Por: Ricardo
Torres
En octubre del año en curso, Ricardo Salinas Pliego, publicó en su
blog un texto titulado “Tu pensión no es
gratis” donde dice lo siguiente: “Tu pensión no es gratis, es el beneficio
justo que cosechas hoy como resultado de décadas de esfuerzo. Es el uso
PRESENTE de lo que has ahorrado en el pasado y los réditos que obtuviste sobre
ese ahorro, acumulados a lo largo de muchos años […] Sin tu ahorro, no tienes
pensión. Y sin réditos adecuados, tu pensión no alcanza. ¿Quién debe ahorrar
para lograr una pensión digna?, ¿Quién debe sacrificar el consumo personal y de
su familia para poder disfrutar en un futuro de su ahorro? El pensionado. Él y
sólo él tiene la obligación de ahorrar para aspirar a un futuro digno. ¿Qué
decir del patrón del pensionado? ¿No debería acaso contribuir a la pensión del
trabajador? No, porque en realidad el patrón no tiene incentivo alguno para
garantizarle una pensión digna, especialmente en este mundo con enorme
movilidad laboral. Para el patrón, cualquier contribución a la pensión del
trabajador es sólo un impuesto más. Es un gravamen extra a quienes creamos las
fuentes de trabajo […] Entonces, ¿no debería ser el Estado quien contribuya a
pagar la pensión del trabajador? […] Para el Estado, cualquier contribución al
sistema de pensiones es sólo un gasto más y no una forma de ahorro.” La segunda
parte del texto se centra en los réditos e intereses bancarios que, con el paso
del tiempo, deben producirse para beneficio del trabajador y obviamente para los
bancos por la acumulación y manejo de dichos ahorros. Entre otras medidas,
Salinas Pliego propone que el trabajador ahorre por lo menos el 20 por ciento
de sus ingresos y que estos recursos de millones de trabajadores se canalicen a
proyectos de inversión de largo plazo, como activos inmobiliarios y acciones de
empresas de calidad, y termina enfatizando sobre la libertad que debe tener el
trabajador para cambiar a la Afore que más le convenga. “Si hacemos realidad
estas propuestas, estaremos en un camino mucho más directo hacia la prosperidad
incluyente.”
¿Quién
es Ricardo Salinas Pliego?, ¿qué papel representa bajo el régimen del actual
gobierno morenista? y ¿cómo debemos entender los trabajadores su visión en
torno al sistema de pensiones? Veamos.
Ricardo
Salinas Pliego es el segundo hombre más rico de México con una fortuna superior
a los 11 mil 700 millones de dólares, según la lista Forbes 2020; integrante de
una familia adinerada, fundador y presidente del Grupo Salinas que concentra a diversas empresas cuya
actividad se despliega en los medios de comunicación (TV Azteca/ canales 7, 13
y Proyecto 40), telecomunicaciones (Totalplay/ servicios fijos de acceso a
Internet, televisión de paga y telefonía), comercio especializado (Elektra),
servicios financieros (Banco, Afore y Seguros Azteca que
operan en México, Guatemala, Honduras, Panamá y Perú) y transporte (Italika), mismas que emplean a más de 90 mil
asalariados.
Con
motivo de la pandemia que azota al país, Salinas Pliego ha mostrado su verdadera
preocupación por el futuro y el bienestar de los trabajadores de México, veamos
solo dos ejemplos: a) La escritora Sabina Berman publicó en El Universal un artículo titulado “Mi libertad: tu muerte (Salinas Pliego)”
donde denuncia la muerte, por Covid-19, de Margara S., que trabajó de cajera en
una sucursal de Banco Azteca en Guadalajara. A pesar de que dicha empleada
solicitó a la empresa que le permitiera confinarse porque tenía dos hijos
pequeños a los que no quería infectar o dejar huérfanos, la respuesta de la
empresa fue tajante “Grupo Salinas no cierra, tú eres libre de no venir pero si
no vienes no se te puede pagar tu salario, sería abandono del trabajo”, Margara
no tuvo más opción que seguir acudiendo a laborar. Ella y su madre enfermaron
de Covid-19 y finalmente perdieron la vida. Berman concluye su artículo
señalando que en esa misma sucursal existieron otros fallecimientos. La furibunda
réplica del Grupo Salinas se centró solo en descalificar y ofender a Sabina Berman
por su ingratitud ya que trabajó por más de una década para TV Azteca. De su
responsabilidad por la muerte de Margara, ni una palabra; b) Tras una publicación
que Salinas Pliego hizo en twitter sobre la misión de “prosperidad incluyente”
que, dice, cultivan sus empresas, Guadalupe Riojas, trabajadora que laboró por
casi 20 años para Fundación Azteca, invalidó esa falsa misión y le reclamó
haber sido despedida injustificadamente, de “zopetón” y en plena crisis
sanitaria. El magnate le contestó lacónico “Me decepciona saber que eres una
persona mal agradecida con quien te ocupó por 18 años. De haberlo sabido… tu
salida era antes.”
Este arrogante multimillonario
neoliberal que durante muchos años fue calificado y señalado por Andrés Manuel
López Obrador como integrante de la “mafia en el poder”, es hoy, curiosamente,
uno de los empresarios consentidos y directamente beneficiados por el gobierno
morenista. Basta decir que Salinas Pliego forma parte del Consejo Asesor de
Empresarios que López Obrador formó desde el inicio de su administración; que
le fue asignado el contrato a Banco Azteca para el manejo de los recursos
económicos destinados a los programas asistencialistas promovidos por el
gobierno morenista con fines electorales; y que su empleado, Esteban Moctezuma
Barragán, quién los últimos 17 años venía encabezando la Fundación Azteca, fue
asignado como titular de la Secretaría de Educación Pública, y que ahora, desde
su nueva posición política, entre otras muchas cosas, podrá generarle
cuantiosas ganancias al Grupo Salinas como lo hizo, por ejemplo, a través de la
reciente obtención del contrato de casi mil millones de pesos concedido a
Seguros Azteca por el aseguramiento de todos los bienes patrimoniales de la
SEP.
En este marco, expuesto grosso modo, debemos insertar la visión
neoliberal de Salinas Pliego sobre el sistema de pensiones: el ahorro para la
pensión debe ser responsabilidad absoluta del trabajador, “él y sólo él tiene la obligación de ahorrar para aspirar a un futuro
digno”; el patrón del pensionado no debe contribuir
en dicho ahorro “porque en realidad el patrón no tiene
incentivo alguno para garantizarle una pensión digna” y solo representa “un gravamen extra a quienes creamos las fuentes de trabajo”. Según la
lógica del magnate, el trabajador
más bien debería estar agradecido de por vida con el patrón (como reclamó a
Sabina Berman y Guadalupe Riojas), por haber tenido la fortuna y el privilegio
de trabajar en sus empresas. Salinas Pliego es un manipulador. Los trabajadores
no debemos olvidar que la gigantesca riqueza que poseen los empresarios es
fruto de la labor de miles y millones de trabajadores; si los empresarios
fundan empresas y con ello generan fuentes de trabajo, lo hacen con el único y
solo con el único interés de obtener jugosas ganancias. Ningún empresario
establece empresas para beneficiar solo a los trabajadores. Los asalariados de
México y el mundo sabemos que cuando una empresa no obtiene las ganancias que
espera el patrón, sencillamente cierra sus puertas y los trabajadores son
echados a la calle.
Ese viejo discurso de que los
patrones son los “creadores de las fuentes de trabajo” y que, por tanto, los
asalariados debemos estar agradecidos con ellos porque gracias a su generosidad
nuestras familias pueden llevarse la comida a la boca, es una mentira, una
antigua y permanente manipulación patronal; lo que no dicen los empresarios es
que la ciencia económica moderna ha demostrado que el trabajo vivo es la fuente creadora de toda la riqueza social, que
la fuerza de trabajo (entendida como el desgaste de la energía, los músculos,
la sangre y los nervios del trabajador puestos en acción), produce bienes y
servicios que contienen un nuevo valor capaz de cubrir no solo el salario del trabajador
sino que además genera la ganancia o plusvalía
que acrecienta día con día las inmensas fortunas de los empresarios. Por tanto,
afirmar que el patrón no tiene “incentivo alguno” que lo comprometa a
contribuir con la pensión del trabajador es ridículo, es un engaño, es negarle
el beneficio justo que el empleado merece cosechar como resultado de décadas de
explotación de su fuerza de trabajo en favor del mal agradecido patrón. En suma,
las fuentes de trabajo por sí solas están imposibilitadas de producir riqueza;
para ello requieren obligadamente del trabajo
vivo porque solo así podrán producir la calculada plusvalía que espera el patrón. Salinas Pliego lo sabe bien y es
por eso que “Grupo Salinas no cierra”, porque sin el trabajo vivo de sus empleados no obtiene ganancia alguna y, por
tanto, prefiere ver morir a trabajadores como Margara, antes que dejar de
recibir su anhelada plusvalía.
En
cuanto al sistema de pensiones y el papel del Estado como garante del bienestar
social, los trabajadores debemos tener claro que el pago de pensiones no es una
gratificación o un gracioso obsequio por nuestros años de trabajo, sino un
derecho que forma parte de la seguridad
social que todos los gobiernos del mundo deben ofrecer a sus gobernados, un
derecho consignado dentro de las normas jurídicas internacionales y nacionales.
En
este sentido cabe mencionar lo que dice la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, en su artículo 123, fracción XXIX: “Es de utilidad pública la
Ley del Seguro Social, y ella comprenderá seguros de invalidez, de vejez,
de vida, de cesación involuntaria del trabajo, de enfermedades y accidentes, de
servicios de guardería y cualquier otro encaminado a la protección y bienestar
de los trabajadores, campesinos, no asalariados y otros sectores sociales y sus
familiares.”
No
obstante, con el establecimiento del régimen neoliberal en el mundo, se han
modificado no solo las estructuras económicas sino también las políticas
sociales instrumentadas por el Estado. En este sentido, el derecho a la
seguridad social, que era su responsabilidad, se ha venido desvaneciendo. El
Estado como ente rector y regulador de las pensiones ha transferido esta responsabilidad
al sector privado en detrimento de la seguridad y los derechos de los
trabajadores. De esta manera es como el capital va extendiendo sus tentáculos
hacia áreas que eran competencia del Estado. Neoliberalismo puro. Una
política económica que, por un lado, fortalece a los dueños del capital, a las
grandes empresas y al libre mercado, y, por otro lado, descarga al Estado de su
responsabilidad de garantizar mejores condiciones de vida para los trabajadores
y la población en general. Planteado así el problema podemos entender por qué
nuestro magnate neoliberal rechaza también que el Estado contribuya al pago de
la pensión del trabajador, porque “para el Estado,
cualquier contribución al sistema de pensiones es sólo un gasto más y no una
forma de ahorro.”
Finalmente,
sobre “la libertad que debe tener el trabajador para cambiar a la Afore que
más le convenga”, el magnate neoliberal no está haciendo otra cosa que invitar a los trabajadores mexicanos a cambiarse de
Afore para que concentren sus ahorros en Afore Azteca y, de esa manera, el
Grupo Salinas invierta esos millones de pesos de los trabajadores mexicanos en “proyectos
de inversión a largo plazo” que arrojarán intereses millonarios en favor de sus empresas. Tú y solo tú encárgate
de ahorrar durante toda tu vida, de preferencia el 20 por ciento de tu salario,
y yo me encargo de obtener los mejores rendimientos en favor de las acciones y
activos inmobiliarios de mis empresas. ¡Negocio redondo! Sin duda, Salinas
Pliego es modelo del empresariado explotador y neoliberal en México.
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