domingo, 13 de febrero de 2022

Las afores y el desempleo

 

Rosa Espinoza

Una manifestación clara y contundente del desempleo y la inflación es, sin lugar a duda, el retiro anticipado de los recursos económicos acumulados en las cuentas de ahorro de los trabajadores de las AFORES (Administradora de Fondos de Ahorro para el Retiro), las cuales registraron un máximo histórico en 2021 al superar los 22 mil millones de pesos.

Las AFORES son fondos de ahorro de los trabajadores que solo se les entregan en su totalidad al concluir su vida laboral o a los 65 años, pero también se pueden hacer retiros parciales de dichos fondos en determinadas circunstancias, en general son retiros por desempleo. La CONSAR (La Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro) informó que 1.9 millones de trabajadores retiraron fondos de sus cuentas durante el 2021, lo que representó un incremento anual de 6.4 por ciento.

La CONSAR también informó que el monto de retiros parciales por desempleo representó 0.42 por ciento de los 5.2 billones de pesos que se encuentran en el Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR), al cierre de diciembre de 2021, de acuerdo con información proporcionada por el diario El Economista de fecha 15 de enero del presente año.

Esto sucede en el año 2021 que, en teoría, fue el año de la recuperación económica, el año que inició la reactivación económica después del desastre de 2020, ocasionado por la pandemia del covid-19, tiempo en el cual, nos dice el gobierno morenista, se ha recuperado la economía y se han recuperado los empleos perdidos; entonces ¿cómo se explica este fenómeno, el retiro histórico de las cuentas de las AFORES de los trabajadores?

Es evidente que se trata, por un lado, del desempleo que afecta a millones de trabajadores y, por otro lado, de la carestía de la vida, de la inflación que alcanzó el 7.36 por ciento, la más alta registrada en los últimos 20 años, lo cual reduce considerablemente el poder adquisitivo del salario.

De acuerdo con los datos que aporta el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) el desempleo en México se eleva a los 31 millones de seres que no tienen empleo formal o que laboran en la informalidad, en la subocupación o son empleados temporales. Estos son los datos oficiales que contrastan con las declaraciones del gobierno de la 4T, consistentes en que ya se recuperaron los empleos perdidos durante la contingencia ocasionada por el covid-19 en el año 2020, pero se olvidan del crecimiento natural de la población, que se sabe cada año se incrementa en 1.2 millones de personas, entonces la tasa real de desempleo no se recuperó, sino por el contrario, se incrementó;  hay un déficit de 642 mil 334 personas que demandan empleo, a pesar de haberse recuperado formalmente el número de empleos en el año 2021.

Por otra parte, la inflación que alcanzó el 7.36 por ciento, la más alta de los últimos 20 años, provocó que el “histórico incremento a los salarios mínimos del 22 por ciento” decretado para este año no compense siquiera el incremento del costo de la canasta básica, en realidad el salario ha perdido capacidad de compra.

Así se explica porque 1.9 millones de trabajadores han optado por retirar el ahorro de sus cuentas de las AFORES, algunos en forma parcial y otros en su totalidad; a la clase obrera mexicana no le alcanza el salario que percibe para sufragar los gastos básicos de manutención de la familia, el salario no alcanza y el desempleo obliga a los trabajadores a buscar otras alternativas para ganarse la vida, algunas lícitas y otras ilícitas. Como quiera que sea es una tragedia la que vive la clase obrera, no hay empleo y los salarios son muy bajos.

Los trabajadores, los que con su fuerza laboral producen la riqueza del país, los que sostienen todo el edificio social, capaces de producir tanta riqueza que tan solo con sus raquíticos ahorros logran amasar una cantidad inimaginable de dinero, cómo el que manejan las AFORES, el SAR solo maneja la friolera de 5.2 billones de pesos, dinero que operan unas cuantas grandes empresas como Citibanamex, XXI Banorte, Inbursa, Coppel, Metlife y Banco Azteca, entre otras. Estos trabajadores solo reciben un mísero salario y algunos ni siquiera cuentan con un empleo digno y bien remunerado, es una grave contradicción de esta sociedad capitalista, que solo se resolverá cuando el pueblo trabajador adquiera conciencia de su situación, se organice y luche decididamente por mejores condiciones de vida y de trabajo.

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