jueves, 10 de marzo de 2022

Sobre el triunfo del sindicato independiente en Tridonex

 

Ricardo Torres

          El pasado 28 de febrero del año en curso, en la empresa norteamericana Tridonex, productora de autopartes para automóviles, ubicada en Matamoros, Tamaulipas, se realizó el recuento de trabajadores para decidir qué sindicato debería ser el titular del contrato colectivo de trabajo (CCT) existente en dicha empresa. Los contendientes fueron el Sindicato de Trabajadores Industriales de Plantas Maquiladoras y Ensambladoras (STIME), afiliado a la CTM, quien durante años fue el titular de dicho contrato y, por otro lado, el Sindicato Nacional Independiente de Trabajadores de Industrias y Servicios (SNITIS) quien el año pasado demandó la titularidad del CCT. El resultado fue contundente: de un total de 1,313 sufragios emitidos, el SNITIS obtuvo 1,125 votos a favor. Sin duda un triunfo irreversible.

          Visto en la superficie, los trabajadores agrupados en el SNITIS lograron sacudirse al viejo charrismo sindical de la CTM representado por el STIME y, por tanto, pareciera que los triunfadores no pueden ser otros que los trabajadores de Tridonex. Sin embargo, si nos detenemos a investigar un poco más a fondo quiénes son los promotores de este cambio sindical, encontraremos que se esconden aviesos intereses económicos, políticos y sindicales que los trabajadores de Tridonex, y de México, debemos conocer y tener presentes para no ser engañados.

          Lo que ocurre en Tridonex no es el resultado espontaneo de la lucha de los obreros que, por fin, conscientes de la explotación y el abuso a que son sometidos por la empresa y el sindicato charro, han decidido unir sus fuerzas para sacudirse al charrismo de la CTM. Las cosas no son tan simples como parecen. En este proceso sindical existen intereses internos y externos que son ajenos a los trabajadores.

Veamos los intereses de naturaleza externa. En Tridonex  se está aplicando la política laboral que el Gobierno norteamericano le impuso a nuestro país a través del T-MEC y la reforma laboral de 2019. Las dificultades que enfrenta el capital norteamericano obligan a su Gobierno a establecer nuevas normas comerciales que favorezcan su mercado. En la lucrativa industria automotriz, los dueños de las empresas estadounidenses argumentan que existe una competencia desleal porque en México nuestra mano de obra es más barata, hecho que provoca un desplazamiento de miles de capitales y puestos de trabajo de Estados Unidos hacia nuestro país, por tanto, lo que buscan los promotores norteamericanos con el cambio sindical en Tridonex es tener el control directo de los nuevos estándares salariales que deben establecerse en el mercado de la industria automotriz en favor de la competitividad y el capital norteamericano.

          Así las cosas, en mayo de 2021 la Federación Americana del Trabajo y Congreso de Organizaciones Industriales (AFL-CIO), la central sindical más importante en Estados Unidos, en el marco del T-MEC y la reforma laboral de 2019, solicitó al Gobierno norteamericano que presentara una queja ante el Gobierno mexicano porque en Tridonex se obstaculiza la elección de una representación sindical independiente en su planta de Matamoros, Tamaulipas.

          De esta manera, utilizando el Mecanismo Laboral de Respuesta Rápida contenido en el capítulo 23 del T-MEC, el Gobierno norteamericano  promovió la queja por violación a los derechos de los trabajadores de Tridonex propuesta por la AFL-CIO. Como podemos observar, la verdadera presión y exigencia para un cambio de sindicato en Tridonex no provino de la fuerza misma de los trabajadores mexicanos, sino principalmente del Gobierno y el sindicalismo norteamericanos que, disfrazados de defensores de los trabajadores, en el fondo trabajan en favor del capital estadounidense.    

Esta grosera intromisión del Gobierno y los sindicatos norteamericanos en la vida laboral de nuestro país, utilizando un lenguaje manipulador sobre la justicia, la democracia y la libertad sindical, es a todas luces una trampa del capital para primero penetrar al seno de la clase obrera mexicana y luego asumir el control ya no solo de los sindicatos sino también de la aplicación de las normas laborales en nuestro país.

De esta forma y con el apoyo asegurado de los gobiernos de Estados Unidos y de México, en julio de 2021 el SNITIS promovió ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA) una demanda de titularidad por el CCT en Tridonex. El SNITIS acudió entonces a la contienda sindical en caballo de hacienda.

El representante de la AFL-CIO, Eric Gottwald, aplaudió los resultados de la gestión y dijo “apreciamos los esfuerzos de los gobiernos de Estados Unidos y de México para resolver el caso en una manera que garantice el derecho de las y los trabajadores de Tridonex a elegir democráticamente su sindicato sin temor a represalias […] la interposición de una demanda por la titularidad del contrato colectivo de Tridonex en la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, SNITIS está ejerciendo sus derechos en el contexto de la reforma laboral del primero de Mayo de 2019 y del T-MEC. Hacemos un llamado a las autoridades mexicanas y estadounidenses para asegurar que las y los trabajadores de Tridonex tengan un pronto, libre y justo recuento sindical”. Lobos con piel de corderos.

A hora bien, a estos intereses norteamericanos debemos sumar, además, los intereses de naturaleza interna. Con la llegada de AMLO a la presidencia de la república, el gobierno morenista se ha empeñado en desplazar a la CTM del férreo control que por décadas ha tenido sobre la clase obrera de nuestro país. Un viejo y anacrónico sindicalismo oficial cetemista que el Estado mexicano construyó y moldeó en favor de los patrones desde el nacimiento mismo del sindicalismo en México, en donde los trabajadores quedaron sometidos y subordinados al Gobierno a raíz del vergonzoso pacto suscrito entre los dirigentes de la Casa del Obrero Mundial y el Gobierno de Venustiano Carranza para combatir juntos contra las fuerzas revolucionarias de Villa y Zapata. Desde entonces hasta nuestros días el Estado mexicano ha servido al capital nacional y extranjero a costa del sometimiento y control de los obreros de México. Esa fue la tarea que el régimen le encomendó a la CTM.

En consecuencia, el hartazgo acumulado de los trabajadores asalariados en contra de la CTM está más que justificado, ya que se trata de un sindicalismo patronal que engaña al obrero, lo manipula y adormece su capacidad de lucha. Por tanto, sacudirse al sindicalismo charro de la CTM es un paso importante si en su lugar se colocara a un sindicalismo genuino que, en el marco de la ley, exija y reclame al patrón el cumplimiento y respeto a sus derechos. Sin embargo, el riesgo que enfrentan los trabajadores de Tridonex consiste en que el viejo sindicalismo charro priista como instrumento del Estado para favorecer al capital, sea sustituido por un nuevo sindicalismo charro morenista que también sea utilizado como instrumento del Estado para favorecer al capital, es decir, que la maniobra consista en cambiar de sindicato, siglas y colores para que todo siga igual, en favor de la competencia, el mercado y el capital.

Haciendo una analogía con los acontecimientos políticos ocurridos en el país en 2018, el hartazgo del pueblo en contra del priismo se manifestó en las urnas, el pueblo castigó al PRI y votó por Morena; sin embargo, a tres años del “nuevo” gobierno la realidad nos dice que las cosas están iguales o peor que antes. De idéntica forma hoy, con justa razón, los trabajadores sindicalizados castigan a la CTM, pero ingenuamente depositan su esperanza de justicia laboral en las centrales y sindicatos independientes promovidos por el morenismo.         

          Al frente del SNITIS se encuentra la abogada laborista Susana Prieto Terrazas, diputada federal por Morena, conocida por su activismo en los  paros y huelgas realizados en un importante número de maquiladoras en Matamoros, en 2019, lucha sindical que bautizaron como Movimiento 20/32, (porque en la frontera norte se exigió 20 por ciento de aumento salarial y un bono de 32 mil pesos). Ahora puede entenderse mejor que este movimiento encabezado por Susana Prieto, hoy convertido en el SNITIS, tuvo en 2019 el decidido apoyo del Estado.

En suma, el Gobierno morenista necesita desplazar a la CTM y garantizar votos para las futuras contiendas electorales, por ello, con el apoyo del Estado y junto con los senadores expriistas hoy morenistas Napoleón Gómez Urrutia y Pedro Haces Barba, Susana Prieto está cumpliendo con la encomienda dictada por AMLO.     

Pero si los asalariados de México queremos conocer y entender la verdadera política laboral de la 4T hacia los trabajadores, basta con recordar la represión que sufrieron los obreros en la refinería de “Dos Bocas”, en Tabasco; los dos años de huelga que sostienen los trabajadores de Notimex; o el apoyo del gobierno morenista a Ricardo Aldana para mantener en PEMEX al viejo grupo priista sindical del corrupto Romero Dechamps. En estos ejemplos descubriremos el verdadero rostro laboral del gobierno morenista.

          Que nadie se engañe, detrás del triunfo de SNITIS en Tridonex hay gato encerrado. Por tanto, para no quedar atrapados entre los intereses externos norteamericanos y los intereses internos del morenismo, los trabajadores deben aprovechar las coyunturas que ofrece el T-MEC, la reforma laboral y la pugna sindical entre el viejo y el nuevo priismo (disfrazado de guinda), sí, pero al mismo tiempo están obligados a impulsar un genuino sindicalismo que no obedezca a los propósitos económicos del capital extranjero ni a los objetivos políticos y electorales del morenismo, sino que en verdad defienda los legítimos intereses de los trabajadores. De no ser así, las cosas seguirán estando iguales o peor que antes. Al tiempo.     

 

         

 

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