viernes, 18 de diciembre de 2020

RICARDO SALINAS PLIEGO: MODELO DEL EMPRESARIADO NEOLIBERAL

 


Por: Ricardo Torres

            En octubre del año en curso, Ricardo Salinas Pliego, publicó en su blog un texto titulado “Tu pensión no es gratis” donde dice lo siguiente: “Tu pensión no es gratis, es el beneficio justo que cosechas hoy como resultado de décadas de esfuerzo. Es el uso PRESENTE de lo que has ahorrado en el pasado y los réditos que obtuviste sobre ese ahorro, acumulados a lo largo de muchos años […] Sin tu ahorro, no tienes pensión. Y sin réditos adecuados, tu pensión no alcanza. ¿Quién debe ahorrar para lograr una pensión digna?, ¿Quién debe sacrificar el consumo personal y de su familia para poder disfrutar en un futuro de su ahorro? El pensionado. Él y sólo él tiene la obligación de ahorrar para aspirar a un futuro digno. ¿Qué decir del patrón del pensionado? ¿No debería acaso contribuir a la pensión del trabajador? No, porque en realidad el patrón no tiene incentivo alguno para garantizarle una pensión digna, especialmente en este mundo con enorme movilidad laboral. Para el patrón, cualquier contribución a la pensión del trabajador es sólo un impuesto más. Es un gravamen extra a quienes creamos las fuentes de trabajo […] Entonces, ¿no debería ser el Estado quien contribuya a pagar la pensión del trabajador? […] Para el Estado, cualquier contribución al sistema de pensiones es sólo un gasto más y no una forma de ahorro.” La segunda parte del texto se centra en los réditos e intereses bancarios que, con el paso del tiempo, deben producirse para beneficio del trabajador y obviamente para los bancos por la acumulación y manejo de dichos ahorros. Entre otras medidas, Salinas Pliego propone que el trabajador ahorre por lo menos el 20 por ciento de sus ingresos y que estos recursos de millones de trabajadores se canalicen a proyectos de inversión de largo plazo, como activos inmobiliarios y acciones de empresas de calidad, y termina enfatizando sobre la libertad que debe tener el trabajador para cambiar a la Afore que más le convenga. “Si hacemos realidad estas propuestas, estaremos en un camino mucho más directo hacia la prosperidad incluyente.” 

            ¿Quién es Ricardo Salinas Pliego?, ¿qué papel representa bajo el régimen del actual gobierno morenista? y ¿cómo debemos entender los trabajadores su visión en torno al sistema de pensiones? Veamos.

            Ricardo Salinas Pliego es el segundo hombre más rico de México con una fortuna superior a los 11 mil 700 millones de dólares, según la lista Forbes 2020; integrante de una familia adinerada, fundador y presidente del Grupo Salinas que concentra a diversas empresas cuya actividad se despliega en los medios de comunicación (TV Azteca/ canales 7, 13 y Proyecto 40), telecomunicaciones (Totalplay/ servicios fijos de acceso a Internet, televisión de paga y telefonía), comercio especializado (Elektra), servicios financieros (Banco, Afore y Seguros Azteca que operan en México, Guatemala, Honduras, Panamá y Perú) y transporte (Italika), mismas que emplean a más de 90 mil asalariados.

 Con motivo de la pandemia que azota al país, Salinas Pliego ha mostrado su verdadera preocupación por el futuro y el bienestar de los trabajadores de México, veamos solo dos ejemplos: a) La escritora Sabina Berman publicó en El Universal un artículo titulado “Mi libertad: tu muerte (Salinas Pliego)” donde denuncia la muerte, por Covid-19, de Margara S., que trabajó de cajera en una sucursal de Banco Azteca en Guadalajara. A pesar de que dicha empleada solicitó a la empresa que le permitiera confinarse porque tenía dos hijos pequeños a los que no quería infectar o dejar huérfanos, la respuesta de la empresa fue tajante “Grupo Salinas no cierra, tú eres libre de no venir pero si no vienes no se te puede pagar tu salario, sería abandono del trabajo”, Margara no tuvo más opción que seguir acudiendo a laborar. Ella y su madre enfermaron de Covid-19 y finalmente perdieron la vida. Berman concluye su artículo señalando que en esa misma sucursal existieron otros fallecimientos. La furibunda réplica del Grupo Salinas se centró solo en descalificar y ofender a Sabina Berman por su ingratitud ya que trabajó por más de una década para TV Azteca. De su responsabilidad por la muerte de Margara, ni una palabra; b) Tras una publicación que Salinas Pliego hizo en twitter sobre la misión de “prosperidad incluyente” que, dice, cultivan sus empresas, Guadalupe Riojas, trabajadora que laboró por casi 20 años para Fundación Azteca, invalidó esa falsa misión y le reclamó haber sido despedida injustificadamente, de “zopetón” y en plena crisis sanitaria. El magnate le contestó lacónico “Me decepciona saber que eres una persona mal agradecida con quien te ocupó por 18 años. De haberlo sabido… tu salida era antes.”

            Este arrogante multimillonario neoliberal que durante muchos años fue calificado y señalado por Andrés Manuel López Obrador como integrante de la “mafia en el poder”, es hoy, curiosamente, uno de los empresarios consentidos y directamente beneficiados por el gobierno morenista. Basta decir que Salinas Pliego forma parte del Consejo Asesor de Empresarios que López Obrador formó desde el inicio de su administración; que le fue asignado el contrato a Banco Azteca para el manejo de los recursos económicos destinados a los programas asistencialistas promovidos por el gobierno morenista con fines electorales; y que su empleado, Esteban Moctezuma Barragán, quién los últimos 17 años venía encabezando la Fundación Azteca, fue asignado como titular de la Secretaría de Educación Pública, y que ahora, desde su nueva posición política, entre otras muchas cosas, podrá generarle cuantiosas ganancias al Grupo Salinas como lo hizo, por ejemplo, a través de la reciente obtención del contrato de casi mil millones de pesos concedido a Seguros Azteca por el aseguramiento de todos los bienes patrimoniales de la SEP.

            En este marco, expuesto grosso modo, debemos insertar la visión neoliberal de Salinas Pliego sobre el sistema de pensiones: el ahorro para la pensión debe ser responsabilidad absoluta del trabajador, “él y sólo él tiene la obligación de ahorrar para aspirar a un futuro digno”; el patrón del pensionado no debe contribuir en dicho ahorro “porque en realidad el patrón no tiene incentivo alguno para garantizarle una pensión digna” y solo representa “un gravamen extra a quienes creamos las fuentes de trabajo”. Según la lógica del magnate, el trabajador más bien debería estar agradecido de por vida con el patrón (como reclamó a Sabina Berman y Guadalupe Riojas), por haber tenido la fortuna y el privilegio de trabajar en sus empresas. Salinas Pliego es un manipulador. Los trabajadores no debemos olvidar que la gigantesca riqueza que poseen los empresarios es fruto de la labor de miles y millones de trabajadores; si los empresarios fundan empresas y con ello generan fuentes de trabajo, lo hacen con el único y solo con el único interés de obtener jugosas ganancias. Ningún empresario establece empresas para beneficiar solo a los trabajadores. Los asalariados de México y el mundo sabemos que cuando una empresa no obtiene las ganancias que espera el patrón, sencillamente cierra sus puertas y los trabajadores son echados a la calle.

            Ese viejo discurso de que los patrones son los “creadores de las fuentes de trabajo” y que, por tanto, los asalariados debemos estar agradecidos con ellos porque gracias a su generosidad nuestras familias pueden llevarse la comida a la boca, es una mentira, una antigua y permanente manipulación patronal; lo que no dicen los empresarios es que la ciencia económica moderna ha demostrado que el trabajo vivo es la fuente creadora de toda la riqueza social, que la fuerza de trabajo (entendida como el desgaste de la energía, los músculos, la sangre y los nervios del trabajador puestos en acción), produce bienes y servicios que contienen un nuevo valor capaz de cubrir no solo el salario del trabajador sino que además genera la ganancia o plusvalía que acrecienta día con día las inmensas fortunas de los empresarios. Por tanto, afirmar que el patrón no tiene “incentivo alguno” que lo comprometa a contribuir con la pensión del trabajador es ridículo, es un engaño, es negarle el beneficio justo que el empleado merece cosechar como resultado de décadas de explotación de su fuerza de trabajo en favor del mal agradecido patrón. En suma, las fuentes de trabajo por sí solas están imposibilitadas de producir riqueza; para ello requieren obligadamente del trabajo vivo porque solo así podrán producir la calculada plusvalía que espera el patrón. Salinas Pliego lo sabe bien y es por eso que “Grupo Salinas no cierra”, porque sin el trabajo vivo de sus empleados no obtiene ganancia alguna y, por tanto, prefiere ver morir a trabajadores como Margara, antes que dejar de recibir su anhelada plusvalía.

            En cuanto al sistema de pensiones y el papel del Estado como garante del bienestar social, los trabajadores debemos tener claro que el pago de pensiones no es una gratificación o un gracioso obsequio por nuestros años de trabajo, sino un derecho que forma parte de la seguridad social que todos los gobiernos del mundo deben ofrecer a sus gobernados, un derecho consignado dentro de las normas jurídicas internacionales y nacionales. En este sentido cabe mencionar lo que dice la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su artículo 123, fracción XXIX: “Es de utilidad pública la Ley del Seguro Social, y ella comprenderá seguros de invalidez, de vejez, de vida, de cesación involuntaria del trabajo, de enfermedades y accidentes, de servicios de guardería y cualquier otro encaminado a la protección y bienestar de los trabajadores, campesinos, no asalariados y otros sectores sociales y sus familiares.”

No obstante, con el establecimiento del régimen neoliberal en el mundo, se han modificado no solo las estructuras económicas sino también las políticas sociales instrumentadas por el Estado. En este sentido, el derecho a la seguridad social, que era su responsabilidad, se ha venido desvaneciendo. El Estado como ente rector y regulador de las pensiones ha transferido esta responsabilidad al sector privado en detrimento de la seguridad y los derechos de los trabajadores. De esta manera es como el capital va extendiendo sus tentáculos hacia áreas que eran competencia del Estado. Neoliberalismo puro. Una política económica que, por un lado, fortalece a los dueños del capital, a las grandes empresas y al libre mercado, y, por otro lado, descarga al Estado de su responsabilidad de garantizar mejores condiciones de vida para los trabajadores y la población en general. Planteado así el problema podemos entender por qué nuestro magnate neoliberal rechaza también que el Estado contribuya al pago de la pensión del trabajador, porque “para el Estado, cualquier contribución al sistema de pensiones es sólo un gasto más y no una forma de ahorro.”

Finalmente, sobre “la libertad que debe tener el trabajador para cambiar a la Afore que más le convenga”, el magnate neoliberal no está haciendo otra cosa que invitar a los trabajadores mexicanos a cambiarse de Afore para que concentren sus ahorros en Afore Azteca y, de esa manera, el Grupo Salinas invierta esos millones de pesos de los trabajadores mexicanos en “proyectos de inversión a largo plazo” que arrojarán intereses millonarios en favor de sus empresas. Tú y solo tú encárgate de ahorrar durante toda tu vida, de preferencia el 20 por ciento de tu salario, y yo me encargo de obtener los mejores rendimientos en favor de las acciones y activos inmobiliarios de mis empresas. ¡Negocio redondo! Sin duda, Salinas Pliego es modelo del empresariado explotador y neoliberal en México.

 

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