Ricardo
Torres
El pasado miércoles 27 de octubre, después de un mes de
huelga, los trabajadores de la empresa AMATECH, en Tlaxcala, en un recuento
programado por la Junta Local de Conciliación y Arbitraje (JLCA), ratificaron
su decisión de respaldar y mantener en firme su movimiento de huelga: de 2 mil
470 votos emitidos, 2 mil 242 trabajadores votaron en favor de continuar con la
huelga, 223 en contra y 5 votos fueron nulos. Aunque es todavía muy temprano
para echar las campanas al vuelo, dado que las causas que obligaron al
estallamiento de la huelga aún no se han resuelto, sin duda se trata de un
triunfo indiscutible de los trabajadores ante la arrogancia de los patrones que
cuestionaron el respaldo mayoritario de los trabajadores a la huelga y, por
tanto, la legalidad de la misma.
AMATECH es una empresa de telecomunicaciones conocida en el
mercado como Call Center, es decir,
un centro de atención telefónica en donde los trabajadores (operadores) son
capacitados para brindar servicios especializados a distintas empresas y
clientes potenciales en tareas de ventas, multimedios, asistencia técnica,
información, encuestas, cobranzas, solicitudes, quejas o reclamos sobre
determinados bienes y servicios que se ofrecen en el mercado. AMATECH se funda
en el año 2000 como parte del Grupo Carso para ofrecer sus servicios al Gobierno
y a empresas de finanzas, telecomunicaciones, industria, etc.
En julio de 2021, el sindicato que agrupa a los
trabajadores de AMATECH en Tlaxcala, afiliado a la Confederación Revolucionaria
de Obreros y Campesinos (CROC), emplazó a huelga por revisión de salarios
contractuales, razón por la cual en la JLCA iniciaron las negociaciones entre
el sindicato y la empresa para llegar a alguna conciliación que pusiera fin al
conflicto: los trabajadores comenzaron demandando el 12 por ciento de
incremento salarial mientras que la empresa ofreció, de inicio, solo el 2.1 por
ciento de aumento.
Después
de varias reuniones de negociación y con el objetivo de llegar a un acuerdo,
los trabajadores redujeron su pretensión hasta el 8 por ciento, pero la empresa
no ofreció más del 3 por ciento. No llegaron a ningún acuerdo, se rompieron las
negociaciones y el 27 de septiembre estalló la huelga como establecía su
emplazamiento. Como represalia los patrones dejaron de pagar la segunda
quincena de septiembre y, por otro lado, solicitaron a la JLCA que calificara
la huelga como inexistente en virtud de no tener, según ellos, el respaldo de
la mayoría de los trabajadores. Sin embargo, el resultado del recuento del
pasado 27 de octubre fue aplastante: 2 mil 242 votaron a favor de la huelga y
223 en contra.
Si
bien el incremento salarial es su principal demanda, los trabajadores de
AMATECH exigen, además, mejores condiciones de trabajo y seguridad, respeto a
su persona y un trato digno. Se quejan de despidos injustificados,
arbitrariedades para quebrantar la antigüedad de los trabajadores, falta de
medidas de seguridad ante el covid-19, maltrato por parte de la gerencia, un
permanente hostigamiento laboral de los mandos superiores que controlan y restringen
sus tiempos por ejemplo para comer o ir al baño, entre otros abusos y
anomalías. Estos bajos salarios y precarias condiciones de trabajo no son otra
cosa que la explotación de la fuerza laboral en favor de las ganancias de los
patrones de AMATECH, mecanismo que bajo el régimen capitalista neoliberal se
reproduce en todas las empresas del país y del mundo, es esta explotación del
trabajo asalariado, que sí aplica en
México, la que explica el verdadero origen de las enormes fortunas que se
acrecientan día con día en favor del capital.
En este
sentido hay que decir que Grupo Carso, encabezado por Carlos Slim Helú, es uno
de los conglomerados económicos más poderosos de México y América Latina, con
presencia en Norteamérica y Europa, que ha extendido sus operaciones en el
mercado mundial principalmente en los sectores comercial, industrial, de infraestructura
y energético. Por más de una década Carlos Slim ha sido el hombre más rico de
México y forma parte de la exclusiva lista que la revista Forbes publica de los
multimillonarios más acaudalados del planeta. A decir de la página Merca2.0,
para Grupo Carso laboran más de 286 mil trabajadores asalariados. La enorme
riqueza de Carlos Slim y su poderoso grupo económico proviene entonces de la
explotación de la fuerza de trabajo de cientos de miles de empleados, es decir,
que su riqueza es resultado natural de la precarización laboral de los
trabajadores.
AMATECH
sirve al Grupo Carso no solo como un centro de atención telefónico de
mercadotecnia interna para atender a las empresas que conforman el conglomerado
de Slim, sino que al mismo tiempo funciona como un coll center de mercadotecnia externa que interactúa con clientes
potenciales, es decir, que se trata de una empresa outsourcing que es subcontratada para realizar las tareas de
mercadotecnia que forman parte del proceso productivo de dentro y fuera del
Grupo Carso; es una empresa que se funda con el objetivo de reducir y controlar
gastos de operación, para contar con servicios de información rápida y
altamente tecnificada, con capacidad de adecuación ante los cambios del mercado
y con personal especializado en favor del conglomerado. En suma, para reducir
sus gastos de operación en materia de mercadotecnia, el Grupo Carso conforma su
propio centro de atención telefónica a costa de la precarización laboral de los
empleados de AMATECH. Negocio redondo.
Los
trabajadores de AMATECH se han mantenido firmes y combativos en su primeras
semanas de huelga y, tras el reciente recuento, su unidad interna se ha
fortalecido, sin embargo, enfrentan a un gigante de las telecomunicaciones, a
un conglomerado económico poderoso y experimentado que se alimenta precisamente
de la explotación de los trabajadores y que por ningún motivo estará dispuesto
a reducir sus ganancias.
Como
vemos el conflicto es complejo y su resolución es incierta. No obstante, destaco
dos posibles escenarios: primero, que la empresa utilice todos los medios a su
alcance, legales e ilegales, para presionar, intimidar, prolongar la huelga con
el objetivo de desgastarlos y forzar así a los trabajadores a aceptar un
reducido incremento salarial y algunas cuantas mejorías en sus condiciones
laborales solo para acallar un poco sus reclamos; segundo, que los trabajadores
resistan el tiempo necesario hasta obtener un incremento salarial suficiente
para recuperar su poder adquisitivo así como una sustancial mejoría en sus
condiciones de trabajo, sin embargo, esto solo podrá ser posible si son respaldados
con un real y creciente apoyo de su central obrera, de otros sindicatos, de
otras fuerzas sociales y de la población de Tlaxcala que simpatice y se
solidarice con su movimiento.
En
consecuencia, todo lo que contribuya a fortalecer la unidad de los
trabajadores, todo aquello que les permita acrecentar sus fuerzas y elevar su
conciencia de clase debe ser promovido e
impulsado dentro de su lucha porque, sin lugar a dudas, este será el factor
decisivo en la resolución de esta y futuras batallas. Al tiempo.
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