Ricardo
Torres
Recordemos que a finales de septiembre del año en curso más
de 3 mil trabajadores afiliados a la CROC que laboran en la empresa AMATECH (Call Center fundado por Grupo Carso),
estallaron una huelga en demanda de incremento salarial. Los trabajadores
cedieron en su exigencia del 12 por ciento de incremento hasta un 8 por ciento;
mientras que la empresa pasó de un ofrecimiento del 2.1 al 3 por ciento. Se
rompieron las pláticas, estalló la huelga y la empresa rápido mostró el cobre:
dejó de pagar la segunda quincena de septiembre que los trabajadores habían
laborado y solicitó a la Junta Local de Conciliación y Arbitraje (JLCA)
calificara la huelga como inexistente en virtud de que, según ella, no contaba
con el apoyo de la mayoría de los trabajadores. No obstante, éstos desmintieron
a la empresa propinándole una paliza: en el recuento establecido por la JLCA,
el 27 de octubre, más del 90 por ciento de los trabajadores ratificaron su
movimiento de huelga.
En su
momento, en esta misma publicación del Informador
Obrero, dijimos que: “Los trabajadores de AMATECH se han mantenido firmes y
combativos en su primeras semanas de huelga y, tras el reciente recuento, su
unidad interna se ha fortalecido, sin embargo, enfrentan a un gigante de las
telecomunicaciones, a un conglomerado económico poderoso y experimentado que se
alimenta precisamente de la explotación de los trabajadores y que por ningún
motivo estará dispuesto a reducir sus ganancias […] el conflicto es complejo y
su resolución es incierta. No obstante, destaco dos posibles escenarios:
primero, que la empresa utilice todos los medios a su alcance, legales e
ilegales, para presionar, intimidar, prolongar la huelga con el objetivo de
desgastarlos y forzar así a los trabajadores a aceptar un reducido incremento
salarial y algunas cuantas mejorías en sus condiciones laborales solo para
acallar un poco sus reclamos; segundo, que los trabajadores resistan el tiempo
necesario hasta obtener un incremento salarial suficiente para recuperar su
poder adquisitivo así como una sustancial mejoría en sus condiciones de
trabajo, sin embargo, esto solo podrá ser posible si son respaldados con un
real y creciente apoyo de su central obrera, de otros sindicatos, de otras
fuerzas sociales y de la población de Tlaxcala que simpatice y se solidarice
con su movimiento.”
Ahora
bien, el pasado 25 de noviembre se informó que, finalmente, el sindicato adherido
a la CROC y la empresa AMATECH lograron un acuerdo que pone fin a dicha huelga
con un incremento del 3.75 por ciento directo al salario, razón por la cual se reiniciaron
labores en la empresa a partir del 29 de noviembre.
El
sindicato destacó que los beneficios del acuerdo incluyen el pago pendiente de
la segunda quincena de septiembre; un bono de 3 mil pesos por los casi dos
meses en que se mantuvo la huelga, es decir, por salarios caídos; el incremento
a 20 días de aguinaldo y el 38 por ciento de prima vacacional; un aumento en el
apoyo para la compra de útiles escolares de 150 a 210 pesos; el incremento de
dos a tres días con goce de sueldo y el apoyo extraordinario de 12 a 13 mil
pesos en caso del fallecimiento de algún familiar directo; la entrega de un
arcón navideño con un costo promedio de 250 pesos; para el fomento del deporte
y recreación se amplía el monto de 130 mil a 150 mil pesos; el 1° de Mayo de
cada año la empresa entregará un apoyo de 550 mil pesos para los trabajadores;
así como una bolsa económica de 300 mil pesos para estímulos de productividad.
Solo
los trabajadores de AMATECH y su dirección sindical conocen las vicisitudes y
fuertes presiones a que fueron sometidos por el poderoso Grupo Carso. Si
después de la huelga su unidad como trabajadores es más sólida y la experiencia
de su movimiento ha servido para fortalecer su conciencia de clase para
enfrentar futuras batallas, los resultados de su lucha habrán sido positivos y
las mejoras económicas conseguidas servirán como aliciente para mantenerse cada
vez más cohesionados y sabedores de su capacidad de lucha.
No obstante, existen elementos
suficientes para afirmar que la culminación de la huelga en AMATECH favoreció a
la empresa: se mejoraron algunas prestaciones pero Grupo Carso, en toda la
línea, impuso sus condiciones. A mi juicio, tres aspectos son reveladores.
En una nota del 25 de noviembre titulada “Retiran banderas
rojinegras a casi dos meses de huelga en Amatech”, publicada por la página 385grados.com.mx, firmada por Iván
Muñoz, se dice que: “Representantes de la Confederación Revolucionaria de
Obreros y Campesinos (CROC) afirmaron que la negociación se realizó de manera
directa con la empresa CARSO, con quien acordaron
que Amatech permanecerá en la entidad (las negrillas son mías), así como el
incremento del 3.75 por ciento y de uno por ciento en prestaciones, 20 días de
aguinaldo y una prima vacacional del 38 por ciento.”
Por su parte La Jornada de Oriente, el 25 de noviembre, en su portal (www.lajornadadeoriente.com.mx) publica una nota titulada “Logra
gobierno del estado conciliación entre trabajadores y empresa Amatech”, en
donde dice que: “El gobierno del estado, a través de la Junta Local de
Conciliación y Arbitraje (JLCA), logró conciliar la firma de un convenio de
terminación de huelga entre la empresa Amatech S.A. de C.V y el Sindicato de
Trabajadores de las Industrias en General y del Comercio de la República Mexicana,
por lo que será el próximo lunes 29 de noviembre cuando se reanuden las
actividades laborales […] El gobierno del estado se mantendrá atento de las
necesidades de la sociedad para generar un ambiente de paz social y las
condiciones que requieren las empresas y los trabajadores, para un adecuado
desempeño laboral que sin duda dé la oportunidad de generar más empleos.”
Y el portal intoleranciadiario.com, del 4 de diciembre, publica una nota
titulada “Denuncian empleados de Amatech despidos tras huelga” en donde dice: “Trabajadores
inconformes de la empresa Amatech denunciaron
que tras la huelga que llevaron a cabo para exigir mejores salarios, han
comenzado a presentarse despidos,
por lo cual han comenzado a interponer denuncias ante el Centro de Conciliación
Laboral del Estado […] Un grupo de inconformes afirmaron que se ha presentado
la documentación ante las autoridades, en espera que la
sección sindical, a cargo de la CROC tome cartas en el asunto y
fije una posición, no obstante, aseguraron que desde el pasado miércoles
iniciaron los despidos.”
Considerando estos elementos, de los
posibles escenarios planteados anteriormente, todo indica que estamos frente al
primero de ellos: para impedir la reducción de sus millonarias ganancias, el
Grupo Carso presionó a los trabajadores para que aceptaran un reducido aumento
y, lejos de ofrecer un mayor incremento porcentual al salario, amenazó con
salirse de Tlaxcala y buscar espacio y mano de obra barata en alguna otra
entidad de la república. Los trabajadores pedían un aumento del 8 por ciento y
la empresa ofrecía el 3 por ciento, por tanto, que finalmente se haya pactado
el 3.75 por ciento, significa que la empresa no cedió siquiera un punto
porcentual mientras que los trabajadores tuvieron que ceder más de 4 puntos, lo
que demuestra que el centro de la negociación no estuvo en el incremento
salarial que demandaban los trabajadores, sino en la permanencia o no de
AMATECH en Tlaxcala. Lo demás era lo de
menos.
Esto explica entonces la intervención
directa del gobierno estatal encabezado por la morenista Lorena Cuéllar
Cisneros, quién, preocupada por la “paz social” y la “generación de empleos”,
no podía permitir que bajo su administración se incrementara súbitamente el
desempleo con los más de 3 mil 200 trabajadores de AMATECH con los consecuentes
efectos político-sociales que esto provocaría. Como vemos Grupo Carso también
presionó al gobierno estatal. La consigna de éste fue clara: que AMATECH se
mantenga en Tlaxcala, y si la empresa no quiere ofrecer un incremento al
salario superior al 3.75 porcentual, revisemos y acordemos que tipo de mejorías
en sus condiciones laborales pueden hacerse para acallar un poco los reclamos
de los trabajadores. Y todos felices y contentos.
Finalmente, las recientes denuncias de
los trabajadores por despido injustificado que se presentaron después de la
huelga, sin que hasta el momento exista una posición sindical expresa al
respecto, solo confirma la arrogancia patronal con que AMATECH negoció la
culminación de la huelga así como el poder económico y político del Grupo Carso
bajo la administración “revolucionaria” de la 4T que durante años anunció que
combatiría a la “mafia en el poder”. Siguen siendo de la misma calaña.
La realidad nos enseña, como ocurre
ahora en AMATECH, que para enfrentar a las poderosas empresas en la ardua tarea
de luchar por una distribución equitativa de la riqueza social que producen los
propios trabajadores -a través del incremento al salario diario directo- se
requiere también una poderosa clase obrera, unida y cohesionada, capaz de
enfrentar con éxito al capital. Tarea nada fácil pero inaplazable.
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