viernes, 5 de noviembre de 2021

LA EMIGRACIÓN DE MEXICANOS PRUEBA LA FALSEDAD DE LA 4T

Humberto Castro

El 25 de octubre de este año, el diario La Jornada publicó en su portada la nota “Detuvo EU un millón 734 mil migrantes en un año.” Y como subtítulos “Récord histórico en la franja fronteriza. Mexicanos cuatro de cada 10.  La pobreza, la pobreza extrema y la violencia son las principales generadoras de la oleada”, entre otros. La nota se desprende de un informe de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) y contiene datos muy importantes que nos conviene analizar y tener presentes a los trabajadores mexicanos.

Primero, nos dice que es un máximo histórico porque nunca antes se había presentado tal cantidad de detenciones en la frontera del país vecino en el transcurso de un año fiscal, que abarca de octubre de 2020 a septiembre de 2021. Esto significa, en otras palabras, que cada año que pasa el problema de la migración a ese país se agudiza más y, aunque el fenómeno tiene ya varias décadas, cada día que pasa es mayor el número de migrantes que prefieren abandonar sus países de origen, antes que seguir viviendo en el infierno en que las nefastas políticas de sus gobernantes los han convertido.

Segundo, que tal cantidad de personas intentando cruzar hacia Estados Unidos tiene como causa principal la pobreza y la violencia que existen en los países de donde son originarios los migrantes. Esto significa que el sistema capitalista presente en los países expulsores de esas personas, y el capitalismo mundial en su modalidad de neoliberalismo, presenta fallas estructurales que lo convierten en un sistema incapaz de generar una sociedad armónica, con empleo y alternativas suficientes para que en ella puedan vivir las familias con tranquilidad y alimentar con seguridad a sus hijos. Por el contrario, son más las sociedades empobrecidas cuya riqueza se concentra en muy pocas manos y en donde el Estado ha renunciado, en muchos casos deliberadamente, a cumplir una de las funciones que teóricamente debe cumplir, que es brindar seguridad a los ciudadanos. Al mismo tiempo, unos cuantos países han concentrado una riqueza brutal a partir del saqueo de materias primas y de inmensos recursos de las naciones ahora más empobrecidas.

Tercero, el reporte afirma que cuatro de cada diez de los migrantes son de origen mexicano, de manera que, del total de migrantes detenidos, 655 mil 594 eran mexicanos. México es, pues, el primer lugar; le sigue Honduras con alrededor de 320 mil; después, Guatemala con 283 mil y el Salvador con casi 99 mil migrantes. Los 378 mil restantes son resultado de la suma de cantidades más pequeñas de diferentes naciones pobres.

Esta ocasión no nos detendremos a analizar el problema mundial de la migración ni a las caravanas provenientes de Centroamérica y el Caribe, con toda la secuela de sufrimientos, persecución y muerte que enfrentan al llegar a nuestro país. Tampoco analizaremos el triste papel que ahora realiza México con el gobierno de la 4T, de haber sido un país tolerante y amigable con los migrantes a convertirse en el muro que tanto presumió Donald Trump que detendría a los migrantes en su frontera sur; tampoco será objeto de nuestra atención, por ahora, que el gobierno actual haya convertido al Instituto Nacional de Migración y a la Guardia Nacional en la policía migratoria al servicio de Estados Unidos; ni analizaremos la incongruencia monumental del presidente mexicano de haber prometido como candidato “respeto absoluto a los Derechos Humanos y puertas abiertas a nuestros hermanos migrantes” y el acoso, vejación, persecución y muerte a que ahora los ha sometido.

De la nota al principio descrita nos importa más, por ahora, analizar lo que pasa en México.  

¿Por qué aparece en primer lugar de detenciones en la frontera con Estados Unidos?, ¿no acaba de decir en su tercer informe el presidente Andrés Manuel López Obrador, por enésima ocasión, que los resultados de su gobierno van muy bien, que ya cumplió 98 de los compromisos que hizo como candidato y que sólo le falta resolver dos: Ayotzinapa y descentralizar las oficinas del Gobierno Federal?

 Si ahora la Nación marcha mejor, como dice el presidente, ¿por qué huye la gente de México y ahora en mayor cantidad?, ¿por qué se van de México más de 650 mil personas en menos de un año?

Algo no cuadra. O bien los que huyen de México hacia Estados Unidos están locos o son masoquistas y van hacia aquel país endeudándose para pagar de cinco a diez mil dólares a los “coyotes” para cruzar la frontera, a ser víctimas de la xenofobia, a ser humillados, a trabajar en los peores empleos, con los peores salarios, sin seguridad social, sin prestaciones; a ser deportados arrastrando más deudas, fichados por la policía gringa y hasta con riesgo de perder la vida por pasar de ilegales. O bien el líder de la Cuarta Transformación mintió de cara a la nación en su tercer informe y sigue mintiendo desvergonzadamente para engañar a los mexicanos haciéndoles creer que viven en el país de las maravillas.

Para arrojar luz sobre el problema, son importantes los datos que reportan los medios informativos, los organismos internacionales y las distintas oficinas del propio gobierno federal, datos que en su mayor parte contradicen radicalmente la visión presidencial. Y no vale aquí la clásica maniobra cuatroteísta de que “yo tengo otros datos”. Por eso quisimos poner una nota del periódico “La Jornada”, el periódico más gobiernista y mejor pagado de este sexenio (en dos años recibió de gobiernos morenistas más de 440 millones de pesos), para que no se diga que la nota está alterada o exagerada y por eso mismo también citaremos los datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), organismo dependiente de la organización de las Naciones Unidas, y del Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (CONEVAL), instancia mexicana dependiente de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL).

Si la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos afirma que la pobreza, la pobreza extrema y la violencia “son las principales causas de la oleada”, y no hay razón para acusarla de que es falso su diagnóstico, en virtud de que sus agentes cuestionan a todos los detenidos y registran todos los pormenores de sus intenciones al querer ingresar al país norteamericano, ¿cómo se encuentran los fenómenos de la pobreza y la violencia en nuestro país?

Citaremos primero a la CEPAL, quien informó que en 2020 la pobreza se incrementó en México hasta 50.6 por ciento, 9 puntos porcentuales más que en 2018; y la pobreza extrema aumentó a 18.3 por ciento, 8 puntos porcentuales más que en 2018, porcentaje que traducido a número de mexicanos arroja que  el total de mexicanos en pobreza creció de 51.9 a 55.7 millones, es decir, 3.8 millones más de mexicanos en pobreza que no tienen los ingresos necesarios para cubrir su alimentación, servicios básicos, salud y educación.

El CONEVAL informó que al término de 2020 se incrementaron las carencias sociales y se agravó el bienestar económico de los mexicanos, porque aumentó el rezago educativo de 23.5 a 24.4 millones de personas; se incrementó la falta de acceso de servicios de salud (¡ojo!) de 20.1 a 35.7 millones de personas; la población con recursos inferiores a la línea de pobreza por ingresos pasó de 61.8 a 66.9 millones de personas, es decir, 5 millones de personas más.

Y en relación con el fenómeno de la violencia ¿cómo se ha avanzado en México?

Los medios informativos serios nos dicen que no hay día que pase sin que se reporten más muertos y asesinatos. “En 30 meses del gobierno de AMLO, México acumula 103 mil 971 homicidios” (AF medios, agencia de noticias, 29 de octubre de 2021). “Con AMLO se han cometido el doble de homicidios que durante el sexenio de Calderón” (Infobae, 3 de julio de 2021). Se ha incrementado la cantidad de feminicidios, asesinatos de periodistas, de activistas defensores del ambiente y de los derechos humanos.

A lo anterior tenemos que agregar el incremento del control de las bandas de la delincuencia organizada en diferentes regiones del país, a grado tal de que el propio jefe del Comando Norte de Estados Unidos, Glen Van Herk, llegó a manejar en marzo de 2021, que el crimen organizado ya controla el 30-35 por ciento del territorio nacional y “esa es una de las razones que explica el incremento en el número de migrantes que llegan cada día a la frontera sur de Estados Unidos”, dijo. Efectivamente, este control territorial de los cárteles ha obligado al desplazamiento forzoso de miles de familias de los estados de Guerrero, Michoacán, Sinaloa, Jalisco, Tamaulipas, Guanajuato, Chihuahua, Chiapas y Zacatecas, entre otros, lo que ha incrementado la cantidad de pueblos fantasma y hogares abandonados.

Con el incremento en el número de mexicanos en situación de pobreza y con el incremento de la violencia en las ciudades y zonas rurales se va dibujando ya, a casi tres años de gobierno, el monumental fracaso de los programas económicos de Andrés Manuel López Obrador para mejorar la vida de los mexicanos; y el programa de “abrazos, no balazos” reforzado con la liberación del hijo del Chapo Guzmán para acabar con el crimen organizado, ha sido más bien, el banderazo de salida para el desarrollo y crecimiento de las bandas delincuenciales por todo el país, sabedores de que ahora gozan de mayor impunidad bajo el manto protector de la “Cuarta Transformación”.

La cantidad de mexicanos migrantes detenidos en la frontera sur de Estados Unidos más los que hayan logrado pasar, no son palabras ni discursos bonitos como los de la 4T, son hechos terribles del pueblo mexicano que muestran, con dramático realismo, el efecto verdadero de la aplicación de las fallidas políticas del actual Gobierno federal.

    

 

 

 

 

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