lunes, 13 de diciembre de 2021

MÁS ABUSO DE PODER Y VIOLACIONES DE LA LEY

 


Humberto Castro

En menos de un mes se presentaron tres hechos que reflejan cómo se materializa el abuso de poder de los actuales gobernantes. Los ciudadanos mediante su voto depositaron la confianza en los candidatos cuando prometieron atender y resolver sus problemas, mejorar la economía y no caer en los vicios de los gobiernos anteriores; confiaron también en el buen juicio de los elegidos para que actuaran con ecuanimidad y respeto al marco de las leyes que nos rigen.  Sin embargo, una vez investidos con el poder del cargo conferido y, a pesar de jurar el respeto a la Constitución y a todas las leyes, como por arte de encantamiento les entró la ambición de gobernar a su conveniencia, personal o de grupo, sin importar violar leyes, tratados o derechos del resto de los ciudadanos.

Uno de los asuntos más delicados en que debe poner especial cuidado todo buen gobierno es en el manejo transparente y honrado de los dineros, pues se trata de recursos de todos los ciudadanos. Sabedor de esto, cuando fue candidato Andrés Manuel López Obrador puso especial énfasis en convencer a la ciudadanía no sólo de combatir la corrupción en todos los niveles de gobierno, sino que el pueblo conocería con detalle el manejo transparente, y a la vista de todos, sobre el dinero de la república; asimismo, prometió aplicar los recursos recaudados anualmente para beneficiar a los pobres, hasta copió como consigna de campaña “por el bien de todos, primero los pobres”. Veamos si eso se ha venido cumpliendo.

El primer hecho se presentó el 26 de octubre de 2021 y se refiere a la aprobación de la cuenta pública del primer año de gobierno de AMLO, es decir, del año 2019. Con el apoyo de Morena, el PVEM y el PT, la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados aprobó el dictamen de la Cuenta Pública 2019, correspondiente al primer año de gobierno de AMLO, a pesar de que se encontraron observaciones y una posible recuperación económica por 100 mil 914 millones 400 mil pesos en diferentes dependencias, estados y municipios y, sobre todo, en proyectos y programas estrella de la actual administración federal. Asimismo, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) reportó observaciones e irregularidades en el manejo de los recursos públicos federales por un monto que asciende a 100 mil 914 millones de pesos y que están pendientes de devolver a las arcas nacionales 99 mil 396 millones de pesos (El Universal, 2 de noviembre de 2021).

En otra nota informativa, a manera de ejemplo, detalló el mismo diario: “Las irregularidades detectadas y descritas en el documento se presentaron en el Instituto de Salud para el Bienestar (983.7 millones de pesos), en la Secretaría del Bienestar, en el programa Sembrando Vida (entregaron millones en efectivo y el reglamento interior de la dependencia no lo autoriza), en Becas para el Bienestar Benito Juárez (no se aclaró la entrega de 263 millones de pesos a los beneficiarios y no se aclaró el pago de salarios y servicios por 33.1 millones de pesos), en Jóvenes Construyendo el Futuro (no se aclaró la entrega de 126.7 millones de pesos de personas que recibieron indebidamente una beca, hubo pagos improcedentes por casi 7 millones de pesos y 736 becarios de más de 29 años, es decir, personas que no cumplieron con la edad máxima del programa) y en Servidores de la Nación (562 millones por aclarar), así como en la Construcción del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México que se edificaría en Texcoco  (la ASF señaló que se recuperarían 3 mil 607 millones de pesos) y se revelaron pagos duplicados, aviadores, pagos fantasma, falta de comprobación de pagos de dinero directo y falta de datos confiables de beneficiarios, entre otras”.

El abuso de poder, las irregularidades y la violación a las leyes que se revelan en la aprobación de la cuenta pública son muchas. Desde la presentación tardía del informe de la ASF a la Cámara de Diputados, pues ya se cumplieron casi dos años de que se ejercieron esos dineros y el artículo 74, fracción VI, de la Constitución dice que es obligación exclusiva de ésta Cámara “Revisar la cuenta pública del año anterior…”, hasta la aprobación que realizaron los diputados de Morena, PVM y PT que, obrando con un claro espíritu de mafia para proteger el cochinero de la administración pública del primer año de gobierno de AMLO y sin escuchar las observaciones de los demás partidos, en claro abuso de poder porque tienen mayoría, se atrevieron a dar por aprobada la cuenta pública dejando sin aclarar y sin recuperar hasta el momento, miles de millones de pesos.

Es cierto que aún falta que se apruebe en el pleno de la Cámara de Diputados, pero ya asomaron las orejas algunos diputados de Morena, como Daniel Gutiérrez, diputado por Oaxaca, advirtiendo que no es tanto, que son únicamente cien mil millones de pesos en los que hay irregularidades y como tienen mayoría en el pleno, la cuenta pública de 2019 se aprobará sin problemas, es decir, el mismo espíritu de mafia para encubrir los malos manejos de los dineros de la nación.

El segundo hecho lo constituye la aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para el año 2022. “Con 273 votos a favor, 214 en contra y cero abstenciones, los integrantes de la coalición “Juntos Haremos Historia” (Morena, PT y PVEM) impusieron el nuevo presupuesto calculado en 7.08 billones de pesos.

Los partidos de oposición presentaron 1,994 reservas al presupuesto 2022, es decir, propuestas de modificación, pero ninguna fue tomada en cuenta. Otra vez, en un claro abuso de poder y sin cambiarle nada, fue aprobado el documento que envió el presidente, nomás porque los tres partidos de marras hacen mayoría votaron en bloque y de manera totalmente acrítica. No tendría nada de malo que se hubiera aprobado el presupuesto de la manera en que lo hicieron si estuviera pensado para el desarrollo del país, sin embargo, la mayoría de voces críticas coinciden en señalar que es un presupuesto esencialmente clientelar, que tiende al presidencialismo y que no promoverá el crecimiento económico de nuestro país, lo cual es grave después de la recesión y decrecimiento que se presentó en 2020 con motivo de la pandemia.

Es clientelar porque se propone el reparto de dinero para comprar conciencias y apoyo en votos para Morena de todos aquellos que reciban algunos de los pesos que reparta el Gobierno.

Tiende al presidencialismo, es decir, a la concentración de todo el poder en manos del presidente, porque le redujo el presupuesto al Poder Judicial en 3 mil millones y casi 5 mil millones de pesos al INE que, como se ha visto, son de los pocos contrapesos que tiene el Poder Ejecutivo y con tal reducción les imposibilita realizar adecuadamente su trabajo. Pero cuidado mexicanos, ya la historia nos dice que nuestro país ha sufrido más cuando ha tenido un gobierno centralista, como sucedió en los tiempos de Antonio López de Santana, muy adorador del poder centralista.

El presupuesto así aprobado no promoverá el crecimiento económico, con la consecuente falta de creación de empleos, porque no se propone alentar las inversiones de la iniciativa privada ni del gobierno en grado suficiente para satisfacer los requerimientos del país.

Además de esos señalamientos generales, el presupuesto aprobado tiene serios vicios: le aumentó 73% al Tren Maya y 173% al tren del Istmo; incrementó 106 mil millones a la Secretaría del Bienestar, aunque ésta no ha aclarado ni sus gastos de 2019, además de que su estrategia contra la desigualdad y la pobreza ha fallado pues el número de pobres se incrementó en más de cinco millones de mexicanos. Le incrementó 47% a la Secretaría de Seguridad Ciudadana y a la Guardia Nacional 70%, dependencias donde no se ocupan más recursos, pues la estrategia del Gobierno ha sido pactar con los criminales (abrazos no balazos) y para eso no se necesitan cientos de miles de millones de pesos. En cambio, sigue sin destinarse dinero suficiente  y en varios rubros hubo fuertes reducciones; para educación, vivienda, infraestructura en hospitales, carreteras y caminos rurales, continúan sin aprobarse los recursos para adquirir las medicinas que necesitan los enfermos y el equipamiento de todos los hospitales tanto del IMSS, ISSSTE y de la SSA y siguen despidiendo personal médico en varios hospitales del país; no se aprobó ningún programa en sustitución del FONDEN y, por tanto, continúan sin atenderse realmente a los damnificados del pasado periodo de lluvias, etc., etc.

En estas circunstancias, haber aprobado el PEF 2022 es, otra vez, aplicar el espíritu de mafia por parte de los diputados morenistas olvidándose de que a quien representan es al pueblo y no al presidente.

Finalmente, el tercer hecho, el llamado decretazo del 22 de noviembre de 2022. Se trata del “acuerdo” mediante el cual AMLO decidió declarar “de interés público y seguridad nacional la realización de proyectos y obras a cargo del gobierno de México asociados a infraestructura de los sectores comunicaciones, telecomunicaciones, aduanero, fronterizo, hidráulico, hídrico, medio ambiente, turístico, salud, vías férreas, ferrocarriles en todas sus modalidades, energético, puertos, aeropuertos y aquellos que, por su objeto, características, naturaleza, complejidad y magnitud se consideren prioritarios o estratégicos para el desarrollo nacional”. Además, el mencionado decreto ordena a todas las dependencias del Gobierno federal que en un plazo de cinco días entreguen los permisos, licencias, estudios, etc. que requieran las mencionadas obras.

Aunque López Obrador dice que ese acuerdo es para darle celeridad a las obras del gobierno, al declarar esas obras de “seguridad nacional”, esconde un objetivo más perverso: que nadie sepa ni pueda obtener información de cómo se asignan las obras, a quién, con cuánto dinero y cómo se gastan esos recursos. Hay quienes señalan que tal decreto lo inspiró la denuncia pública de que en las obras del aeropuerto de Santa Lucía el ejército asignó obras a empresas fantasma.

Dicho decreto tiene serias irregularidades: no está fundamentado legalmente y viola la Constitución, viola los derechos humanos de los mexicanos, viola la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública, la Ley de Amparo y otras más; y quienes pueden interponer una controversia constitucional contra el mismo son el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), la Cámara de Diputados por la invasión de funciones y el Senado, pero la Cámara de Diputados guarda silencio cómplice y la presidenta del Senado, después de recibir la petición de 53 senadores, con mil maniobras leguleyas, argumentó que carece de interés legítimo para controvertir al presidente; otra vez aflora el espíritu de mafia (ahora en la exministra Olga Sánchez Cordero) para no respetar la ley y los derechos de todos los mexicanos y para que el presidente y su séquito sigan haciendo lo que les venga en gana. Desde el momento en que se trata de recursos de todos los mexicanos existe pleno derecho de estar informados de cómo se gastan esos recursos, máxime que ya vimos que la cuenta pública del primer año de gobierno trae una larga cola de irregularidades. En el caso del decretazo, solo el INAI, que hasta el momento es todavía un organismo autónomo, presentó controversia de constitucionalidad para anularlo.

     Estos tres hechos, realizados en tan corto tiempo, desnudan el perfil faccioso y autoritario de la Cuarta Transformación y cómo el gobierno de la 4T y su líder AMLO, al igual que los gobiernos anteriores, una vez en el poder se olvidan de las leyes y los ciudadanos y quieren hacer solo su sacrosanta voluntad. Como alguien dijo y en ese momento tenía razón: el poder atonta a los inteligentes y a los tontos los vuelve locos. 

    

       

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