Javier Ramírez
Dicho
tan popular en nuestros días. Este refrán se refiere a una persona que es
amable, alegre, dispuesta a ayudar, ejemplar en todos los sentidos, todo un
amor fuera de su hogar, sin embargo, dentro de casa es todo lo contrario de lo
que pregona en público, es decir, una persona ambivalente.
Recordemos
que el pasado 17 de noviembre de 2020 el Jefe del Ejecutivo, el Lic. Andrés
Manuel López Obrador, dio fin a la subcontratación; mencionó no tener
conocimiento que dentro de su gobierno existieran estas prácticas, y añadió,
que de ser así contratarían directamente a los trabajadores. Sin embargo, una rápida
hojeada de las dependencias de gobierno en relación con la subcontratación de
empresas (outsourcing) desmiente, en los hechos, el categórico comentario del
presidente: Decoaro y Supervisión S.A. de C.V. obtuvo 23 contratos para prestar
servicios le limpieza en los Servicios de Administración Tributaria (SAT), en la
Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) y el Instituto Nacional de Migración
(INM), entre otros.
La
cuenta sigue, esta empresa ofrece sus
servicios también en ICA FLUOR, Rapax S.A. de C.V, MZT Corporativo Ejecutivo S.A.
de C.V. y WeKeep on Moving. La cuenta no queda ahí, también la subcontratación
está presente en otras áreas de la actividad económica, como ocurre en el Banco
del Bienestar, que subcontrata a través de KOM Business S.A. de C.V. para que
les brinde servicios técnicos y administrativos, en fin, la lista de
outsourcing es larga.
Ahora
bien, los trabajadores que venden su fuerza de trabajo a dichas empresas saben
bien que en todo momento se violan sus derechos laborales, por ejemplo, no se
les paga en tiempo y forma, se les otorga el seguro social hasta después de
tres meses (si es que se los dan), laboran jornadas mayor a lo marcado por la
Ley Federal del Trabajo (LFT), no les dan vacaciones ni aguinaldo y, peor aún,
no generan antigüedad. A pesar de ello, los trabajadores siguen laborando en el
inmueble prestando sus servicios ya que el hambre y la pobreza los obliga a
aceptar dichos atropellos.
Esto
y más sucede, entre otras cosas, por las condiciones generadas y consentidas
por las autoridades laborales y las características de los contratos a modo
elaborados por las instituciones de gobierno, pues mientras sucede la licitación
de prestación del servicio, anual o bianual, la empresa outsourcing en turno se
frota las manos para hacer de las suyas violando las normas básicas de sus
obligaciones, llegando al extremo de terminar su contrato quedándoles a deber
dos o más quincenas.
Tomando
en cuenta estos ejemplos podemos darnos cuenta que en estas dependencias del
gobierno se violan a la vista todos los
derechos laborales de los trabajadores. ¿Y dónde quedó el dicho del presidente
de contratar a todos los trabajadores de manera directa?
Suma
y sigue. El 3 de febrero del presente año apareció un comunicado en el diario El Universal, refiriéndose a que la Oficina
de la Presidencia de la República publicó la licitación para subcontratar a una
empresa privada para la limpieza de las oficinas que utiliza el equipo del
presidente López Obrador en Palacio Nacional, además de limpiar este lugar, los
trabajadores tendrán que prestar sus servicios en otros seis inmuebles más,
propiedad de la dependencia de gobierno, para este trabajo se requieren 35
trabajadores más.
La
nota de El Universal dice así: “En el
apartado 7.9, la Presidencia de la República señala que el personal que realice
la prestación de limpieza, estará bajo responsabilidad de la empresa y en
ningún momento se considerará a la Oficina de Presidencia como patrón sustituto
[…] Los posibles proveedores señalarán en su oferta que el personal que realice
las tareas relacionadas con la prestación del servicio, estará bajo su
responsabilidad única y directa, por lo tanto, en ningún momento se considerará
a la Presidencia, como patrón sustituto o solidario, pues la misma, no tendrá
relación alguna de carácter laboral con dicho personal […] Consecuentemente,
los posibles proveedores se comprometen a liberar a la Presidencia de la República
de cualquier responsabilidad laboral o civil, obligándose éstos a garantizar el
pago de las prestaciones laborales y de seguridad social para sus empleados”.
Como
vemos, el Presidente de la República, a través de sus funcionarios, evade su
responsabilidad como patrón deslindándose de sus responsabilidades laborales,
pues con esta acción se ve claramente que no le importa si la empresa
outsourcing les garantizará a los trabajadores el pago puntual, las horas laborales
marcadas por la LFT, su inscripción al Instituto Mexicano del Seguro Social, si
le respetará su antigüedad, si a fin de año les darán su aguinaldo; en suma, un
desinterés absoluto hacia el bienestar para estos hombres o mujeres que
laborarán para tener impecable su Palacio de oro.
Por
otro lado, el documento menciona que no tendrá relación alguna de carácter
laboral con dicho personal, sin embargo, en el texto en cuestión, señala que si
un trabajador incurre en una falta de disciplina o respeto, Presidencia podrá
solicitar que se sustituya por otro elemento de manera inmediata, ¿entonces ahí
sí será patrón? Vemos pues la hipocresía, la contradicción, el autoritarismo y la
acción premeditada del gobierno de evadir sus responsabilidades laborales a
través del intermediario que ganará la licitación, esto será lo que ocurrirá en
la propia casa del Lic. Andrés Manuel López Obrador.
Así
es mis estimados lectores, en el propio Palacio Nacional, donde se aloja el autodenominado
“defensor del pueblo pobre y bueno”, se niega toda responsabilidad que el
gobierno debe tener hacia los trabajadores de limpieza, mientras que en el escenario
público y en sus discursos dice que se deben garantizar los derechos laborales,
que esas empresas abusivas deben de desaparecer, esos coyotes, traficantes de
influencias y más cosas. Candil de la calle, obscuridad de su casa.
Pero
las mentiras y el doble discurso hipócrita del presidente no solo lo vemos y
escuchamos en el ámbito laboral, sino que está presente en todos los espacios
de la vida económica, política y social del país: está por ejemplo el caso de
la pandemia, ahí tenemos más de 5 millones de contagiados y más 300 mil muertes
(oficialmente reconocidas) a causa de la covid-19, cuando el presidente se jacta
de atender bien la pandemia; en la economía tenemos los datos que el PIB de
México cayó un 0.1% en el último trimestre del año, sin mencionar que tenemos
dos periodos consecutivos en retroceso mientras el señor dice con optimismo que
México crecerá no el 2% sino el 5%, ya veremos. ¿Y en la seguridad? Mejor ni
hablamos.
Así
de mal pinta en todos lados. Además, para el exterior del país se pretende
hacer creer que López Obrador es el salvador de México, el mejor mandatario que
nuestro país ha tenido, pero nosotros los habitantes que vivimos las
contradicciones de este gobierno sabemos que es todo lo contrario a lo que declara
en las mañaneras con un discurso manipulador afirmando que todo va bien y que él
está de lado del pueblo pobre para garantizarle el bienestar. El presidente sin
duda debió ser boxeador, pues te finta con la izquierda y te golpea con la
derecha.
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