Por: Ricardo
Torres
Resulta obligado iniciar recordando que en agosto del año
pasado se realizó el proceso de legitimación
del Contrato Colectivo de Trabajo (CCT) suscrito entre la empresa
norteamericana General Motors (GM) de Silao, Guanajuato y el Sindicato de la
Industria Automotriz Miguel Trujillo López, adherido a la CTM, en donde se
obtuvo un resultado contundente: de los 5 mil 876 trabajadores que participaron
a través del voto libre, secreto y directo, por mayoría, con 3 mil 214 votos,
los obreros decidieron rechazar el CCT. De esta manera los trabajadores
comenzaron a sacudirse al viejo charrismo de la CTM.
Este resultado significó que los obreros, a pesar de que
conservarían sus prestaciones y condiciones de trabajo, formalmente quedaron sin
CCT y sin representación sindical; lo que en términos de ley permitió el inicio
de un proceso en donde los trabajadores tendrían que elegir a su nueva
representación sindical para luego estar en condiciones de emplazar a la
empresa por la firma del CCT de GM en Silao.
Finalmente, el 1 y 2 de febrero, bajo la vigilancia del
Instituto Nacional Electoral (INE), la Secretaria de Trabajo y Previsión Social
(STPS) y la propia Guardia Nacional, los trabajadores de la planta de GM en
Silao eligieron a su nueva representación sindical para dar paso a las
negociaciones por la firma de su nuevo CCT. El ganador de la contienda fue el Sindicato Independiente Nacional de Trabajadores y
Trabajadoras de la Industria Automotriz (SINTTIA), quien obtuvo 4 mil 192 votos
de un total de 5 mil 478 votos emitidos, lo que representa el 76 por ciento de
los sufragios, confirmando así su rechazo definitivo a la representación
sindical cetemista. La empresa GM y la CTM tuvieron que reconocer el triunfo
del SINTTIA.
Este indiscutible triunfo de los
trabajadores de GM en Silao merece el reconocimiento de los trabajadores
asalariados de todo el país. Han dado un paso muy importante porque con su
decidida participación lograron sacudirse el viejo charrismo de la CTM,
demostrando, en los hechos, que sí es posible la unidad y cohesión de los
trabajadores. No obstante, existen algunos elementos que permiten advertir que detrás
de este proceso existen poderosos intereses económicos y políticos, nacionales
e internacionales, que están al asecho de controlar a la nueva representación
sindical del SINTTIA.
Llaman poderosamente la atención las
declaraciones vertidas, el 3 de febrero, por el embajador de Estados Unidos en
México, Ken Salazar, quien afirmo que la elección de la nueva representación
sindical en GM en Silao “es un claro ejemplo de los frutos del Tratado entre México, Estados
Unidos y Canadá (T-MEC) en las vidas de la gente de nuestra región […] una muestra de la nueva era de cooperación
que impulsa el presidente Joe Biden con los gobiernos de México y Canadá…”
Y, por otro lado, de la estadounidense Elizabeth H.
Shuler, presidente de la Federación Americana del Trabajo y Congreso de
Organizaciones Industriales (AFL-CIO), la central sindical norteamericana más
importante de su país, quien dijo: “Esta victoria, que fue posible gracias a las
reformas que ayudamos a negociar en el Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá, es
una victoria significativa no solo para los trabajadores en México sino en todo
el mundo […] Juntos, en un sindicato
democrático, los trabajadores abogarán por salarios más altos y mejores
estándares de salud y seguridad en las instalaciones de Silao, ayudando a
establecer nuevos estándares en la industria automotriz […] Continuaremos observando la situación de
cerca y esperamos trabajar junto con SINTTIA para mejorar las vidas y los
medios de subsistencia de los trabajadores en México y Estados Unidos.”
Estas
declaraciones demuestran que el T-MEC es precisamente un mecanismo
que el imperialismo norteamericano perfeccionó e impuso a nuestro país para facilitar
la actividad comercial de la región en favor del capital norteamericano. Recordemos
que para ratificar el T-MEC, el Gobierno de Estados Unidos exigió al Gobierno
mexicano reformar la ley laboral, no porque el imperio estuviera muy preocupado
por los derechos de los trabajadores mexicanos, sino porque, en el ámbito laboral
especialmente en la lucrativa industria
automotriz, argumentan que existe una competencia desleal que provoca un desplazamiento de miles de puestos
de trabajo de Estados Unidos hacia México debido a que nuestra mano de obra es
más barata, por tanto, lo que en el fondo se pretende no es proteger los
intereses de los trabajadores, sino “establecer nuevos estándares en la
industria automotriz” en favor de la competitividad, el mercado y el capital.
General Motors, empresa de capital norteamericano, el propio Gobierno
norteamericano y la principal central sindical norteamericana, actuando al
unísono en favor de sus intereses. Seguramente el nuevo CCT que firmará
el SINTTIA y GM presentará sustanciosos avances para cumplir con el T-MEC pero
nada que lesione las reglas del mercado y la ganancia proyectada por el
capital.
Además, detrás del triunfo de SINTTIA están presentes otros
actores. Destacan el canadiense Jerry Dias y el expriista Napoleón Gómez
Urrutia. Jerry Dias es Secretario General del Sindicato UNIFOR, que es titular
del CCT de GM en Canadá, negociador activo del T-MEC y promotor de la reforma
laboral en México para establecer los nuevos estándares en la industria
automotriz que tanto preocupan a los países del norte. Después de la reforma
laboral morenista en 2019 y la firma del T-MEC, Jerry Dias acudió en reiteradas
ocasiones a nuestro país para promover y supervisar los recientes procesos de
legitimación y elección sindical en GM en Silao.
Ahora bien, el canadiense Jerry Dias estrechó sus relaciones
e intereses con Napoleón Gómez Urrutia, Secretario General
del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos y
Similares de la República Mexicana (SNTMMSRM), durante el tiempo en que
éste se autoexilió en Canadá, tras su vertiginosa salida del país como
consecuencia de la tragedia ocurrida, en 2006, por la explosión de la mina
Pasta de Conchos, en Coahuila. El deslinde de responsabilidades de los 65
mineros muertos puso fin a las complicidades del Grupo México de Germán Larrea
Mota Velasco y el SNTMMSRM de Gómez Urrutia provocando un enfrentamiento que
derivó en la acusación contra el dirigente minero por el delito financiero de
un desfalco de 54 millones de dólares de un fideicomiso de los trabajadores del
sindicato minero.
Durante los 12 años que Gómez Urrutia se mantuvo en el
exilio, afianzó su relación con Jerry Dias sobre la base de apetitosos
intereses económicos, políticos y sindicales. Un dato resulta revelador: de acuerdo con la
Dirección General de Desarrollo Minero, en México operan 238 empresas con
capital extranjero, de las cuales 153 son de capital canadiense, es decir, el
64 por ciento. Ante este panorama los amigos se frotaban las manos. Tras el
triunfo de Andrés Manuel López Obrador en 2018, Gómez Urrutia regresa de su
exilio para formar la Confederación Internacional de Trabajadores (CIT), llega
propuesto como candidato plurinominal al Senado de la República por Morena y hoy
en día es, además, el flamante Presidente de la Comisión de Trabajo y Previsión
Social dentro del senado.
Para cumplir
con la tarea encomendada por AMLO, Gómez Urrutia se convierte en uno de los
arietes del morenismo al seno de la clase obrera del país para desplazar y
sustituir al viejo charrismo de la CTM por un nuevo charrismo morenista. Dentro
de la industria automotriz, la oposición morenista para enfrentar al charrismo cetemista
se aglutina en torno a la Federación de Sindicatos Independientes de las
Industrias Automotriz, Autopartes, Aeroespacial y del Neumático (FESIIAAAN),
fundada en noviembre de 2018, dentro de la cual el SNTMMSRM de Gómez Urrutia
figura como uno de sus principales promotores y miembro fundador. Sin lugar a
dudas la FESIIAAAN y el apoyo morenista encarnado en Gómez Urrutia
contribuyeron de manera importante en el triunfo de SINTTIA en GM de Silao.
Como podemos
observar, para derrotar el maridaje que por años mantuvo la empresa GM en Silao
con el viejo charrismo de la CTM, utilizando un rancio CCT de protección, se
requirió no solo de la voluntad y determinación de los trabajadores, sino que
participaron distintas fuerzas e intereses económicos que más temprano que
tarde buscarán cobrarle la factura a los obreros que laboran en GM de Silao. Es
por ello que corresponderá a los trabajadores y solo a los trabajadores
desplegar su cohesión y capacidad organizativa no solo para evitar que el
viejo charrismo de la CTM sea sustituido por un nuevo charrismo morenista, sino
para enfrentar las políticas económicas y laborales que GM y los dueños del
poder y el capital extranjero pretendan imponerles. La verdadera lucha que
tendrá que librar el SINTTIA aún no ha comenzado.
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