lunes, 20 de septiembre de 2021

Yancy y Obrador en el tianguis

 

Por: Rufino Córdova Torres 

Siempre que voy al tianguis de Las Torres, siento curiosidad y angustia. Es una mezcla emocional por el descubrimiento de herramientas para mi trabajo u objetos interesantes e incluso de ideas.

El sábado anterior, un tanto por asolearme, me paré en un puesto de libros antiguos y arrugados. Allí, como juego y al azar, abrí uno de estos y encontré un fragmento que leí en voz alta, pero me atrapó el significado.

Un Estado totalitario se inmiscuye en todos los aspectos de la vida de sus ciudadanos y trata de dar forma a sus opiniones sobre todos los temas. El Gobierno concreto puede adoptar la forma de… un presidente electo o un consejo sacerdotal. Y, sin pensar nada más, exclame: ¡Uf¡

—Subrayé y pregunté con jiribilla al locatario, ¿el libro es de alguien caído en desdicha por el trueno presidencial? Y, segundos después, tanteando ¿cuánto?

—El dueño meneó la cabeza a punto de la carcajada, pero dijo: es un cuento llamado El Patrón de Yancy escrito en el siglo XX por el maestro de la ciencia ficción Philip K. Dick, reeditado por la editorial Minotauro y, midiéndome con la mirada, agregó, para usted, 30 pesitos.

No soy supersticioso. Pero todo indicaba llevar el ejemplar a casa. Y, al leer el cuento con lenguaje sencillo, obtuve un ameno rato e incluso una lección acerca del México de hoy por un bajo precio, ¿quiere saber?

Veamos. En Calisto existen mercaderes que promueven se admita el satélite como planeta; situación que acortaría comercio y ganancias de los poderosos de la Tierra. Así, se decreta que el satélite es una amenaza a la seguridad y forma democrática de vivir. Situación que recuerda el trato a todos los países por parte de EE. UU.

En el relato se explica el envío de espías para conocer cuál es el secreto militar de tal desafío. No encuentran nada. Pero observan que predomina la preferencia del público por John Eduard Yancy y su familia en todos los medios de comunicación. En el México de hoy, ¿Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y su familia?

J. E. Yancy es central en el cuento pues se muestra como un ser espiritual, creyente en Dios, en la honradez, en la acción de gobierno, en el trabajo duro y en la rectitud y, sobre todo, le agrada a quienes viven en un mundo sencillo. Por esto mismo, todo el pueblo lo estima, atiende lo que dice y lo tiene como su modelo. Guardando las debidas proporciones, ¿Yancy representa al Sr. Presidente de la 4T?

Por esta razón Travener, el espía mayor, procurar entrevistar a tan importantes personajes, pero sorpresivamente descubre que dicha familia es una creación por computadora. Además, averigua que a los programadores de Yancy se les ha ordenado que logren la sugestión para obedecer o adoctrinar para la guerra total contra los malvados terrícolas lo cual ha funcionado perfectamente durante 15 años, ¿es AMLO un Yancy mexicano?

En efecto, John Eduard Yancy —siendo el personaje por computadora más influyente de todos—siempre se decide por la solución más superficial, la que requiere menos esfuerzo, la que no puede llegar lo bastante hondo para inspirar pensamientos de verdad.

Después de algunos incidentes, Travener entrevista al Sr. Sipling quien ha programado a los Yancy, pero arrepentido muestra el adoctrinamiento logrado en Mike, su propio hijo, quien no duda en hacer todo lo que dice Yancy.

El cuento termina cuando el Sr. Sipling, ya contrario a la guerra promovida por los mercaderes del satélite, reprograma a J. E. Yancy para gradualmente orientar e inducir a la población a pensar por sí mismos, disentir y hacer cambios.

Para muchos no es agradable pensar una sociedad futura en la que se muestra la influencia de los medios de comunicación masiva ordenada por los ricachos y políticos de una nación (en el cuento, Calisto). Pero el relato fantástico me ha llevado a ver, en el fondo y encontrar semejanza de AMLO en las actitudes y palabras de J. E. Yancy. Y, en ambos casos, descubrir claramente que estorban las acciones para obtener salud, trabajo, salario decoroso y vivienda digna, gracias a la organización entre los humildes tanto de Calisto como de México.

Así, al darse cuenta de los efectos negativos producidos en los hijos, parientes y población mexicana quienes, como el Sr. Sipling y yo mismo, repiensan el voto al hoy Presidente incumplido y rectifican y modifican las decisiones y la conducta, debemos invertir el doble de los esfuerzos para evitar males futuros que ya se ciernen en las cabezas de todos nosotros.

 Los nuevos Sr. Sipling deben tener la seguridad, según este relato, que el cambio es un proceso gradual, lento pero que a la larga tendrá que manifestarse en una nueva forma de pensar y actuar por parte de los descendientes inmediatos. Así pues, no desesperarse es la conclusión.

Por mi parte, también visitaré otra vez el tianguis y al locatario vendedor de libros en busca de nuevos hallazgos. Y siendo provechoso, te invito a que tú también te animes a explorar en la literatura qué se puede encontrar acerca de la realidad del mundo. Vale.

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