Ernesto Acolmixtli
A quien sino a los
trabajadores lastima el aumento de los precios de las mercancías. A quienes,
sino a las familias pobres empuja a la miseria, el aumento de precios de los
bienes de consumo. Pues bien, en México se están disparado los precios de todas
las mercancías y vivimos una inflación que no se detendrá fácilmente.
La
inflación es un fenómeno económico y está relacionado con el aumento de los
pecios de la mayor parte de las mercancías que consumimos todos los días. Cuando
decimos “todo está más caro”, estamos reconociendo que se están “inflando” los
precios de las cosas, que hay inflación y que el dinero ya no alcanza para
pagar lo indispensable: tortillas, huevo, azúcar, gas, luz, etc.
En
México los organismos encargados de calcular la inflación dentro del gobierno,
lo hacen midiendo el aumento de precios de 299 bienes y servicios ponderados en
todo el país. Los aumentos de precios de cada uno de esos productos se suman y
se calcula un promedio general que se expresa con un número que se llama Índice Nacional de Precios y Cotizaciones
(INPC), que es la medida oficial de la inflación en México.
Durante
este año la famosa inflación ha crecido mucho, los aumentos en los precios de
las mercancías se han acelerado como en muchos años no se veía y nos está
dejando bien amolados. La cosa es grave pues la inflación acumulada de enero a
la primera quincena de noviembre llegó hasta el 7.05 por ciento, más del doble
de lo que el Gobierno y Banco de México calculaban mantener para estos meses del
año. Falta un mes para que termine el año y los especialistas dicen que la
inflación subirá para diciembre por encima del 7.3 por ciento, pero, ¿qué
significa esto?
Pues
significa que los pecios han aumentado y seguirán aumentando golpeando nuestros
bolsillos, significa que vamos a poder comprar menos productos con el salario
que ganamos porque durante el año los salarios no aumentaron y los precios de
las mercancías sí. O sea que el 15 por ciento que aumentó el salario mínimo de enero
de 2021 (de 123.22 a 141.70 pesos diarios) queda muy por debajo del incremento
a precios de la canasta básica.
La
inflación general de México según Jonathan Heath, subgobernador del Banco de México,
es "bastante grave" (Reuters, 24 de noviembre de 2021). “Es el incremento
mayor en más de 20 años, pero todavía en una clara trayectoria al alza. Es
Preocupante”, alertó el especialista (Infobae, 24 de noviembre).
Si
quisiéramos ilustrar un poco lo que quiere decir el experto Jonathan Heat
cuando habla de esta grave y preocupante alza de precios, lo haríamos
mencionando algunos ejemplos de mercancías que han subido sus costos: Julio A.
Santaella Presidente del Inegi,
dependencia
que se encarga de calcular el alza de los precios en México, público un mensaje
en tuit el 24 de noviembre: “los genéricos con las mayores alzas de precios al
consumidor en México, a la primera quincena de noviembre, fueron: tomate verde
42.06%; electricidad 24.15%; chiles frescos 19.77%; guayaba 14.69%; durazno 8.78%,
mientras la leche aumento 7.24 % también anual”.
Si
agregamos otros productos básicos veremos lo alarmante de sus aumentos: el gas
combustible aumento un 18.8 por ciento, el huevo también aumento 12.11 por
ciento anual y la tortilla, que presenta un aumento de 20 por ciento que hoy vale
23 pesos y podría llegar hasta los 27 pesos a fin de año.
Como
vemos la cosa sí es grave para el pueblo, cada aumento de precios de cada
producto representa un terrible golpe para la mesa de las familias trabajadoras
y para todas sus necesidades en conjunto. El incremento en los precios de las
mercancías significa miseria y hambre en los mexicanos pobres que suman
millones, por tanto, tiene razón el experto, la cosa es preocupante.
Pero
no solo lastima a los mexicanos como familias, la inflación también le pega a los
micro y pequeños negocios en México, que son la mayoría de las empresas en el
país. Un estudio de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) reveló
que la inflación provocó caídas en ventas en al menos seis de cada 10 pequeños
negocios del país.
Las
pérdidas en establecimientos como tienditas o papelerías son de hasta un 20 por
ciento, pues la inflación elevó el precio de los productos y con ello la gente
perdió su poder adquisitivo, explica Cuauhtémoc Rivera, presidente de la ANPEC.
Así están de mal las cosas.
El Gobierno
federal que encabeza Andrés Manuel López Obrador, acostumbrado a mentir, ha
querido minimizar el problema diciendo que es un mal que pasará pronto, pero los
especialistas dicen que no es un fenómeno pasajero, que permanecerá varios
meses la subida de los precios, y cuando se detenga la inflación los precios
habrán alcanzado niveles de carestía que nos tendrán mucho peor que hoy,
ganando poco y comprando más caro.
Cierto
es que a inflación es un problema de la producción mundial alterada por la pandemia, que
provocó falta de insumos en la producción, el encarecimiento de los
combustibles como petróleo, carbón o gas que no abastecen la demanda de la
lenta recuperación mundial o la falta de semiconductores, materia prima de la
industria, entre otras. Pero también es responsabilidad del gobierno
obradorista que ha bloqueado la inversión privada, que nunca apoyó a la micro,
pequeña y mediana empresa mexicana y que ha preferido apoyar a la industria gringa
que está asentada en México; que irresponsablemente está gastando el dinero federal,
no en inversión productiva, sino en programas que sirven para comprar votos o para
financiar sus proyectos caprichosos, retrasando con ello la recuperación de la
economía en México.
Así que
hay factores de la producción mundial en los que el gobierno influye poco, pero
también hay factores muy importantes de la producción nacional abandonados, que
son responsabilidad absoluta del Presidente y la Cuarta Transformación, que al ignorarlos han provocado una agudización en el alza de los
precios, la miseria y el sufrimiento del pueblo trabajador.
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