mis pasajes? Y siempre estamos rogando que se encuentre bien nuestra familia, que no se enferme, siempre esperando el último día de trabajo para recibir el salario, el cual no alcanza para satisfacer nuestras más elementales necesidades.
Todo ello nos obliga a laborar en las peores condiciones de trabajo, sí ¡nos obliga! Pero no es culpa de nosotros, es culpa del sistema capitalista que está diseñado para que los patrones nos exploten, ya que ellos son cada día más ricos gracias al trabajo que cada uno de nosotros realizamos, cada vez te exigen mayor productividad y sus estrategias están siempre diseñadas para obtener el máximo de ganancia. Sí, yo sé que nosotros pensamos que no hay de otra, que esta vida nos tocó vivir, o que es la consecuencia por no haber estudiado, o que nuestro patrón es el dueño de la fábrica, la maquinaria, la materia prima y, por tanto, es quien tiene derecho a enriquecerse. Pero así no son las cosas, debemos transformar nuestra realidad.
Ningún patrón obtiene dinero por el solo hecho de poseer maquinaria y materia prima, éstas tienen que ponerse en acción, en movimiento, de manera adecuada y permanente, de tal forma que la materia prima se convierta en un producto acabado, en una mercancía, resultado del esfuerzo de los trabajadores; y en verdad que es impresionante la capacidad que poseemos, nuestra inteligencia y fuerza de trabajo se tensan al máximo porque tenemos necesidad de obtener los ingresos que nos permitan, por lo menos, alimentar a nuestra familia; y eso le conviene a los patrones porque nuestras habilidades se desarrollan en el centro de trabajo, incluso llegamos a realizar las labores de dos, tres y hasta cuatro trabajadores juntos, el patrón así se ahorra sueldos y, por tanto, su ganancia aumenta aceleradamente, pero no así nuestro salario; quizá nos ofrezca un refresco, comida o algún estímulo para que estemos agradecidos con él, pero nuestra condición de pobreza no cambia ni cambiará hasta que los propios obreros le pongamos fin a esta injusticia, para ello debemos organizar un movimiento obrero combativo, participativo, exigiendo mejores condiciones de trabajo en las empresas donde laboramos, exigiendo leyes que en verdad favorezcan a los trabajadores y alzando la voz para que se cumplan y respeten las ya establecidas en la norma laboral vigente.
Te preguntarás ¿qué es un movimiento obrero? y ¿quiénes son obreros? El movimiento obrero es un fenómeno social y político que tiene sus orígenes en Inglaterra en el siglo XVIII, a raíz de la revolución industrial, y tuvo como principal objetivo mejorar las condiciones laborales de los trabajadores. En aquel entonces en Inglaterra no existía una legislación laboral, los empresarios tenían plena libertad de establecer las condiciones de trabajo que mejor convinieran a sus intereses: salarios miserables, extenuantes jornadas de trabajo, sin seguridad social ni cualquier otro tipo de prestación laboral, esto llevó a los trabajadores a agruparse para reclamar una serie de mejoras en sus condiciones laborales. Esta lucha no fue fácil y cometieron errores como confundir a las máquinas como las culpables de su explotación; los trabajadores de aquel entonces fueron víctimas de opresión por parte de sus patrones, fueron rechazados por la sociedad y muchos otros fueron despedidos.
Sin embargo, el movimiento obrero inglés no se doblegó, se mantuvo combativo hasta lograr reducir la jornada de trabajo, incrementar los salarios, se prohibió el trabajo infantil, se estableció seguridad dentro de las fábricas y se prohibió que niños y mujeres trabajaran dentro de las minas, entre otras conquistas. Esta primera lucha sirvió como ejemplo para todos los países del mundo, para evitar fracasos y para dirigir y llevar un movimiento obrero al éxito, como en Rusia que, aunque las condiciones fueron distintas, los obreros se organizaron y, encabezados por Lenin, lucharon por mejores condiciones de vida, una victoriosa conquista que tuvo como base la teoría científica del marxismo y la participación activa y consciente de los obreros quienes lograron derrocar al gobierno provisional en el año de 1917. Estamos hablando de 200 años después de los primeros movimientos obreros en Inglaterra, pero la lucha de los obreros soviéticos ya no fue sólo por demandas económicas como el incremento salarial o la reducción de la jornada de trabajo, sino que se propuso demandas de carácter político como fue el derrocamiento al gobierno, triunfó que les permitió alcanzar su principal demanda: la conquista del poder político. De esta manera cambió la situación económica, política y social de todos y cada uno de los trabajadores.
En nuestro México también hubo importantes movimientos obreros, por ejemplo, la huelga de Cananea en 1906 en donde se impuso la intransigencia patronal y la represión del Gobierno mexicano coludido incluso con fuerzas e intereses del extranjero. Esta lucha sumó a miles de mineros mexicanos que eran cruelmente explotados y vivían en la miseria, víctimas de la injusticia y la desigualdad; en donde el desarrollo económico de la región no beneficiaba en nada ni al pueblo ni a los trabajadores. Esta huelga en Sonora y la de Río Blanco, en Veracruz, fueron el antecedente inmediato de la Revolución Mexicana de la cual surgió, como uno de sus grandes logros, la Constitución de 1917 donde se incluyen los derechos políticos y sociales del pueblo trabajador.
Ahora bien, un obrero es aquella persona que no cuenta con medios de producción y lo único que tiene es su fuerza de trabajo, su habilidad y creatividad, por tanto, para sobrevivir está obligado a vender su fuerza de trabajo a un patrón a cambio de un salario miserable.
Como vemos, los movimientos obreros son resultado de la inevitable necesidad que tenemos los trabajadores de mejorar nuestras condiciones de trabajo y de vida. Nos debe quedar claro que el desarrollo del capitalismo es la causa de la creciente explotación, desigualdad y miseria en que vivimos millones de trabajadores en México y el mundo.
Ahora bien, los movimientos obreros no son fáciles, se requiere de valentía, conocimiento, organización y unión de todos los trabajadores. Para comprender cada paso del proceso de la lucha obrera debemos estudiar y prepararnos; debe quedarnos claro que la pobreza en que vivimos los obreros es resultado de la explotación que diariamente ejerce el patrón para obtener crecientes ganancias, porque no nos pagan un salario justo por lo que en verdad trabajamos; la mayoría de los trabajadores no contamos con seguridad social ni condiciones dignas de trabajo; y la opresión en la fábrica genera que nuestra mente esté enajenada, somos robots que actúan y piensan como quiere nuestro explotador.
Es por todo ello, compañeros trabajadores, que los invito a estudiar y conocer la historia del movimiento obrero en México y el mundo, movimientos importantes que se han realizado en diferentes siglos y en diferentes países en los que se demuestra que si los obreros se deciden a luchar en defensa de sus derechos e intereses, si se unen y organizan como hermanos de clase, se convierten en obreros revolucionarios capaces de romper las cadenas de la explotación. Y nuestro primer paso en la lucha obrera comienza dentro de nuestros centros de trabajo, exigiendo tener mayores prestaciones y un sindicato que verdaderamente luche por mejorar las condiciones laborales de todos los trabajadores. A unirnos y a luchar que, aunque no es fácil, no es imposible.
0 comentarios:
Publicar un comentario